El precio de la carne vacuna subió 1,9% en mayo pasado y quedó a una larga distancia de la inflación general, que según el Indec se ubicó en el 7,8%. La carne, según los expertos, no aumentó por incrementos de la hacienda, ya que “no se movió”, sino por otros costos que afectan a la venta en las carnicerías. En el último tiempo, por otra parte, una sobreoferta de hacienda en medio de la sequía presionó sobre los valores del producto.
El dato se desprende de un relevamiento del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), que para el caso de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires (GBA) relevó 80 carnicerías de manera telefónica y 40 puntos de ventas en supermercados de forma presencial.
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Con el incremento de mayo último, la carne vacuna tuvo una variación interanual del 70,3%. Contra la inflación general anualizada, que según el Indec marcó 114,2%, la carne vacuna quedó así retrasada en 43,9 puntos porcentuales.
Vale recordar que en abril pasado los cortes cárnicos se habían encarecido un 3,4% y ahora el 1,9% de mayo marcó una importante desaceleración más allá del incremento.
De todas las carnes la vacuna es la que registró la menor suba interanual: en efecto, el pollo subió 132,8% y el pechito de cerdo un 90,2%. El pollo bajó 1,6% en mayo pasado mientras el cerdo se encareció 5,9%.
Según el reporte del Ipcva, hubo una realidad dispar en materia de comportamiento de precios entre las carnicerías y los supermercados. “El precio de la carne vacuna en las carnicerías exhibió alzas del 2,5% durante mayo 2023 y 66,3% con respecto al mismo mes del 2022. Por otro lado, el precio promedio de la carne vacuna en supermercados mostró una variación del 0,6% con respecto al mes anterior y del 80,9% con respecto a mayo 2022″, precisó.
Entre otros aspectos, el Ipcva hizo una evaluación sobre el impacto por segmentos socioeconómicos. Explicó: “En los puntos de venta que atienden en barrios de nivel socioeconómico alto los precios de la carne vacuna tuvieron un incremento del 2,7%. En los que comercializan en el nivel socioeconómico medio, un 1.7%; mientras que en aquellos que atienden al nivel socioeconómico bajo los precios aumentaron un 1,9%”.
Por productos, el reporte consignó que las principales subas en mayo fueron en el osobuco (6,6%), carnaza común (5,1%) y paleta (4,7%). En tanto, detalló que las menores subas se dieron en la picada común (0,5%), cuadrada (0,3%) y bola de lomo, con 0,1%. La emblemática tira de asado trepó 0,7%, a $1873,5 el kilo.
El Ipcva también señaló qué productos estuvieron más baratos o caros en carnicerías y supermercados. “Actualmente, cortes como el peceto tiene un precio superior de $455,8 (18,7%) en supermercados vs a las carnicerías, al igual que la colita de cuadril $376,95 (15,6%). En contraposición, el precio de la falda tiene una diferencia de $485,26 (-37,9%) más económico en los supermercados que las carnicerías así como también la picada común $261,54 (-21%)”, precisó.
Para el organismo, “en los cortes más demandados, como los de la rueda, utilizados principalmente en la preparación de milanesas, la diferencia de precios se acerca a los $113,78 (-4.9%) en el caso de la nalga, siendo el precio más económico en los supermercados”.
Los motivos del precio
El consultor Víctor Tonelli brindó este argumento sobre la carne el mes pasado. “El 1,9% que subió no se debe al incremento del costo de la materia prima, o sea, el precio del ganado, porque en mayo no movió. Ese 1,9% tiene que ver con los incrementos de costos de insumos y servicios, energía y personal, que tienen las carnicerías. Evidentemente han ajustado el precio de venta para poder cubrir el aumento de costos que sigue a la inflación”, opinó.
Tonelli señaló que la media res “no movió” y que donde hubo un “pequeño” encarecimiento fue en categorías de ganado para consumo. Según el Ipcva, la media res trepó un 2,9%.
En tanto, Diego Ponti, analista de ganados y carnes de AZ-Group, señaló que “la explicación del incremento tan leve de la carne al consumidor tiene que ver con que, en un mercado de competencia casi perfecta, los precios se forman con el juego de la oferta y de la demanda en cada momento”.
“Del lado de la oferta, hubo 12% más de faena en el acumulado de los primeros cinco meses del año. Además, en el mismo periodo se registró un 10% más de novillitos y vaquillonas para faena, las categorías demandadas por el consumo interno. Por otro lado, al comparar mayo de 2022 versus mayo de 2023, se notó un aumento del 17% en la faena de vaquillonas y del 13% en novillitos. Entonces, del lado de la oferta, el mercado está muy bien abastecido”, remarcó.
Para Ponti, por el lado de la demanda, “los salarios vienen atrasados desde hace varios años, con sueldos viejos, antes de las paritarias, y precios nuevos [de los productos]”. Remarcó: “Además, entre diciembre de 2022 y marzo de 2023 la carne pegó un salto del 50%. Por más que venía atrasado el precio, hubo una actualización de valores por encima de la inflación, que impacta en los bolsillos. En estas condiciones, se torna difícil que aumente el precio de la carne vacuna y es poco probable que se incremente en los próximos meses”.
Según Ponti, “hay mucha dificultad para trasladar los precios de la hacienda a la carnicería, especialmente del día 15 de cada mes en adelante”.