RESISTENCIA.- En la casa de Santa María de Oro 1460, donde vivían Emerenciano Sena y Marcela Acuña, ocurrió todo. En esa residencia, que tiene dos plantas y dos portones negros en la entrada, donde los líderes piqueteros guardaban sus camionetas 4×4, fue asesinada Cecilia Strzyzowski el viernes 2 de junio. Allí la llevó su pareja, César Sena, y luego discutió con Acuña, antes de morir.
Esa es la principal hipótesis de una causa que alteró el último tramo de la campaña electoral en Chaco, por los estrechos lazos que unen a Jorge Capitanich con el matrimonio Sena. Ambos eran candidatos (él a diputado provincial, ella a intendenta de Resistencia) por una lista colectora del gobernador y recibían fondos millonarios del gobierno chaqueño. Solo en 2023, $141 millones.
Los rastros de sangre que se encontraron en esa casa que pertenecía originalmente al padre de Acuña, el abogado de derechos humanos Saúl Héctor Acuña, refuerzan ese argumento. Y se sumaron este viernes dos testimonios clave: los de Gustavo Obregón, empleado de la organización y del Ministerio de Desarrollo Social de Chaco, y su pareja, Fabiana González, que era la mano derecha de Acuña. Tanto Obregón como González están presos e imputados como partícipes del homicidio.
El horror no terminó con el crimen. Siguió con lo que hicieron después para ocultar el cuerpo, que, según la declaración de Obregón habría sido incinerado cerca del paraje Tres Horquetas, donde el líder piquetero tiene un establecimiento de cría de cerdos, dijeron fuentes judiciales. Allí se realizó el fin de semana un nuevo rastrillaje con un equipo de antropología forense de Córdoba. Todo está recargado de una metáfora. Porque esa chanchería, donde habrían tratado de hacer desaparecer el cadáver, fue tomada por Emerenciano en 2018 y luego expropiada por el gobierno chaqueño para cedérsela.
¿Qué ocurrió en la casa de Emerenciano Sena? Lo que resta terminar de dilucidar en la causa es quién fue el autor material del crimen y cómo asesinaron a Cecilia Strzyzowski. Ese dato es clave, porque cambiaría las imputaciones contra los detenidos. La justicia tiene diez días hábiles a partir de la indagatoria que se realizó este martes para dictar la prisión preventiva y definir las acusaciones. La estrategia de la defensa del matrimonio, en manos del abogado Juan Carlos Saife, es tratar de que el líder piquetero sea imputado solo por encubrimiento.
La declaración de Obregón, según fuentes judiciales, apunta a que fue César Sena quien la mató, luego de que Cecilia discutiera con Marcela Acuña. El joven de 19 años la habría golpeado y ahorcado, de acuerdo a ese testimonio.
Para la familia de Cecilia todo estaba planeado. El objetivo era asesinarla en la casa de Santa María de Oro 1460 y que los Sena estaban convencidos que contaban con la protección necesaria para hacerla desaparecer y que nadie descubriría qué había pasado con Cecilia. Por eso, sostienen, montaron previamente la coartada de un viaje a Ushuaia, que la propia Cecilia creyó, y fue delineada por quien era su marido.
El fiscal Jorge Cáceres Olivera confirmó que “hubo un problema económico”, aunque prefirió no explayarse. La primera declaración que hizo César Sena, cuando concurrió como testigo a la comisaría Nº3 el jueves 8, estuvo plagada de mentiras. Pero deslizó algo que sí puede ser verdad: Marcela Acuña y Emerenciano Sena querían que Cecilia se fuera de Resistencia. Y para ello le propusieron que se fuera muy lejos, a Ushuaia, donde Acuña –según la declaración de su hijo- le había conseguido un puesto en el Ministerio de Educación, le iban a dar un departamento y 400.000 pesos. La querían lejos de su hijo desde el primero momento.
César Sena y Cecilia se conocieron a través de la aplicación Tinder a fines de 2021 y menos de un año después se casaron por civil, pero pocos días después Acuña obligó a que un abogado de la organización iniciara un trámite de divorcio.
