El kirchnerismo y Massa dificultan la candidatura de Scioli con reglas exigentes y buscan una fórmula única

Cristina Kirchner, Sergio Massa y Máximo Kirchner, las tres figuras que están definiendo y operando el cierre de la alianza oficialista, quieren desalentar las PASO y evitar ceder lugares en las listas. Si bien en La Cámpora aseguran que “no hay voluntad de bloquear la candidatura de Daniel Scioli” sí reconocen que se buscará fijar requisitos exigentes. Los titulares de los partidos políticos que integran la coalición oficialista ya no tienen dudas. “Obviamente se busca candidatura única, a lo sumo dos fórmulas. No va a poder anotarse cualquiera”, dijo a LA NACION un importante referente K que, por sus contactos telefónicos de las últimas horas, percibe la línea que se está definiendo en la cúpula.

Esta tarde, los apoderados de los partidos que integran la coalición oficialista se reunirán en la sede del PJ, en la calle Matheu. Máximo Kirchner anoche se comunicó con Juan Manuel Olmos para decirle que el partido ParTE, el sello que promueve la candidatura de Scioli, está invitado a participar del cónclave.

Pero todos entienden que el kirchnerismo y el massismo, en matrimonio político, le quieren hacer muy empinado el camino a Scioli, el aspirante a candidato presidencial que pide una PASO para someter a las urnas a la relación de fuerzas actual en el oficialismo.

Piso y lista de diputados

Uno de los puntos sensibles de la negociación es el de la representación de las minorías. Es decir, el piso (al interior del frente) que se le fijará a la nómina que salga segunda en las PASO para que pueda integrarse a la lista definitiva de diputados nacionales. Hasta este mediodía, la intención de Máximo Kirchner y Massa era fijar un piso del 40% y que la lista perdedora se integre a la nómina de diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires recién en el décimo puesto.

En el campamento de Scioli y de Victoria Tolosa Paz, que quiere ser candidata a gobernadora bonaerense, quieren fijar el piso en el 25% y apelar al sistema D’Hondt para la integración de las listas. Un importante colaborador de La Cámpora apuntó a LA NACIÓN: “El Congreso que se viene tiene que ser potente, no puede entrar cualquiera a la nómina definitiva”.

Uno de los borradores que circuló ayer planteaba una postura más salomónica, con un piso alrededor del 30%, con un sistema de dos variables: si la lista que sale segunda obtiene hasta el 39% de los votos del frente, habría un tipo de integración, mientras que en el caso de que la lista perdedora consiga más del 40% de los votos de la alianza, habría una distribución más beneficiosa para los derrotados en la PASO. Todo se está ajustando en estas horas, con el reloj corriendo hasta la hora límite.

La clave de la jornada pasa por los reglamentos que acompañarán a las actas constitutivas de las tres alianzas que deben anotarse, antes de las 23.59, en la justicia electoral: una para la categoría presidente y vice; otra para legisladores nacionales y la tercera para los cargos provinciales, de gobernador para abajo.

Aníbal Fernández, apoderado de Scioli, advirtió que si Máximo Kirchner -como presidente del PJ bonaerense- fija condiciones imposibles para la competencia recurrirá a la Justicia “para que ponga las cosas en su lugar”.

Más tarde, Tolosa Paz apuntó en declaraciones en el Patio de las Palmeras de la Casa Rosada: “Escriban el reglamento que escriban Scioli y yo vamos a hacer precandidatos”. La ministra de Desarrollo Social y Máximo Kirchner mantuvieron una reunión ayer por la tarde en la cámara de Diputados.

La otra clave pasa por la letra chica del reglamento de la alianza nacional, en particular por los avales que se le requerirán a las fórmulas presidenciales para poder anotarse. En el Frente de Todos se estima que cada precandidato a presidente deberá presentar unos 35.000 avales de afiliados partidarios que estampen su firma para respaldar las candidaturas.

Cuando se inscribió el Frente de Todos en 2019, su reglamento fijaba, en el artículo 10º, que “los avales a las candidaturas nacionales deben integrarse hasta un 50 % por afiliados al PJ y los restantes deben ser al menos de un 20 % de afiliados a los restantes partidos que integran el frente”. En ese entonces no había una disputa como ahora, porque todos iban detrás de la fórmula Fernández-Fernández.

Uno de los borradores que circulaba por estas horas -promovido por el kirchnerismo y el massismo- apuntaba a requerir un 50% de avales de afiliados al PJ y un 20% de avales de cualquiera de los partidos que son segundos en volumen en el frente, es decir, el Frente Renovador y el bloque sellos de Unidad Ciudadana: Kolina, Nuevo Encuentro, el Partido de la Victoriay el Frente Grande (de Mario Secco).

Un dirigente kirchnerista muy al tanto de la dinámica partidaria apuntó: “La mayoría de los partidos de Unidad Ciudadana tienen una militancia muy ordenada, es difícil que le den avales a Scioli”. Solo el partido de Secco, que tiene una historia más larga, podría tener afiliados más autónomos. Huelga decir que el Frente Renovador, de Massa, no permitirá que sus bases respalden la candidatura del embajador en Brasil.

En el búnker de Scioli reconocieron que ayer hubo intención de plantear esos requisitos, pero que en su campamento los rechazaron. “Es proscriptivo eso de los avales. No solo busca excluir a Scioli, también a (Juan) Grabois”, advirtieron. Ayer hubo una reunión entre Aníbal Fernández, Alberto Pérez (histórico ladero de Scioli ) y Gildo Insfrán, el presidente del Congreso del PJ y el dueño de la lapicera para inscribir la alianza nacional, para intentar acercar posturas. Hoy, el embajador en Brasil le dijo al diario Clarín: “Aunque pongan que hay que tener dos brazos, voy a competir igual”.

La otra duda de la jornada es el nombre que llevará la flamante alianza electoral pan peronista. La palabra final de ese punto, más creativo, la tendrá Cristina Kirchner.

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