El rol de los cuatro libaneses con pedido de captura por el atentado a la AMIA y las pruebas en su contra

Los nuevos sospechosos por el atentado a la AMIA están acusados de ser integrantes de un grupo “criminal y parte de una organización militar” que funciona como brazo armado del Hezbollah. Los cuatro libaneses fueron señalados por facilitar documentos, pasaportes y apoyo logístico para que el grupo operativo que ingresó a la Argentina pudiera armar la Trafic y volar la entidad mutual judía el 18 de julio de 1994, matando a 85 personas e hiriendo a unas 300.

El fiscal Sebastián Basso viene realizando esta parte de la investigación continuación de la iniciada por el fiscal Alberto Nisman. Viajó a la Triple Frontera, tomó declaraciones en el exterior y en la Argentina, recabó causas judiciales y documentos de Brasil, Paraguay, Colombia, Chile y países de África. Sus averiguaciones, la declaración de nuevos testigos y el intercambio de información con servicios extranjeros le permitieron reunir estas evidencias sobre colaboración que prestó cada uno al ataque.

Según un dictamen presentado en diciembre pasado, donde el fiscal pidió por primer vez estas capturas, y otro dictamen de este mes, estas son las evidencias que reunió Basso:

Hussein Mounir Mouzannar: permitió que Salman Raouf Salman (Salman El Reda), uno de los agentes operativos que cometió el atentado, pudiera acceder de manera delictiva a la nacionalidad paraguaya y de esa forma lograr una nueva identidad falsa que le facilitara su desplazamiento sigiloso y oculto de las autoridades por diferentes países de Latinoamérica. Facilitó a Salman Raouf Salman un certificado de empleo con fecha del 31 de julio de 1993, que acreditaba que vendía artículos electrónicos en un comercio de la Galería Jebai Center, de Ciudad del Este, en Paraguay, que pertenece a Hussein Mounir Mouzannar. Uno de los requisitos para obtener la nacionalidad paraguaya es tener “un oficio lícito”. A Salman Raouf Salman nunca nadie lo vio desempeñar oficio alguno, por lo que la fiscalía concluyó que “su actividad principal está dada por sus labores vinculadas a la organización armada y clandestina a la cual pertenece hasta el día de la fecha. Así con la pantalla del trabajo en la casa de electrónica, consiguió el papel que precisaba. Hussein Mounir Mouzannar es dueño de “Casa Florensa” y certificó que el agente operativo libanés trabajaba allí.

Alí Hussein Abdallah: le permitió a Salman Raouf Salman tener un domicilio válido en Ciudad del Este, Paraguay, y de esa manera, cumplir con otro de los requisitos indispensables para acceder a la nacionalidad paraguaya. Así obtuvo una identidad falsa que le permitió viajar sin ser descubierto. Le facilitó a Salman Raouf Salman la dirección del edificio Progreso de Monseñor Rodríguez y Pampliega, 6to piso, departamento C, de Ciudad del Este. Abdallah era dueño de dos unidades en ese piso. Abdallah fue investigado por la justicia chilena de Iquique por actividades terroristas. El caso fue archivado pero allí hay un informe de los servicios de inteligencia chilenos que lo identifican como integrante de un grupo fundamentalista islámico asentado en Ciudad del Este y ramificado en Brasil. Se lo coloca en el segundo lugar en la cadena de mando y lo nombran como Alí Abdallah (Alí Tawil), “el alto”.

Abdallah Salman (José El Reda): en compañía permanente y colaboración con su hermano Salman Raouf Salman (Salman El Reda), se instaló en la Triple Frontera para preparar la ejecución del atentado. “Claramente, Abdallah Salman fue un eslabón de la organización Hezbollah en la región” y para el fiscal Basso manejaba llamativas cantidades de dinero sin que se conocieran actividades lícitas que lo generaran, como así también quién se encargaba de introducir en el mercado los dólares falsos que provenían de agrupaciones terroristas, que posteriormente serían utilizados para el financiamiento de actividades al margen de la ley. Salman no residía en Ciudad del Este, Paraguay, sino en Foz de Iguazú, Brasil, y su domicilio allí era Manoel Rodrigues Filho 41, apartamento 501. Esa dirección figura en el acta de nacimiento de su hija. Luego se mudó a la calle Sergipe 67, también de Foz de Iguazú. En Ciudad del Este habitó en la vivienda que le facilitó Alí Hussein Abdallah. Desde sus teléfonos se comunicaba con otros sospechosos.

El crimen que desnuda un sistema político

Farouk Abdul Hay Omairi: su cooperación como integrante de la organización fue bajo la fachada de agencias de turismo, desde donde facilitaba los trámites de ciudadanía y documentación a todas las personas de origen árabe -entre quienes se encontraría muy posiblemente Salman Raouf Salman- que llegaban a la zona de la Triple Frontera sin reunir los requisitos necesarios para asentarse en la región. Omairi les proveía de todo tipo de documentos para lograr una identidad falsa y facilitar el desplazamiento sigiloso y oculto ante las autoridades. Sus vínculos con el Hezbollah se remontan al África. El 18 de agosto de 1988 fue detenido en Abdijan, Costa de Marfil, el terrorista libanés perteneciente a la organización Hezbollah, Mohammed Adel Taki. En su poder tenía 70 kilos de explosivos, detonadores, granadas, armas portátiles y un lanza cohetes que estaban a punto de ser embarcados a Francia. Entre las anotaciones de su agenda figuraba el nombre de Farouk Omairi, el teléfono 0455 733429, el domicilio de Av. Brasil 421, Foz de Iguazú, y la inscripción “buen hermano”, en clara referencia a su condición de miembro activo del Hezbollah a quien podían recurrir. Desde su “Agencia Piloto Turismo” se hicieron llamadas a otros sospechosos.

