Alguna vez se pensó que el 20 de junio, al filo de la presentación de listas, iba a haber un evento de envergadura política para inaugurar el gasoducto Néstor Kirchner. Pero eso no ocurrirá. Apenas habrá una puesta en escena menor para el “llenado del tubo”, sin muchas luces. Más tarde, se especuló con un acto patrio por el Día de la Bandera para presentar en sociedad a la fórmula presidencial. Pero tampoco se activó.
Muy cerca de Cristina Kirchner ayer descartaban un acto patrio el martes. La vicepresidenta se encuentra en Santa Cruz al igual que Máximo Kirchner, que avisó a más de un intendente que quería pasar el Día del Padre con sus hijos en Río Gallegos. “Todos esperamos que los dos vuelvan del fin de semana largo con definiciones”, dijo a LA NACION un importante armador de la provincia. “Lo que venimos hablando es que miércoles o jueves hay que empezar a ordenar lo de abajo”, agregó.
Los referentes más involucrados en el armado electoral esperan que los Kirchner tomen dos grandes decisiones. Obviamente, la primera es quién va a ser el candidato a presidente. “Todavía los tres pueden ser”, dijo en las últimas horas un dirigente de trato directo con Kirchner en alusión a Eduardo “Wado” De Pedro, Axel Kicillof y Sergio Massa. Las probabilidades de cada uno están imbricadas con la segunda incógnita, que es si al final del día, habrá una PASO con Daniel Scioli.
En el búnker del embajador en Brasil aseguran que nada en el mundo impedirá que se presente. Ayer firmó el acta de su candidatura presidencial por la corriente interna, que bautizó “Unidos Triunfaremos”. Pero en el kirchnerismo y massismo piensan que se pueden hacer más esfuerzos por terminar en una fórmula única. Depende de la vice.
“Cristina tiene que decidir si va a hacer todo lo posible por bajar a Scioli, o no. Todavía a Daniel no le ofrecieron nada. Por ahora hubo látigo y no billetera”, ironizó un referente bonaerense muy involucrado en el armado electoral. Otro funcionario acotó: “Le va a poner mucha presión. Y en las últimas horas le pueden ofrecer algo”.
Hasta ahora, Máximo complicó a Scioli con los reglamentos de la flamante alianza, Unión por la Patria. Las bases y condiciones para los cargos provinciales buscan hacerle el camino empinado, porque fija que los 135 intendentes solo pueden ir “colgados” de un solo candidato a gobernador y que no habrá lugares expectantes para la lista perdedora de legisladores y concejales. Pero no hubo ofrecimientos.
En el caso de Victoria Tolosa Paz, que se presentará como candidata a gobernadora, circuló la versión de que el kirchnerismo podía ofrecerle la postulación a la intendencia de La Plata (lo que implicaría desalentar a Julio Alak y Florencia Saintout). Cerca de la ministra de Desarrollo Social niegan esa opción y subrayan que ella ya presentó a Juan Granillo Fernández como su postulante a la capital provincial.
La decisión de ir a fondo con Scioli depende, de nuevo, de lo que se defina en el Sur. “Muchos consideran que una PASO de Wado con Scioli podría arrastrar más votos y además permitir que Wado se gradúe en la política”, dijo un importante referente bonaerense.
Quién
La opción de De Pedro es, en el escenario actual, la alternativa más natural. En definitiva, el ministro del Interior fue el único autorizado por la vice para hacer campaña antes de las definiciones. “Es grande todo lo que se está poniendo atrás de Wado, no había pasado con ninguno antes”, reflexionó un referente de La Cámpora. Además, su nombre generaría contención en los sectores kirchneristas poco predispuestos a jugar otra vez con un postulante impuro. Su talón de Aquiles es su bajo conocimiento, más un potencial electoral que todavía no pudo demostrar.
Pese a que desvestiría a la provincia, todavía se cree que Cristina puede ir con Kicillof. El gobernador quiere su reelección, pero acataría la orden de su jefa. Si ella lo elige, no puede dejar pasar mucho tiempo: sería un bombazo en el ajedrez provincial.
La variante Massa, que venía más potenciada por el pedido de los gobernadores, en los últimos días perdió fuerza. Justamente porque nadie se imagina una interna entre el líder del Frente Renovador y Scioli, su archienemigo. “Sería sangriento, no podemos terminar así”, dijo un referente kirchnerista.
Massa dice hacia adentro que la estrategia tiene que ser “unidad y competitividad”. En las últimas horas, en el Frente Renovador machacaban con que el ministro de Economía es sinónimo de “garantía de gobernabilidad y volumen de gestión”, una señal de que él quiere seguir siendo el candidato.
“Sergio quiere ser presidente pero tiene sentido del tiempo y el espacio. Con seguridad va defender lo propio”, dijo a LA NACION un referente muy cercano a Massa. Si no encabeza, tendrá que “cobrar bien” en las listas.
Este fin de semana, Massa tenía previstas reuniones políticas cruciales. La semana que viene es un antes y un después en su carrera: además de la definición de la candidatura, el jueves vence el pago al FMI. Los equipos de Economía está trabajando de forma remota para destrabar el acuerdo. “Cuando terminen las conversaciones virtuales, que van bien, viajará primero el equipo económico y después Sergio para cerrar”, explicó una fuente del Palacio de Hacienda. No se descarta un viaje relámpago a Washington antes del cierre de listas.
Con esta confusión general, el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, dejó saber que está disponible para la estrategia nacional, tras el triunfo del peronismo en su provincia. Es, hoy, el único nombre en danza como compañero de fórmula. Los binomios mixtos, al parecer, dejaron de ser prioridad.
En Buenos Aires esperan que la definición de Cristina no pase más allá del miércoles o el jueves. “Armar todo lo de abajo no es fácil, hay que ordenar y contener, es un trabajo político intenso”, opinó un colaborador de La Cámpora, aunque consideró que tampoco se le puede dejar mucho margen a Scioli para que “pase la ambulancia”.