RESISTENCIA.- A Cecilia Strzyzowski la asesinaron al filo del mediodía del 2 de junio en un cuarto de la casa de los piqueteros oficialistas Emerenciano Sena y Marcelo Acuña, el último lugar al que se la vio entrar con vida. Del crimen participaron el matrimonio y su hijo, César Sena, pareja de la víctima, según sostiene el auto de procesamiento emitido este jueves, que se nutre de pruebas aportadas por cámaras de seguridad, registros de antenas telefónicas, evidencias físicas y la confesión de al menos uno de los imputados.
La línea de tiempo que trazan los investigadores arranca en la mañana de aquel viernes, cuando César Sena y Cecilia llegan a Santa María de Oro 1460, después de pasar la noche en un motel del macrocentro de Resistencia.
9:16
Una cámara de seguridad particular registra el ingreso de Cecilia y César Sena a la casa familia. Ella llevaba una valija de rueditas y una mochila, Le había dicho a su familia que se iba de viaje a Ushuaia, donde la pareja iba a radicarse. En la prueba colectada consta que la joven había hecho búsquedas en Google los días previos sobre lugares de Buenos Aires, donde iban a pasar un día antes de continuar hacia el sur. Pero no había pasajes comprados y el primer día de la investigación se comprobó que ella no había tomado ningún transporte público interprovincial en esos días.
10:10
El matrimonio Sena participa de actividades en el barrio Emerenciano, que administraban como reyes de un microestado. Al declarar como imputada, Marcela Acuña cuenta que su hijo César aparece en el lugar nervioso y con unas marcas de rasguños en el cuello (que después se verían en fotos que se viralizaron cuando el caso se hizo público). Dijo que no le contó nada a su esposo y que pensaba hablar después, más tranquila, con su hijo.
11:20
Gustavo Obregón, colaborador de la familia y actualmente imputado por encubrimiento agravado, declaró que almorzó a esa hora en el barrio Emerenciano con César Sena y que no notó en ese momento las marcas en el cuello. “A César, a las 11 de la mañana aproximadamente, lo ven sin lesiones en el cuello y la mano”, dijo el fiscal Jorge Gómez en la conferencia de prensa de este jueves por la noche.
11:41
La cámara de seguridad registra el ingreso de César Sena a la casa de Santa María de Oro 1460. A través de las antenas de telefonía los fiscales pudieron reconstruir sus movimientos de ida y vuelta desde la casa hasta el barrio Emerenciano.
12:13
Emerenciano Sena y Marcela Acuña regresan a la casa después de almorzar. Según el auto de procesamiento, el crimen ocurrió en el correr de los 45 minutos siguientes. “Entre las 12 y las 13 del viernes 2 de junio estimamos que César conjuntamente con sus padres le dan muerte a Cecilia. No tenemos determinada la causa ni la modalidad todavía. Estamos investigando”, dijo Cáceres Olivera, que reafirmó: “Los tenemos a los tres en el domicilio en esa franja horaria”.
13:01
Las cámaras muestran la salida de César Sena a bordo de la camioneta Toyota Hilux en la que había pasado a buscar a Cecilia la noche anterior. Según su madre, le había pedido ir a un operativo médico que la organización piquetera había organizado en el barrio obrero Colonia Elisa. Allí fue fotografiado mientras auscultaba a un chiquito y la foto se viralizó días después: tenía ostensibles marcas de rasguños en el cuello.
Otro dato incriminatorio: a partir de ese momento la señal del celular de Cecilia se activa en los mismo lugares por donde se mueve el joven Sena.
16:00
Acuña relató en su indagatoria que a esa hora se despertó de la siesta, fue al comedor de la casa y la sorprendió la puerta entreabierta de un cuarto poco usado. Se acercó y vio “un bulto”. Pensó que era “un cuerpo”, dijo. Es una declaración conveniente para su defensa, que busca desligarla del homicidio y eximirla de responsabilidad, ya que no se la puede acusar de encubrir al hijo.
Añadió que Emerenciano la esperaba en su camioneta para salir hacia otra actividad de campaña, en Barranqueras. “De los nervios que tenía subí y tomé la decisión de no decirle nada hasta saber qué era lo que realmente había visto”, dijo. Añadió que le mandó un mensaje a Obregón para que volviera a la casa a corroborar que se trataba de un cuerpo. “Mientras me dirigía a una actividad en la localidad de Barranqueras, recibí la confirmación por parte de Obregón de que sí, era un cuerpo”, relató ante los fiscales.
