Las luchas internas en las fuerzas rusas debilitan la estrategia de guerra de Putin

NUEVA YORK.- Las drásticas declaraciones de rebelión de este viernes de Yevgueny Prigozhin, jefe del grupo de mercenarios rusos Wagner, contra el liderazgo militar ruso forman parte de una escalada interna que viene creciendo desde hace varios meses.

Prigozhin se ha mostrado siempre distanciado del comando de la guerra en Ucrania por parte de los altos mandos castrenses del Kremlin, y a su vez fue protagonista de algunas victorias resonantes en el campo de batalla, como la conquista de la ciudad de Bakhmut, en el este ucraniano.

Generalmente hizo conocer sus críticas a través de videos difundidos en las redes sociales. Los medios estatales rusos no suelen transmitir esos informes.

En uno de esos videos se paró frente a los cadáveres ensangrentados de sus soldados caídos en Ucrania, gritó insultos plagados de improperios a los líderes militares rusos y los culpó por la carnicería.

“Ellos vinieron aquí como voluntarios y murieron para dejarlos descansar a ustedes en sus oficinas de madera roja”, gritó Prigozhin. “Están sentados en sus clubes caros, sus hijos disfrutan de la buena vida y graban videos en YouTube ¡Aquellos que no nos den municiones serán devorados vivos en el infierno!”, manifestó.

Los videos de Prigozhin conforman una exhibición inquietante para los rusos acostumbrados a más de dos décadas de un gobierno controlado rígidamente por Putin: años con pocas señales de luchas internas entre sus principales lugartenientes.

Hasta ahora, jamás hubo una reacción del Kremlin sobre los videos. Algunos ven el fracaso de Putin para sofocar las luchas intestinas como una señal de cambios potenciales en la escena política rusa y quizás más batallas internas.

La televisión controlada por el Estado -la fuente de las noticias de la mayoría de los rusos- también ignora los videos de de Prigozhin. Sin embargo, son seguidos de cerca por los lectores y espectadores políticamente activos y ultrapatrióticos en las redes sociales, que comparten su desprecio por los líderes militares.

Si bien no hay indicios de que Putin esté perdiendo influencia, “hay señales crecientes de disfunción profunda, ansiedad, preocupación por la guerra y problemas reales para reunir los recursos necesarios para combatir de manera efectiva”, advierte Nigel Gould-Davies, investigador principal para Rusia y Eurasia del International Institute for Strategic Studies (Instituto Internacional de Estudios Estratégicos) y editor de su publicación Strategic Survey (Evaluación Estratégica).

En uno de sus videos Prigozhin hizo una declaración que algunos han interpretado como un ataque apenas encubierto contra el propio Putin. Declaró que mientras sus hombres morían debido a la incapacidad del Ministerio de Defensa de suministrar municiones, un “abuelo feliz piensa que le está yendo bien”, y luego se refirió a ese “abuelo” con una obscenidad.

El comentario contundente causó revuelo en las redes sociales, donde fue considerado ampliamente como una referencia a Putin. Prigozhin aseguró después que hablaba del jefe de Estado Mayor, Valery Gerasimov.

Sergei Markov, un comentarista político a favor del Kremlin, describió a Prigozhin como “el segundo hombre más popular después de Putin” y un “símbolo de la victoria militar de Rusia para millones de personas”.

La falta de respuesta de los líderes militares a los insultos de Prigozhin pareció indicar que no estaban seguros de si Putin estaba de su lado.

Aunque Prigozhin debe su posición y riqueza a Putin, desempeña cierto papel independiente con sus críticas a algunos líderes y al tratar de atraer a las masas en medio de los reveses en Ucrania, opina Andrei Kolesnikov del grupo Carnegie Endowment for International Peace (Fundación Carnegie por la Paz Internacional).

“Se está haciendo pasar por un enemigo de las élites, a pesar de que él es un producto del sistema de Putin, la encarnación de su régimen y contratos estatales”, agrega Kolesnikov. “Prigozhin está interpretando a un político independiente, incrementando los riesgos y poniendo a prueba los límites del sistema. Pero eso sólo será técnica y físicamente posible mientras Putin lo encuentre útil y se divierta con sus travesuras”.

Advierte contra la sobreestimación de la influencia y las perspectivas políticas de Prigozhin y contra la subestimación de la autoridad de Putin.

“Basta que el comandante en jefe mueva el dedo para hacer desaparecer al jefe del Grupo Wagner”, alerta Kolesnikov.

Agencia AP

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