La relación entre la pareja era conflictiva. No hay denuncias sobre violencia de género en contra de Sena, pero Gloria, la madre de Cecilia, presentía –según contó a LA NACION– que no iba a terminar bien. “Él tenía arrebatos de una persona violenta”, apuntó la mamá de Cecilia. Nadie iba a imaginar que el jueves 1º de junio era la última vez que un familiar vería con vida a la mujer de 29 años.
“Me dio miedo”
El intercambio de mensajes que fue aportado a la Justicia por uno de los dos testigos de identidad reservada el pasado 8 de junio da indicios de que había síntomas de violencia en la relación. Cecilia describió en un chat un episodio traumático con César Sena. “Estábamos discutiendo por una pavada y me dijo: ‘Cerrá el orto’ y yo me quise bajar de la camioneta y me metió de nuevo a la fuerza. Pero es la primera vez que es violento conmigo y me dio miedo”. En otro mensaje puso: “Hoy vi mi vida delante de mis ojitos”.
Cerca de las 23, César Sena pasó a buscar en la Toyota Hilux de la fundación a Cecilia por la casa de su tía abuela en el barrio 500 Viviendas, de Barranqueras. Ella vestía ropa deportiva y llevaba una valija con rueditas y una mochila. Creía que iba a viajar. Lo que Cecilia había contado a su madre era que volaría desde Corrientes a Buenos Aires, donde pasaría un día, antes de subirse a otro avión hacia Ushuaia. Se suponía que Sena la acompañaría.
Del barrio 500 Viviendas fueron hasta el bar Gato Negro. Ese lugar estaba cerrado. Era un negocio que había puesto César Sena para que lo manejara Cecilia. El alquiler lo pagaba Marcela Acuña, que figura como empleada del Ministerio de Desarrollo Social con un sueldo de 161.000 pesos, de acuerdo al último recibo.
César Sena estaba bastante compenetrado en la campaña electoral porque sus padres eran candidatos de una lista colectora que encabezaba Jorge Capitanich en el tramo de gobernador.
Esa noche la pasaron en un motel llamado Ruta 99, ubicado en Cangallo 393, en el macrocentro de Resistencia. Después de las 9, recorrieron 23 cuadras en la camioneta Toyota Hilux color blanca hasta llegar a la casa de Santa María de Oro 1460, donde viven Emerenciano Sena y Acuña. Entre cinco y seis horas después Cecilia habría sido asesinada, de acuerdo con la investigación.
Según el abogado Juan Díaz, que fue defensor del hijo de Emerenciano hasta el miércoles pasado, César Sena fue al mediodía al barrio de la organización donde sus padres estaban en campaña. Regresaron a la casa de Santa María de Oro 1460.
Los familiares de Cecilia creían que ella estaba en Buenos Aires, pero estaba muerta. A partir de ese momento los Sena intentaron engañar a los parientes de la joven.
La principal hipótesis de la fiscalía es que Cecilia discutió con Acuña por dinero. En su primera declaración, Sena dijo que Cecilia pedía una compensación económica. Se supone que por su separación. Díaz detalló que reclamaba 400.000 pesos. El exesposo de Cecilia declaró que el acuerdo era que le cedieran lo siguiente: “Una suma económica, un inmueble en el barrio Emerenciano y una suma de dinero para concretar un comercio entre Cecilia y yo, siendo ella la encargada (que era el bar Gato Negro)”.
Obregón declaró que César Sena habría sido el autor material del homicidio. Que golpeó a Cecilia y luego la ahorcó, y que Marcela Acuña estaba presente. El fiscal Olivera detalló el viernes que Emerenciano también estaba en la escena del crimen. Pero no se definió por ahora cuál fue su rol. La semana que viene, cuando venza el plazo para dictar la prisión preventiva, la fiscalía deberá detallar esos roles, que por ahora no están perfectamente delineados.
Mientras tanto, los Sena seguían con el montaje del viaje a Ushuaia de Cecilia. El viernes 2 de junio a las 15.59, cuando la joven ya estaba muerta, desde su teléfono Sena le escribió a un primo de su pareja. “Volvemos en una semana aproximadamente nosotros. O yo nomás”, escribió. César Sena avisaba que estaban en Buenos Aires y que desde allí partirían a Ushuaia. La idea era plantar la coartada.
