Jorge Macri: “Nadie puede arrogarse el derecho de imponer un patrón ético en Juntos por el Cambio”

Solo esta semana Jorge Macri (Pro), exintendente de Vicente López, fue noticia dos veces. Primero, cuando la justicia electoral porteña lo habilitó a competir como jefe de gobierno al validar su residencia en la ciudad, requisito legal que su rival en las primarias, Martín Lousteau (UCR), había puesto en duda. Segundo, cuando respaldó Franco Rinaldi y lo confirmó como su primer candidato a legislador porteño pese a que éste había vertido comentarios discriminatorios y racistas en un canal de streaming.

“Nadie puede arrogarse el derecho de imponer el patrón ético dentro de nuestro espacio, nadie es dueño de esa medida. Hay que confiar en la gente, la gente va a elegir”, retrucó el precandidato a jefe de gobierno de Juntos por el Cambio. Aclaró, no obstante, que no comparte las expresiones de Rinaldi y valoró su pedido de disculpas, a las que cree sinceras. “Si cada uno de nosotros fuera definido solo por un error que comete, nadie pasaría el test que algunos quieren imponer”, enfatizó en diálogo con LA NACION.

-¿Por qué el ciudadano porteño debería votarlo a usted y no a Lousteau?

-Creo que hay varias diferencias. La primera tiene que ver con la experiencia de gestión. Vicente López es una ciudad más chica que la de Buenos Aires, pero enfrentan problemáticas muy parecidas en materia de salud, educación, seguridad. Muchos porteños conocen lo que hice en Vicente López. El activo no es solo saber gestionar sino también liderar equipos y tener firmeza para enfrentar momentos difíciles. A mí me tocó gobernar como primer intendente de Pro con todo el kirchnerismo enfrente, con Cristina Kirchner como presidenta y (Daniel) Scioli como gobernador. Creo que esos son atributos muy claros.

-Lousteau dice que por haber competido años anteriores en la ciudad la conoce al detalle, mientras que usted no.

-Yo estoy muy tranquilo, viví mucho tiempo en esta ciudad, más de 41 años. No solo la conozco bien sino que la he gestionado a lo largo de estos últimos 18 meses (como ministro de gobierno porteño). Yo formo parte de un gabinete que mira los problemas de la ciudad diariamente. Tengo reuniones con los ministros, directores, gerentes de áreas, responsables de comunas. Escucho al vecino. Cualquiera podría decir que conoce esta ciudad acabadamente, ahora gestionarla requiere un poco más que eso.

-Si tuviera que calificar del uno al diez la gestión de Rodríguez Larreta ¿qué nota le pondría?

-No quisiera poner una nota porque sería muy injusto, pero mi balance es tremendamente positivo. Yo estoy muy orgulloso de los 16 años de gestión del Pro en general. En este tiempo hubo una verdadera transformación de la ciudad, la gente lo valora y quiere continuidad. Uno de mis desafíos será cuidar todo lo hecho, pero también para ponerlo en crisis; lo hago cada vez que encaro una nueva gestión. Hay muchas cosas nuevas para hacer porque cambian los contextos y las tecnologías, porque hoy podemos responder a viejos problemas de manera diferente. Por ejemplo, el tren Sarmiento; durante mucho tiempo se habló de soterrarlo, pero la obra, que es carísima, se frenó. Hoy, después de hacer el viaducto del Mitre sabemos que es mucho más fácil ir por arriba y es lo que pensamos hacer con el tren Sarmiento. En materia de seguridad sucede lo mismo.

-¿Qué haría con la policía porteña?

-Primero, sin duda, seguir capacitándola y formándola, pero cambiaría algunos mecanismos de dar seguridad en la ciudad. Uno de los ejes de cambio es el patrullaje en moto, un tema que estoy hablando con (el ministro de Seguridad porteño) Eugenio Burzaco. Ciudades tan congestionadas en tránsito como la ciudad de Buenos Aires requieren una capacidad de respuesta en materia de seguridad muy rápida; así como tenemos médicos en moto en el SAME, debemos avanzar con policías en moto en nuestras fuerzas de seguridad. También vamos a seguir avanzando con el uso de armas no letales o de baja letalidad. Todo lo que sirva para darle más seguridad al vecino y detener a los delincuentes lo voy a hacer.

-¿Qué áreas de la gestión deberían apuntalarse?

-Yo diría que uno de los desafíos actuales, que es explicable por el profundo deterioro que dejó el kirchnerismo en la ciudad no solo en lo económico sino también en lo cultural, es recuperar el orden público en general: la limpieza, la gente en situación de calle o revolviendo basura, el piquete, la imposición prepotente de algunos de hacerse dueño del espacio público en detrimento de una mayoría silenciosa. Nosotros ya estamos trabajando en mejorar el orden público con un eje transversal que involucra distintas áreas que van desde la seguridad hasta el abordaje social.

