CÓRDOBA.- Franco Michelli empezó a producir corderos orgánicos en Córdoba, en Colonia Tirolesa para “unir a la familia”. El emprendimiento Cuatro Reinas comenzó en 2019, aunque ya en ese entonces llevaba 20 años junto a su esposa dedicado a la agricultura sobre campos alquilados (soja, maíz, trigo, garbanzo, poroto). Quisieron cambiar la visión que tenían e incluir a sus tres hijas mujeres en la iniciativa.
El nombre del campo es por Verónica Nores, la esposa de Michelli y por sus hijas, Guadalupe, de 16 años, Agustina de 12 y Lucía de 10. En agosto las tres participarán, cada una con su animal, en la Rural de Palermo.
“La agricultura no es atractiva para compartir con los chicos, para que nos acompañaran y dejar de tener una relación de padre a hijos y compartir una actividad, un proceso productivo. Que nos vieran desde otro lugar, donde ellas también tuvieran alguna responsabilidad”, cuenta Michelli a LA NACION.
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En esa línea buscó qué producción ganadera podía ayudarlo en su objetivo y encontró en las ovejas “unos animales nobles, chicos, dóciles”. En la zona, donde la producción ovina no es frecuente, son todos campos agrícolas. Tuvieron que buscar y capacitar gente para dedicarse exclusivamente a los ovinos. “Hicimos un grupo muy lindo, donde tiramos todos para el mismo lado”, resume.
El campo tiene unas 70 hectáreas y toda la producción es orgánica, son corderos criados sobre pasturas naturales. El emprendimiento desarrolló un Pastoreo Racional Voisin (PRV), una metodología de producción de pasto, que se hace en el marco del bienestar animal, con la protección del ambiente.
“Estudiando sistemas de producción este nos fascinó -enfatiza-. Es asombrosa la cantidad de comida que sale de una superficie sana, biológicamente activa los 365 días del año. Nos capacitamos porque no se trata de ‘copiar y pegar’ porque cada explotación es diferente”.
Proceso
Construyeron 280 potreros de una hectárea cada uno con su bebedero fijo con boyeros; los animales que se rotan diariamente y vuelven al mismo lote después de unos tres meses.
El punto de partida fue sembrar el campo con gramíneas y leguminosas “y no intervenimos nunca más; solo intervienen las bocas de las ovejas. Nacieron y evolucionarán las pasturas nativas; ahí está el beneficio”. Son los propios deshechos de los animales los que fertilizan los lotes.
El campo certificó ser “orgánico” y lo tecnificaron. Cuatro Reinas cuenta con unas 2200 madres (raza Texel) que paren tres veces cada dos años en promedio 1,34 por cada una. Las madres se cruzan con carneros Dorper (una raza sudafricana que tiene pelo en vez de lana). “Son dos razas carniceras que tiene la particularidad de que la cría es mejor que sus padres”, especifica Michelli. El campo está inscripto como Cabaña de Dorper.
Llevan los animales de “más de 45 kilos” a faena en un “frigorífico habilitado con transporte habilitado”. La carne para la venta es envasada al vacío por corte; lleva una etiqueta QR que permite seguir la trazabilidad. “¿Cuántas veces al año se come un cordero? Con suerte una o dos, pero con este sistema se puede popularizar más el consumo, aumentarlo”, indica el productor.
Por ahora, trabajan en el mercado interno. Arrancaron por carnicerías y locales gastronómicos de Córdoba y ya están llegado a Mendoza. Otro objetivo de Michelli es que los consumidores empiecen a usar los corderos “en la cocina diaria, en la olla, en la sartén, en una empanada, en un raviol. Nuestros antepasados lo comían mucho más. Para eso trabajamos con chef y cocineros que nos están ayudando”.