CORRIENTES.- Por primera vez desde que el caso de su hija se volvió uno de los temas principales de la conversación nacional, Gloria Romero encendió la cámara de su celular y se metió de lleno en la arena política. “La próxima marcha es el domingo; es en las urnas. Esa tiene que ser la verdadera marcha por Cecilia”, pidió la mujer, con firmeza, pese a su dolor.
“Esa marcha es la que verdaderamente queremos: un cambio para esta provincia. Por lo tanto, la próxima marcha es el domingo, para terminar con la impunidad. No me importa a quién voten, eso ya es una decisión de cada uno, pero voten”, rogó Gloria Romero, madre de Cecilia Strzyzowski, desaparecida desde principios de mes, fecha en la que se cree fue asesinada y despostada por los tres miembros del clan Sena.
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Por el hecho hay siete personas detenidas, entre ellas César Sena, exmarido de Cecilia e hijo del matrimonio entre Emerenciano Sena y Marcela Acuña. Pero además desató un escándalo político porque estos dos últimos y otros dos detenidos integraban una lista colectora en el frente que lidera el gobernador Jorge Capitanich.
Ante esta circunstancia, pero también en el entendimiento de que la única bronca que valdrá en las elecciones primarias del domingo es la que tiene forma de boleta, la familia de Cecilia reformuló su planteo inicial, que era directamente no ir a votar.
Cayeron en la cuenta de que no votar beneficiaría al gobierno, seguramente asesorados por alguien que entiende mejor las dinámicas electorales, y por eso Gloria salió este viernes a pedir que “el castigo hacia las mafias” se manifieste a través de algunas de las boletas que estarán en el cuarto oscuro.
A propósito de esto, la pregunta recurrente por estas horas en todo Chaco e incluso en los bunkers de las campañas presidenciales, pretende saber cuánto del caso Cecilia podría colarse en el cuarto oscuro para torcer el rumbo de una elección que desde principios de año favorecía al oficialismo.
Un analista enviado a la provincia por la escudería de Patricia Bullrich, pero que pidió reserva de nombre, dijo a LA NACIÓN que no tiene números frescos. “Los que tengo son previos al escándalo y mostraba una elección emparejándose, pues Capitanich tenía mayor ventaja a principios de año. Es probable que esto afecte al gobierno. Lo que no me queda claro es cuál de los candidatos de Juntos por el Cambio lo capitalizaría mejor, si Leandro Zdero o Juan Carlos Polini”.
Por lo demás, habría mirar también la afluencia. Si va a votar el que en general no va, o no iba a ir este domingo, ¿a quién votará? “Más allá de eso -continuó el analista- menos participación favorece a los aparatos. Y hoy el aparato y el statu quo es Capitanich”.
Por su parte, el director de Politikon Chaco, Alejandro Pegoraro, no visualiza un efecto grande. “Podría verse más fuerte un impacto en los niveles de participación electoral, pero no tanto en votos contra Capitanich. Creo que existe una porción muy menor de la población que cambiaría su voto, de Capitanich a otro candidato, como producto directo del caso Cecilia; sí, en cambio, puede fortalecerse el voto opositor, pero no necesariamente en desmedro del voto oficialista”.
“Creo que el impacto más fuerte se verá en los niveles de participación, que ya se pronosticaban bajos, por el día del padre, por el fin de semana largo y porque hubo muchos sectores que llamaron a no ir a votar como repudio por el caso Cecilia. Allí podría haber un dato significativo, aunque si se da esa apatía, terminará beneficiando al gobierno”, analizó Pegoraro.
Martín Baintrub, uno de los directivos de la firma Persuasión, que conoce y trabaja en la zona, dijo por su parte que el caso Cecilia debería impactar, pero que no sabe hasta dónde, entre otras cosas porque “la oposición no supo articular un trabajo de capitalización de los estados de ánimo”. Incluso, advirtió, “que una parte llame a votar y otra parte llame a quedarse en su casa, dificulta un procedimiento común”. Ahora, “si la gente lo responsabiliza a Capitanich y tiene elementos para hacerlo, lo pueden castigar. Mi intuición es que le va a salir muy caro”, cerró.
Otro analista veterano, pero que pidió reserva por cuestiones profesionales, dijo que Chaco transita momentos de “arenas movedizas” que pueden impactar, por supuesto, pero que eso va a depender “de la calidad humana de la reacción de los postulantes”.
“Hay varios tipos de reacción posibles en la política concreta de culturas como la chaqueña. Así por ejemplo está la arrogancia, la suficiencia, la auto-victimización política, la paranoia, la conspiración de los medios, una híperreacción teatral, el paternalismo o una reacción corporativa desde la política, o decir “confío en la justicia”, etc, etc. Todas estas actitudes hunden a quienes las practican. Los meten en una ciénaga. Y si es Capitanich el que adopta estos estereotipos, el agravamiento de su situación es segura”.
