Los valores de la invernada no rebotan, pese a la menor oferta de terneros

“Hay muy poca hacienda para invernada en oferta; se ve en los remates y en ventas particulares”, afirma Javier Lafuente, de la consignataria Melicurá. Ocurre que la zafra de 2023 fue distinta a la de años anteriores. Se sabe, por la seca hubo que sacar los terneros de los campos lo antes posible, para aliviar pasturas y vacas. Al mismo tiempo, el operador ve que cuesta ubicar los pocos lotes disponibles, porque los invernadores pastoriles no tienen campo.

“Quienes recibieron algunas lluvias en abril observan un desarrollo lento del raigrás y de la avena, que recién dará raciones suficientes en julio-agosto”, lamenta Lafuente. Y los feedloteros están con los corrales completos.

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Julio Boutet, analista ganadero, coincide en que la zafra de terneros viene adelantada, nota que hay menos animales para vender, pero las cotizaciones no se recuperan. “Ya no hay remates de 8000-10.000 cabezas como en marzo, cuando sobraba oferta; de a poco se van achicando, pero la demanda sigue complicada porque los invernadores están atrapados en una telaraña de problemas, formada por campos que no se recuperan por las heladas, lluvias que siguen siendo insuficientes y por cero reservas”, sintetiza.

Vientres calmos

El resultado de esta ecuación es que los terneros de 180 kilos se venden a 480-490 pesos por kilo en negocios a 30 y a 60 días, aunque hay mucha disparidad de acuerdo con la disponibilidad de pasto en cada región. Los valores pueden desplomarse hasta 460 pesos en zonas secas y pueden trepar a más de 500 pesos en las que llovió y los campos empiezan a tirar.

Hacia adelante, Lafuente y Boutet esperan una recuperación de los precios en primavera, que los podría ubicar cómodamente por encima de las cotizaciones del gordo como consecuencia de la escasez.

Boutet comparó la cantidad de terneros que salieron de los campos de cría en 2023 versus 2022 y nota grandes diferencias, que anticipan faltantes en el segundo semestre. Y ante esa realidad, el mercado de invernada puede moverse con la delicadeza de una topadora.

Mientras tanto, los vientres mantienen valores semejantes a los del año pasado: 170.000-180.000 pesos por vaquillonas preñadas.

“Con el avance del almanaque, al acercarse una primavera lluviosa, esos valores pueden explotar y arrastrar también el precio de las terneras para madres”, concluye el especialista.

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