RESISTENCIA.-Se presume que Cecilia Strzyzowski ya estaba muerta el viernes 2 de junio a las 15.59. Pero desde su teléfono César Sena le escribió a un primo de su pareja. “Volvemos en una semana aproximadamente nosotros. O yo nomás”, escribió. Quería César Sena avisar que estaban en Buenos Aires y que desde allí partirían a Ushuaia. La idea era plantar una coartada, interpretan los investigadores, porque Cecilia probablemente estaba muerta.
Este mensaje y otros que recibió Gloria Romero, algunos desde el teléfono de su hija, fueron aportados por la abogada Karina Gómez –según confiaron fuentes de la familia de la víctima a LA NACION– a la Fiscalía que investiga el femicidio de Cecilia.
El caso de Cecilia Strzyzowski agudizó los reclamos por el fin de la impunidad en Chaco
Juan Díaz, el abogado que renunció a la defensa de Sena, contó a LA NACION que el viaje a Ushuaia tenía que ver con una oferta de trabajo, que acercó a la pareja la madre de César Sena. Por eso, el fiscal Jorge Cáceres Olivera consideró este viernes que “había un tema económico en el medio”.
“El principal lineamiento de investigación que tenemos nosotros es que hubo algún altercado dentro del inmueble de Santa María de Oro. Estas son hipótesis que deben corroborarse, pero creemos que fue por un problema económico, una discusión económica entre Marcela Acuña y Cecilia y a raíz de eso ocurre el desenlace de su muerte”, afirmó el fiscal a Diario Chaco.
“Entiendo que habrá habido una discusión acalorada y que esta situación se le fue de las manos a Marcela Acuña principalmente y que las otras personas están activamente colaborando y que colaboraron con Marcela para crear una coartada de un supuesto viaje y poder encubrir su hecho delictivo “, agregó.
La secuencia que maneja la fiscalía es que Cecilia fue el jueves a la noche con su esposo al bar Gato Negro, que manejaban desde hace un tiempo, pero estaba cerrado. Se cree que Sena dormía allí. Luego, pasaron la noche en el motel Ruta 66, y el viernes a la mañana entraron a la casa de Emerenciano Sena. Desde ese momento nunca más se vio con vida a Cecilia. El hijo de Emerenciano tramó luego una coartada a la familia de Cecilia para hacerles creer que él y su esposa habían viajado a Buenos Aires y luego a Ushuaia. Pero todo fue una mentira planeada por el joven.
Según lo que reconstruyó LA NACION el viernes a la mañana los suegros de Cecilia no estaban en la casa, sino que se encontraban en el barrio Emerenciano. César Sena salió de la casa al mediodía y fue hasta allí solo, sin su esposa. La hipótesis es que la joven ya estaba sin vida. El principal acusado habló con su madre y partió a una actividad política en Colonia Elisa. Sus padres regresaron a la casa al mediodía. Él llegó después y luego arribaron Gustavo Obregón y Fabiana González, quienes habrían cargado bolsas en una SUV Citroen, propiedad del primero. Esa secuencia es la que se maneja con detalle en la causa. Y complica a todos los detenidos.
Ahora estos chats suman certezas de que la escena del crimen podría haber sido la casa de calle Santa María de Oro, donde viven Emerenciano Sena y Marcela Acuña, los padres de César Sena. Allí la policía de Investigaciones detectó rastros de sangre y una sierra con restos orgánicos. Según fuentes del caso, la sangre sería de Cecilia, pero aún la fiscalía no dio a conocer los peritajes. Algunos miembros de la familia de la víctima especulan, según señalaron a LA NACION, que tiene que ver con que esa confirmación no se produzca antes de las elecciones del domingo en Chaco.
Otro mensaje que envió César Sena por Whatsapp es por demás de llamativo. “No puedo seguir fingiendo que estoy con vos en una historia de amor falsa. Deciles la verdad”. Ese texto enviado por Whatsapp llegó al celular de Cecilia Strzyzowski desde el teléfono de su pareja, César Sena, y es parte de una cadena de mensajes donde el principal acusado por el femicidio de la joven se victimiza ante un supuesto abandono de quien era su pareja. Lo que interpretan en la causa es que este mensaje formaría parte del engaño planeado para desviar la atención de lo que realmente estaba pasando: Cecilia ya estaba desaparecida.
El lunes 5, tres días después de que Cecilia fue vista por última vez, César Sena le escribe –según se sospecha- desde el teléfono de Cecilia a Gloria, la madre de su esposa. Le contó que paseaban por Buenos Aires y que el teléfono estaba roto. Después le dice que habían arribado a Ushuaia. Sólo podía mandar textos.
Según publicó Clarín, ese mismo lunes por la noche a Gloria la fueron a ver dos policías (que todavía no están identificados) pero que afirmaban ser cercanos a Sena y decían que algo le había pasado a la chica. En ese momento, la mujer comienza a escribirle frenéticamente a su hija para entender qué le había pasado.
“Vino la Policía buscándote como desaparecida. Si no te comunicás para mañana hago la denuncia. 2 policías quieren saber dónde estás. Me pareció todo muy raro en qué mierda te metiste”, le escribe la madre.
La joven estaba desaparecida. Ella no era la que escribía, sino que se presume su pareja. Estas pruebas serán claves en la causa. Lo que aún sigue siendo un misterio es dónde está Cecilia.