17:00
Obregón y Sena vuelven a la casa de Santa María de Oro. Diez minutos más tarde llega Fabiana González, esposa de Obregón. Casi de inmediato, vuelve a salir corriendo a la vereda, se mete en el Citroen C4 de su marido y se agarra la cabeza, según se ve en las imágenes. Obregón la consuela y vuelve a la casa. Ella se va a pie.
19:05
César Sena sale manejando una camioneta Hilux, lleva un bulto envuelto en una frazada, que sería el cuerpo de Cecilia, en la caja. Gustavo Obregón lo sigue en el C4. Por las señales telefónicas se puede corroborar que van hacia la chanchería de Emerenciano Sena, en la zona de Puerto Tirol, al norte de Resistencia.
Obregón confesó después de pasar una semana detenido que una vez en el campo hicieron un fuego y arrojaron allí el cuerpo.
Los fiscales acusan al cuidador del campo, Gustavo Melgarejo, de haberse ocupado de avivar las llamas durante un largo tiempo.
21.30
Según coinciden las indagatorias, además de declaraciones periodísticas de otros familiares, César Sena y Obregón llegaron alrededor de esa hora cada uno en su vehículo a una comida en Barranqueras, en la casa de los hermanos de Emerenciano. Antes habían participado una actividad política, consistente en pintar un mural con la imagen de sus rostros.
“Como había mucha gente, y en todo momento estaba Emerenciano, no quise hacer preguntas”, dijo a los fiscales la madre de César. Volvieron los tres a la casa de Santa María de Oro pasadas las 22.30.
El ocultamiento
El auto de procesamiento recrea el proceso de ocultamiento de los restos y de las pertenencias de Cecilia, que duró varios días. El martes 6 -el mismo día en que la familia de la joven presentó la denuncia policial por la desaparición- César Sena le pidió a Obregón que lo acompañara hasta la chanchería. Allí juntaron en bolsas lo que quedó en la fogata prendida el viernes.
“Salimos los dos del campo -contó-. Agarramos el camino que lleva hacia la curva y antes de la curva nosotros dejamos el auto. Estacionamos ahí, bajamos con las bolsitas, cada uno llevaba una bolsa, y bajamos por un camino”. Añadió que llegaron a la costa del río Tragadero. “César desata una y larga todo el contenido de la bolsita, en el límite del agua y la costa. Y después con la otra bolsita, lo mismo, la desata y larga el contenido en el límite del agua y la costa. Finalmente, César dejas las dos bolsitas en la orilla del rio, y le prende fuego con un encendedor”.
Hasta allí llegaron los fiscales y un grupo de policías, dos semanas más tarde, y encontraron una bolsas con huesos triturados del tamaño de una uña. Se comprobó que son restos humanos y debe peritarse para saber si son de Cecilia, aunque hay dudas sobre la viabilidad del estudio de ADN por el estado en que fueron hallados.
Siempre según el relato de Obregón, Sena volvió a llamarlo alrededor de las 20 y le pidió que lo pasara a buscar por un domicilio en Barranqueras donde vive Marcelina, la hermana de Emerenciano, y lo llevara hasta la casa familiar de la calle de Santa María de Oro: “Llegamos a las 20:30 aproximadamente a la casa de César. Él baja e ingresa al domicilio. Al ratito sale con un bolso o valija, no recuerdo bien, y una mochila”.
De allí partieron hacia el barrio Emerenciano. Continúa el relato, según fuentes de la investigación: “En la última calle asfaltada del barrio, César me dice: ‘Frená acá’. Se bajó y ahí en la banquina nomás, se baja, baja la mochila y la valija y ahí nomas prendió fuego con un encendedor, bien al lado del cordón”.
Obregón dijo que “habrá tardado cinco minutos aproximadamente en agarrar el fuego”, pero aclaró que no esperaron a que agarre completamente. De ahí volvieron a la casa de la tía Marcelina.
“Quiero dejar en claro, que desde el viernes que yo recibo el mensaje de Marcela Acuña hasta el día que yo caigo detenido, todos actuaban normales, nadie me comento nada, nadie me dijo nada, nadie me pregunto nada, todos hacían vida normal”, dijo Obregón. Y resaltó: “A mí me pesaba y me pesa todo esto que habíamos hecho”.