La perspectiva de cosechas récord de soja y de maíz planteada por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) para la campaña estadounidense 2023/2024 ya ingresó en zona de conflicto por condiciones ambientales adversas para los cultivos tras la combinación de lluvias insuficientes con temperaturas cálidas sobre buena parte de las zonas agrícolas más importantes del país. Esa situación, confirmada hoy por el mapa de monitoreo de la sequía que reflejó el crecimiento de las regiones que padecen déficit de humedad, disparó compras desde el sector de los grandes fondos de inversión que derivaron en alzas superiores al 4% para los precios de la oleaginosa y del cereal en la Bolsa de Chicago.
En efecto, las pizarras reflejaron alzas del 2,9 y del 3,8% para las posiciones julio y agosto de la soja, cuyos ajustes pasaron de 510,09 a 524,79 y de 484,47 a 502,84 dólares por tonelada. La mejora más importante se dio sobre el contrato noviembre, que es el que marca la entrada en el circuito comercial de la nueva cosecha, y fue del 4,2%, tras variar su precio de 455,62 a 474,82 dólares por tonelada, en un movimiento que marcó un recorte de la brecha todavía vigente entre el ciclo que termina el 31 de agosto y el que se inicia el 1º de septiembre.
En función de la actualización semanal del mapa de monitoreo de la sequía que producen en forma conjunta el Centro Nacional de Mitigación de Sequía de la Universidad de Nebraska-Lincoln, el USDA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, el área destinada a la soja que experimenta condiciones de sequía mostró hoy un incremento del 39 al 51%, un nivel muy lejano del 9% vigente un año atrás.
El invierno llega con mucho frío y pocas lluvias
Para el caso del maíz, el análisis hecho sobre las regiones cubiertas por el cereal indicó que en la última semana la proporción de suelos bajo condiciones de sequía aumentó del 45 al 57%, un nivel también muy lejano del 17% reportado a igual fecha de 2022.
Ante ese dato, los contratos julio y septiembre del maíz en Chicago sumaron hoy un 2,5 y un 4,6%, al pasar de 239,26 a 245,36 y de 214,56 a 224,40 dólares por tonelada. La posición diciembre, ya con la nueva cosecha finalizada, también subió un 4,6%, luego de variar de 216,23 a 226,17 dólares por tonelada.
Sin pronósticos que permitan elucubrar con revertir en lo que resta de junio el actual déficit hídrico que afecta el centro de las grandes planicies y todo el cinturón sojero/maicero del medio oeste de Estados Unidos, preocupa a los operadores que Iowa e Illinois, los dos principales Estados productores de granos gruesos, hayan visto crecer en una semana las áreas bajo condiciones de sequía del 42,76 al 67,56% y del 50,11 al 64,99%, respectivamente. Hacia el este, Indiana y Ohio, también registraron aumentos de las superficies secas, de 21,68 al 49,65% y del 62 al 78,17%. Nebraska y Missouri, que también son relevantes para la cosecha de soja y de maíz, tiene el 75,24 y el 56,51% de sus territorios con signos de sequía.
El maíz, que define buena parte de su suerte durante el mes próximo, necesita que las condiciones ambientales mejoren en las próximas semanas para que el estrés hídrico no deje huella en los rindes. El lunes pasado, en su informe semanal sobre cultivos, el USDA redujo del 64 al 61% la proporción de plantas en estado bueno/excelente y la alejó del 72% de igual momento de 2022. Ahora, los operadores estiman que la semana próxima el organismo ajustaría ese dato hasta el 58/59 por ciento.
En el caso de la soja, el mes clave para la formación de sus rendimientos futuros es agosto, por lo que aún puede capitalizar un cambio en el patrón meteorológico. Sin embargo, eso será posible según el grado de deterioro con que lleguen las plantas a una eventual mejora en la provisión de humedad. El lunes el USDA redujo del 62 al 59% la proporción de cultivos en estado bueno/excelente, frente al 70% vigente un año atrás. Los operadores prevén para el próximo reporte oficial una nueva caída de la condición de las plantas hasta el 56/57 por ciento.
Por lo visto en lo que va de junio y por lo que resta definir, la volatilidad de los precios se prolongará –como el mercado climático– hasta fines de agosto, con un protagonismo recargado de los grandes fondos de inversión especuladores, que vienen arrastrando posiciones vendidas (una apuesta por valores en baja) y que podrían buscar equilibrar esas tenencias en función de perspectivas que, quizás, no resulten tan negativas si las cosechas de la soja y del maíz no logran los récords de 122,74 y de 387,75 millones de toneladas que el USDA pronosticó en mayo, respectivamente.
Otro factor que en las últimas jornadas viene apuntalando el valor de los granos gruesos estadounidenses es la firmeza del real frente al dólar, un movimiento que le resta competitividad a las exportaciones de Brasil, el principal productor y exportador de soja, y el mayor proveedor mundial de maíz. Además, el estado actual de la paridad entre estas monedas le resta estimulo para vender a los productores brasileños.
Correlato muy parcial en el mercado local
Las fuertes subas externas tuvieron un correlato muy parcial en el mercado doméstico de granos. Al cierre de la jornada, las pizarras del Matba Rofex mostraron subas de US$6 y de 5,30 sobre las posiciones julio y noviembre de la soja, cuyos ajustes fueron de 380,50 y de 377,50 dólares por tonelada. El contrato mayo, que marca la entrada de la próxima cosecha, sumó US$5 y quedó con un valor de 330 dólares.
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En la plaza física la actividad volvió a ser mínima, con propuestas de las fábricas que, según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), se mantuvieron en 75.000 pesos por tonelada, un nivel muy lejano de las expectativas de los vendedores, que solo se desprenden de la escasa mercadería recolectada en la actual campaña si necesitan cubrir compromisos financieros.
Para el maíz, las posiciones julio y septiembre en el mercado de futuros argentino aumentaron US$4 y 4,20, al cerrar con valores de 191 y de 196 dólares por tonelada. El contrato abril, puerta de entrada de la nueva cosecha, sumó US$4,50 y terminó la jornada con un ajuste de 196 dólares por tonelada.
En su reporte diario, la BCR informó que los exportadores ofrecieron 185 dólares por tonelada de maíz con entrega inmediata sobre las terminales del Gran Rosario, 5 dólares más que ayer.