Sin embargo, al otro día, el sábado 3, César Sena participó por orden de su madre de un acto de campaña en el barrio Obrero de Colonia Elisa. Una foto de ese día lo muestra con rasguños en su cuello. Esa tarde Emerenciano confeccionó chorizos para los fiscales que intervendrían en las elecciones de este domingo. Cecilia estaba muerta y los Sena seguían con sus actividades políticas. Esa misma mañana, la agrupación piquetera organizó una actividad para abrir una calle de tierra en la zona cercana a un campo donde los Sena tienen un criadero de cerdos. Llevaron una excavadora. Por la noche hicieron un acto en una bailanta, donde la familia en pleno repartió regalos entre los asistentes.
Cecilia seguía sin atender a su madre, Gloria Romero. La respuesta que le llegó fue que el teléfono se había roto y que solo podía escribir chats, no atender llamadas ni hacer fotos.
La mujer decidió llamar a César Sena el lunes 5: él le dijo que ya estaban en Ushuaia, que su hija estaba en la casa, pero que él no la tenía cerca y que ya la llamaría cuando comprara un nuevo teléfono. Todo era mentira.
Gloria contó que esa noche, a las 20.30, dos hombres que no conocía se presentaron en su casa para decirle que sabían que algo malo le había pasado a su hija y que los Sena eran responsables.
Romero hizo la denuncia por la desaparición de su hija el martes 6 de junio a las 13:15, en la Comisaría 5ta de Resistencia. El caso quedó a cargo del fiscal de violencia de género Jorge Cáceres Olivera, que activó el protocolo de búsqueda de personas y el correspondiente de femicidio. Pero todo se demoró. Si hubiesen allanado antes los lugares claves, como la casa de Santa María de Oro al 1400, la investigación hubiese avanzado con otro ritmo. En ese lapso habrían limpiado los restos de Cecilia en esa casa.
Según la declaración que aportó el viernes Obregón, un hombre incondicional de Emerenciano Sena que habría hecho un acuerdo para despegar de la causa a su pareja, durante la noche llevaron el cadáver de Cecilia a un campo cerca de la chanchería.
LA NACION recorrió el jueves pasado el lugar. No se encontraba vallado ni protegido con custodia. Esa versión señala que el cuerpo habría sido incinerado con combustible. Un dato relevante de la causa es que las antenas de los celulares sitúan en esa zona los teléfonos de Sena, Obregón y Cecilia el lunes 5 antes de desconectarse para siempre. Luego, los Sena cambiaron diez teléfonos celulares. Ese es otro indicio que algo querían ocultar.
Hasta ese lugar llegaron este sábado antropólogos forenses que arribaron desde Córdoba, que inspeccionaron la chanchería y otra zona de monte, donde recolectaron restos óseos. Durante el primer rastrillaje que se realizó el domingo de la semana pasada por la policía se había encontrado un fémur, que sería de un hombre por sus dimensiones.
La madre de Cecilia dijo a este diario que no va a descansar hasta hallar el cuerpo de su hija. Pero la mujer pierde las esperanzas. “Todo fue premeditado. A mi hija le tendieron una trampa”, dijo. Gloria se transformó en un emblema por reclamar justicia por Cecilia en Resistencia, una ciudad donde la calle siempre tuvo la hegemonía de los piqueteros como Emerenciano Sena, que reciben aportes millonarios del Estado.
El resultado electoral de este domingo es un enigma por cómo influirá el femicidio de Cecilia y la actitud que tuvo el gobierno chaqueño. Capitanich evitó en todo momento pisar la capital chaqueña en el último tramo de la campaña. Un clamor popular, distinto al que corta calles para reclamar más fondos del Estado, irrumpió bajo el reclamo de que no haya más impunidad. El mensaje que quedó al descubierto el miércoles en la multitudinaria marcha de las antorchas no sólo fue para el gobierno sino también para la justicia.