La cuenta corriente de la balanza de pagos, registro de todas las transacciones monetarias producidas entre el país y el resto del mundo, cerró el primer trimestre del año con un déficit de US$5641 millones, desde un superávit corregido de US$1746 millones del trimestre previo, lo que supone su peor resultado desde el tercer trimestre de 2018, cuando había sido negativo en US$7453 millones ante la magnitud que había tomado la corrida contra el peso desatada meses antes.
Se trata, a la vez, del rojo más elevado para un inicio de año del último quinquenio, teniendo en cuenta el registro negativo en US$9369 millones del primer trimestre de 2018, cuando se cortó el financiamiento externo voluntario al país como preludio del descalabro cambiario que se desataría poco después.
#DatoINDECBalanza de pagos: la cuenta corriente arrojó un déficit de US$ 5.641 millones en el 1° trimestre de 2023 https://t.co/XWZtEa71Fh pic.twitter.com/KtuWNAwplR
— INDEC Argentina (@INDECArgentina) June 29, 2023
A su vez, con este resultado el déficit de la cuenta corriente llegó a los US$8500 millones en el último año, “cifra representativa a 1,3% del PBI”, explicó el economista Tobías Peicovich, de Facimex Valores.
El dato surge del Balance de Pagos difundido hoy por el Indec, que explica en ese informe que este preocupante resultado fue básicamente generado por los saldos negativos registrados tanto en el ingreso primario como en la balanza de bienes y servicios de US$3460 millones y de US$2595 millones, respectivamente.
Pese a eso, y una deuda externa bruta total que- aunque cayó marginalmente en el período- se mantuvo por encima de los US$275.000 (quedó en US$275.093 millones, la Argentina mantenía hasta fin de marzo una posición de inversión internacional neta acreedora en US$116.200 millones, aunque ésta resultó menor en US$7219 millones a la registrada en el período anterior.
🇦🇷 es acreedora neta del mundo por USD 116.200 M. 🚩 El gran deudor es el Gobierno (USD 99.300 M). 💵 El gran acreedor somos todos nosotros, con un stock neto de USD 210.600 M, y de USD 243.700 M en el “colchón”.⚠️ ¿La restricción externa? La falta de confianza. pic.twitter.com/lonbcl3ZIG
— Nery Persichini 🇦🇷 ⭐⭐⭐ (@nerypersi) June 29, 2023
La foto que publica el Indec muestra el impacto que la sequía (y los planes de estímulo para la liquidación de saldos de granos acopiados que rigieron en el semestre anterior) tuvo en la balanza comercial y, en especial, en las exportaciones, en un contexto en que los términos de intercambio pasaron a ser desfavorables para el país.
Entre otras cosas, esto fue lo que hizo que el resultado de la cuenta corriente fuera menor en US$4177 millones respecto del resultado registrado en igual trimestre del año anterior, algo determinado principalmente por una disminución de US$3461 millones en los ingresos por embarques al exterior.
“Lo que deja a la vista el informe es el déficit de cuenta corriente más agudo desde el tercer trimestre de 2018, algo que fue potenciado por el déficit comercial. El adelantamiento de las liquidaciones por dólar soja 1 y 2 y el primer impacto de la sequía se hicieron sentir en la capacidad de generar dólares. Con la cuenta financiera cerrada, el gap fue cerrado con una pérdida de reservas de US$6000 millones, la más pronunciada para un trimestre en cuatro años y medio”, observó al respecto el economista Nery Persichini, de GMA Capital.
Según el informe de Balanza de pagos, posición de inversión internacional y deuda externa, la tenencia de bonos en USD de no residentes siguió bajando en el 1T23.GD30, el caso más relevante: share en manos offshore pasó de 91% a 64% en poco más de 2 años. pic.twitter.com/GWqe5oC2iK
— Nery Persichini 🇦🇷 ⭐⭐⭐ (@nerypersi) June 29, 2023
A esto se sumó un saldo de servicios del primer trimestre de 2023 negativo en US$2241 millones (+US$287 millones con respecto al mismo período de 2022) y una salida neta de capitales, por inversiones de cartera, que llegó a los US$2889 millones en el trimestre (+US$887 millones que el registrado en el mismo trimestre del año anterior).
Eso muestra que la predisposición para exponerse al riesgo argentino, que parece estar cambiando en las últimas semanas al calor de las primeras definiciones de cara al proceso electoral, continuó en baja como bien detectó Persichini al señalar una nueva disminución en la tenencia de bonos en dólares en manos de no residentes.
En el caso del bono global 2030 (GD30), el más relevante, “la porción en manos offshore pasó de 91% a 64% en poco más de dos años”, destacó.
Como bien se sabe, la desconfianza no es sólo externa, sino también local, lo que hace que los argentinos tengan colocados fuera del país unos US$210.600 millones netos y US$243.700 millones en “el colchón”.