Uno de estos sospechosos, Abdallah Salman (José El Reda) fue detenido en 1992 y procesado por la justicia federal de Rosario por habérsele secuestrado una importante cantidad de dólares falsificados conocidos como “superdollars”, por su alta calidad, junto con otra documentación. La Corte Suprema destacó en la causa por la voladura de la Embajada de Israel que con este tipo de dólares falsificados se financiarían actividades terroristas. La Corte pidió la captura de José El Reda.

Para la fiscalía no quedan dudas sobre la mecánica del atentado y acerca de que las pruebas conducen directamente a la división armada y clandestina de la organización de origen libanés Hezbollah, por directivas y con financiamiento de quienes por entonces se encontraban a cargo del Gobierno de Irán. Entre ellos, Imad Fayez Moughnieh (a cargo del Servicio Exterior de la agrupación terrorista libanesa) y a Salman Raouf Salman (Samuel Salman El Reda), miembro activo de la organización). Imad Moughnieh, muerto por el Mosad en 2008, coordinó los aspectos operativos del hecho y fue quien tuvo a su cargo la conformación del grupo operativo que llevó adelante la operación.

Samuel El Reda fue quien coordinó la llegada y la partida del grupo operativo encargado de ejecutar la fase final del atentado a la AMIA, así como las operaciones de logística y otras actividades. Salman era un agente operativo en el exterior del Hezbollah libanés, que en la época de los atentados terroristas residía indistintamente en la Triple Frontera (Ciudad del Este en Paraguay, Foz de Iguazú en Brasil, vecinas de Puerto Iguazú en la Misiones). Su tarea era realizar las comunicaciones telefónicas para transmitir información indispensable para la ejecución del hecho y cumplió una función de coordinación en la llegada y la partida, las operaciones de logística y las demás actividades desplegadas por el grupo operativo que voló la mutual judía. Eso incluía las comunicaciones con los restantes agentes que, como él, actuaron a nivel local, así como con quien participaba desde la zona de la Triple Frontera mediante un celular a nombre de André Marques.

Hezbollah en la Triple Frontera

El fiscal Basso dijo que el Hezbollah decidió instalarse en la Triple Frontera como organización armada y criminal para atacar blancos de Israel. Y que no solo contó con agentes que colocaban explosivos, sino que tenía agentes operativos que daban apoyo logístico a sus tareas. El fiscal Basso los denomina cooperadores de la organización instalados desde años en esos lugares.

Este grupo de apoyo, sostenido por Irán, es quien permitió que Salman El Reda actuara en la coordinación del atentado. De hecho, Salman El Reda y su familia vivieron en Paraguay y Brasil en propiedades de los sospechosos, que además le facilitaron trámites que de otro modo nunca podría haber realizado.

En Ciudad del Este vivió en el Edificio Progreso, ubicado en la intersección de la Avenida Monseñor Rodríguez y Pampliega. Ese edificio, por su estratégica ubicación a escasos metros del puente internacional y en el medio del centro comercial de la ciudad, constituye el lugar donde residían “extranjeros” (expresión utilizada por los testigos al referirse a los árabes de origen libanés que desempeñan actividades comerciales en Ciudad del Este). Uno de ellos era Alí Hussein Abdallah. En ese edificio estaban instalados teléfonos fijos que registran comunicaciones tanto con el domicilio donde vivió Salman El Reda en Foz de Iguazú, como con otro de los integrantes de la agrupación que vivía en esa ciudad brasileña: Farouk Omairi.

Farouk Omairi, vinculado a la organización Hezbollah ya desde la década del ochenta a partir de la investigación de un agente operativo de la agrupación detenido en la ciudad de Abdijan, en África, siempre estuvo vinculado a la provisión de documentación espuria para las personas de origen libanés. Omairi incluso fue condenado por la Justicia de Brasil por su participación en el tráfico internacional de estupefacientes ya en este siglo y en ese proceso también se determinó que seguía dedicándose al rubro de la falsificación de documentación personal.

Los hermanos El Reda (Abdallah -José- y Salman) aparecen en Latinoamérica en los ‘80, en la ciudad de Maicao, Colombia, y, mediante la falsificación de las partidas de nacimiento, obtuvieron los documentos de ese país. Salman El Reda tenía ciudadanía colombiana, hoy cancelada. Abdallah está registrado en los archivos de la notaría única de la Isla de San Andrés, Folio 98, Tomo 70, con un documento base para el trámite de la cédula de ciudadanía, pero el registro no se corresponde con ese nombre.

En los 90, Abdallah y Salman se manejaban entre Ciudad del Este y Foz de Iguazú. Abdallah hacía un manejo discrecional de cantidades llamativas de dinero. El 23 de noviembre de 1991 fue detenido en Rosario cuando intentaba cambiar dólares falsos en una sucursal del Banco de la Nación. Fue Salman El Reda quien, tres días después, pagó su fianza y le permitió recuperar la libertad. El dinero incautado fue lo que hizo sospechar del Hezbollah por su calidad. Para esa época se había descubierto en el extranjero que los llamados “superdollars” eran emitidos por la República Islámica de Irán y distribuidos por el Hezbollah. Eran tan buenos que Estados Unidos los dio por auténticos, hasta que descubrió el fraude, informó el Servicio Secreto norteamericano. Al ser detenido en Rosario, Abdallah se alojaba bajo el nombre de Manuel Gutiérrez y se le secuestraron US$30.000 dólares falsos.

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