“Es lo que hacen para construir poder, pero deja de funcionar y se invierte cuando la realidad desplaza a la ficción”, advirtió. Entonces, “lo que le ha servido para consolidar una plataforma de poder, se le vuelve exactamente en contra. Para salir tendrá que asumir que la agenda y las prioridades las fija de aquí en más la sociedad y el espacio de la opinión pública”, completó.
LA NACIÓN buscó también la opinión de un analista cercano a Capitanich, pero ninguno respondió a la requisitoria. Las huestes del oficialismo no viven días felices, sobre todo desde que explotó el caso de Cecilia y desde cuando se conocieron los primeros detalles más bien escabrosos.
No obstante, fuentes reservadas contaron que no son pocos los colaboradores que pidieron al gobernador suspender las elecciones, pero que recibieron una negativa contundente. Algunos dicen que está mal asesorado y otros que no se deja asesorar, o que escucha en demasía a hija, contrariando todos los manuales de la comunicación política. Su hija María Guillermina Capitanich es directora de los Medios Públicos chaqueños y quien mandó a publicar en los últimos días que la ciudadanía “sólo debería informarse del caso de Cecilia por los medios oficiales”, lo que le valió una catarata de críticas.
Capitanich ensayó el jueves por la noche una argumentación sobre el tema. “Cuando ciertas voces se manifestaron sobre la suspensión de las elecciones, nos aseguramos de realizar las consultas institucionales necesarias para tomar la decisión correcta. Siguiendo las recomendaciones y sugerencias normativas que surgen de nuestra Constitución y leyes, hemos confirmado la importancia y necesidad de llevar a cabo estas elecciones el próximo domingo”, aseguró el gobernador.
Un analista que conoce de cerca el mundo del gobernador cree que Coqui está impactado, porque una cosa es pelear contra la crisis y el desgaste propio de alguien que conduce la política de una provincia por más de una década y media, pero otra muy distinta es pelear contra una bronca generalizada que se corporizó el miércoles con la multitudinaria marcha para pedir justicia por Cecilia.
Capitanich salió de situaciones difíciles, tiene experiencia e incluso una hiperactividad de gestión que le reconocen hasta sus oponentes. Ahora, ¿le alcanzará eso el domingo para validar su candidatura y competir por un cuarto mandato al frente del Poder Ejecutivo? Esa es otra de las preguntas que los chaqueños esperan resolver este domingo por la noche.
Capitanich repetirá fórmula, bajo el sello del Frente Chaqueño, con la actual vicegobernadora, Analía Rach Quiroga. Tendrá interna contra la fórmula está integrada por Ismael Espinoza y Cepriano Arizaga.
El dato del cierre de listas fue que tres de sus exaliados irán por afuera y en competencia directa. Son los casos de Corriente de Expresión Renovada, que postula al actual intendente de Resistencia, Gustavo Martínez, como precandidato a gobernador y Viviam Polini como precandidata a vice; al Frente Integrador que postula al ex vicegobernador Juan Carlos Bacileff Ivanoff, en fórmula con César Picón; y al Frente Unidos por la Gente que postula al ex gobernador Domingo Peppo y Nicolás Matta como precandidatos a gobernador y vice.
En cuanto a la oposición, los principales candidatos son los de Juntos por el Cambio, que irán a internas. La lista Orden y Trabajo postula Juan Carlos Polini y a la exrectora de la Universidad del Nordeste, Delfina Veiravé; mientras que la lista Chaco Cambia postula al diputado Leandro Zdero y a Silvana Schneider.
La oferta se completa con el Partido Obrero, que postula a Germán Báez y a Samanta Salas; La Libertad Avanza, el espacio de Javier Milei que en el Chaco propone a Alfredo Rodríguez y a Ileana Aguirre; y Libertarios en Acción, que candidatea a Rubén Galassi y a Marta Kassor.
Así, y mientras en la formalidad de la calle y de los medios tradicionales rige la veda electoral, la campaña sigue intensa en las redes e incluso con llamadas telefónicas. Dos de las encuestas a las que tuvo acceso LA NACIÓN dan cuenta, ambas, de que Capitanchi mantiene la delantera, una con 27% y la otra con 31%. El dato más significativo, no obstante, es que ambas muestras sostienen que Martínez, Bacileff Ivanoff y Peppo juntan, cada uno por separado, entre un 17 y un 22% más, números muy significativos que se le restan al gobernador.
En cuanto a Juntos por el Cambio, un trabajo le da mejor a Zdero y otro a Polini. En la sumatoria, los datos a los que accedió este diario dicen que podrían conseguir entre un 38 y 47% de las preferencias, lo que los posicionaría de manera muy competitiva para las generales de septiembre, si es que el frente se sostiene.
En las últimas elecciones primarias, las nacionales de septiembre de 2021, Chaco Cambia consiguió el 46,84% de los votos, superando al Frente de Todos que quedó casi diez puntos por debajo, con el 37,86%. Pero en las generales, Capitanich remontó esas PASO y sacó el 44,52% frente a 42,74%. Ajustadamente, pero las remontó. Entre otras cosas por el manejo de un factor decisivo que en Chaco llaman el “padrón social”, padrón que responde muchas veces a líderes sociales como Emerenciano Sena.