Después está el problema de los piquetes. Esta lógica de naturalizar el desorden, la prepotencia y los matones que impuso el kirchnerismo no va más. Quienes quieran tomar las calles de esta manera van a tener un problema conmigo. Ya hay un compromiso en Juntos por el Cambio de que cuando seamos gobierno se eliminará la intermediación de los planes: eso provocará que mucha menos gente se movilice por miedo a perder su plan. Segundo, los niños no pueden estar en una marcha. Dialogaremos una, dos, equis veces, pero después hay que hacer cumplir la ley. Y la ley es con la fuerza pública, es la Justicia que nos permite liberar la calle y la fuerza pública que ordena.

-Si usted resulta electo, ¿convocaría a Lousteau o a su equipo a su gestión?

-Somos parte del mismo espacio político, tenemos miradas distintas en algunos temas, pero yo voy a armar el mejor equipo posible con toda la gente del espacio. Hay gente valiosa a incorporar, de la Coalición Cívica, del sector de Ricardo López Murphy, de Confianza Pública de Graciela Ocaña, a quien valoro, del Pro todo. Yo soy representante de todo el Pro, del Pro de Patricia, de Mauricio, de Horacio, de Ma. Eugenia. No soy de un sector, yo represento a Pro.

-¿No cree que, por ser candidato de Pro, Larreta debería apoyarlo a usted de manera exclusiva? Él envió una delegación de funcionarios al lanzamiento de Lousteau. ¿Juega a dos puntas?

-Es una pregunta para él.

-Pero ¿cómo se siente usted?

-Yo soy fundador de este espacio, no ando buscando la aceptación, la foto. Tengo muy claro quién soy, en qué creo, he sido coherente con mi historia y sé los valores que defiendo. Después cada uno tiene que explicar su accionar.

-Esta semana la justicia electoral porteña lo habilitó como candidato, pero el fallo fue apelado. Si el Tribunal Superior dicta un fallo contra su habilitación, ¿usted lo apelaría?

-Es que yo no creo que eso pase. No voy a trabajar sobre esa hipótesis porque estoy tranquilo que cumplo con los requisitos de la ley. Sí veo a algunos muy interesados en instalar ese tema porque evidentemente tienen una tendencia a no querer competir que a competir.

-¿Le da lo mismo a usted que gane Bullrich o Larreta las primarias presidenciales?

-Yo voy a trabajar con cualquiera de ellos. No son iguales, tienen sus diferencias en formas, en estilos, pero yo voy a trabajar con cualquiera de ellos.

-Larreta sostiene que para gobernar se requiere una coalición amplia que incluya a sectores del peronismo. Bullrich reivindica la identidad de Juntos por el Cambio y se la identifica con una línea de centroderecha. ¿Con cuál de las dos modalidades comulgaría usted?

-Es muy difícil responder esa esa pregunta en abstracto porque depende de los casos y depende de los temas. Lo que uno no puede perder nunca es el puerto al que se quiere llegar. Si el nivel de acuerdos que vos tenés que lograr te saca del rumbo y del puerto al que se quiere llegar, entonces es un acuerdo que no sirve. El problema no es con quiénes, sino para qué y qué logramos. Si uno tiene claro eso, después a veces las olas se enfrentan más de frente y se va a una situación más compleja, y a veces el viento viene más de cola y entonces te acompaña. Lo que nunca se tiene que perder de vista es el rumbo que te lleve al puerto correcto.

-El radicalismo le reclamó que separe a Rinaldi de la lista de legisladores porteños. ¿Qué piensa al respecto?

-No comparto el tono del humor que usó Franco y valoro profundamente sus disculpas porque sé que son sinceras. Pero, además, hay un aprendizaje en él. Lo importante de una disculpa es que uno corrija y aprenda. Y yo vi eso en él cuando hablé estas últimas 48 horas. Tampoco estoy dispuesto a hacer reduccionismos: Franco Rinaldi es mucho más que ese comentario equivocado. Franco es una persona resiliente, se ha superado a sí mismo en situaciones muy adversas, es un profesional de gran conocimiento que tiene mucho para darle a esta ciudad. Es buena gente. Si uno de nosotros fuera definido solo por un error que comete, nadie pasaría el test que algunos quieren imponer.

-Lousteau le reprocha que no quiere participar de un debate antes de las primarias. ¿Por qué?

-Hay una discusión dentro del PRO, que involucra a todos sus candidatos, respecto de la conveniencia o no de debatir antes de las internas. Porque uno tiene que entender que habrá un 13 de agosto (día de las primarias), pero también va a haber un 14. A veces los debates nos pueden llevar a lugares donde después sea más difícil el 14 y la gente ¿qué nos pide?, que estemos unidos para recuperar este país. Yo voy a tomar la misma decisión que adopten todos nuestros candidatos. Es una decisión partidaria.

-Usted habla del día después de las primarias. ¿Después de tanta tensión es esperable que haya una confluencia sincera entre Bullrich y Larreta?

-Debe haberla.

-¿Si no?

-Debe haberla. Tenemos que trabajar para eso. Nuestra responsabilidad es construir realidades, no describirlas o desearlas. Así como yo voy a tener la responsabilidad de llevar a la ciudad a buen puerto, también tengo una responsabilidad interna de construir el escenario de una sincera confluencia de quienes ganen. Voy a participar activamente en eso. El 11 de diciembre no va a sobrar nadie para poner este país de pie.

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