En nuestro camino hacia la independencia financiera solemos buscar atajos que prometen resultados rápidos y milagrosos. Sin embargo, la mayoría de los supuestos que sostienen esta estrategia pueden llevarnos a la ruina en lugar de acercarnos a la meta. En este artículo voy a contarte cuál es el que considero el verdadero y más eficaz acelerador y cómo podemos utilizarlo.
¡Pisá el embrague, poné primera y comencemos!
A qué llamamos independencia financiera
Hemos estudiado el concepto de independencia financiera en columnas anteriores con el objetivo de diferenciarlo del de independencia laboral y el de independencia económica.
Repasemos ahora estos conceptos para entender cuál es el objetivo a conseguir:
La independencia laboral implica tener la capacidad de generar ingresos sin depender de un empleo tradicional. Trabajamos para nosotros mismos como emprendedores o cuentapropistas. Si bien es interesante, la independencia laboral no garantiza la independencia económica y, mucho menos, la financiera.
La independencia económica, en tanto, se alcanza cuando los ingresos pasivos mensuales resultan suficientes para cubrir todos los gastos, tanto los fijos como los variables. Para llegar a ella se deben generar ingresos de diferentes fuentes. Algunos ejemplos son el alquiler de propiedades, las regalías por patentes, los negocios en Internet que requieran apenas un monitoreo y la administración de inversiones financieras que generen dividendos, cupones o intereses. Contra lo que muchos piensan, la independencia económica no garantiza la seguridad financiera a largo plazo ni la capacidad de salir relativamente indemne de las crisis financieras locales y/o globales.
La independencia financiera es, en este caso, nuestro objetivo principal. A diferencia de la laboral y la económica, implica contar con la capacidad no solo de generar ingresos pasivos con al menos tres fuentes, sino además poseer un portafolio de inversiones diversificado que proporcione estabilidad y resiliencia frente a eventuales crisis económicas.
Podemos decir que una persona es financieramente independiente si puede dejar de recibir ingresos y vivir más de 20 años gastando el capital sin invertirlo (situación que no debería tener lugar debido a que siempre contará con instrumentos que paguen intereses).
Desenmascarando otros aceleradores
Para alcanzar la meta es crucial identificar los aceleradores financieros que suelen ser considerados válidos, pero no lo son.
Uno de estos aceleradores populares consiste en la idea de intentar ganar mucho dinero en poco tiempo invirtiendo en activos de alto riesgo.
Si bien la inversión financiera es una estrategia válida e incluso necesaria para diversificar la fuente de ingresos e incrementar nuestra riqueza, la clave pasa por entender los riesgos asociados a cada apuesta y tomar decisiones con buena información.
En este punto es crucial comprender la relación entre el riesgo y el rendimiento de las inversiones. Esta nota puede ayudarte a asimilar mejor los riesgos que debés evitar, sin importar que alguien de confianza te los presente como el camino directo hacia la obtención de dinero.
Otro supuesto acelerador es el day trading, que implica comprar y vender acciones o criptomonedas en el corto plazo para obtener ganancias rápidas. Si bien algunos pocos traders exitosos (menos del 5% del total) han logrado ganancias significativas, la actividad requiere un conocimiento profundo del mercado y una habilidad para gestionar riesgos y sentimientos.
Para la mayoría de las personas, el trading resulta más una apuesta azarosa que una estrategia confiable para lograr la independencia tan buscada. En esta nota podrás encontrar los argumentos del caso.
Además, existe la idea de pedir dinero prestado para invertir pensando que el apalancamiento financiero nos ayudará a acelerar nuestro crecimiento patrimonial.
Sin embargo, esta estrategia suele ser muy arriesgada y nos expone a un mayor endeudamiento y posibles pérdidas significativas si las inversiones no rinden como esperamos.
Recordemos que, cuando se pide dinero prestado para apalancar una cartera de inversiones, se puede perder mucho más de lo invertido y la quiebra puede convertirse en un escenario real.
Como puede observarse, lo más probable es que, pisando estos falsos aceleradores a fondo, terminemos chocando en la primera baja bursátil o cripto.
El acelerador real hacia tu Independencia Financiera
Entonces, ¿cuál es el verdadero acelerador? La respuesta está en la magia del interés compuesto. El interés compuesto es una herramienta poderosa que impulsa nuestro crecimiento patrimonial a largo plazo. Consiste en reinvertir los rendimientos generados por nuestras inversiones para obtener aún más rendimientos en el futuro.
Veamos cómo funciona el interés compuesto:
Imaginate que tenés una suma de dinero y decidís invertirla. A medida que pasa el tiempo, los rendimientos de tu inversión también generan ganancias. En lugar de gastar esas ganancias, las volvés a invertir. A medida que los intereses se acumulan, el capital invertido y las ganancias crecen más y más hasta llegar a hacerlo de forma exponencial.
Pero el verdadero poder del interés compuesto ocurre solo cuando el dinero se da cuenta de que estás verdaderamente comprometido con tu objetivo financiero a largo plazo.
El interés compuesto no funciona de manera inmediata, sino que requiere tiempo y paciencia para que sus efectos se vuelvan exponenciales.
Cuanto más tiempo mantengamos nuestras inversiones y reinvirtamos los rendimientos generados, mayor será el crecimiento de nuestro patrimonio.
A medida que pasen los años y sigas reinvirtiendo las ganancias generadas, el interés compuesto mostrará con mayor desparpajo su efecto exponencial. Cada vez más, el crecimiento de tu inversión se acelerará, ya que las ganancias se acumularán y generarán más ganancias en cada período y más riqueza para vos.
La magia del interés compuesto radica en este crecimiento acelerado a largo plazo. A medida que se reinvierten las ganancias, el capital inicial se multiplica y las ganancias generadas también aumentan. Con el tiempo, la curva de crecimiento se vuelve más pronunciada y las ganancias, significativamente mayores.
El momento en que el interés compuesto comienza a generar un crecimiento exponencial depende de varios factores: la tasa de interés, la frecuencia de reinversión y el tiempo que se mantiene la estrategia, entre los principales.
En general, cuanto más tiempo se reinviertan las ganancias, más notable será el efecto exponencial. Desde un punto de vista matemático, el crecimiento aumentado se produce porque las ganancias se multiplican en cada período.
A medida que los rendimientos obtenidos se suman al capital inicial, el siguiente período de ganancias se calcula sobre un monto de capital mayor, lo que se traduce en rendimientos crecientes a favor del inversor.
Conclusión
Alcanzar la independencia financiera requiere de un enfoque estratégico y una comprensión clara de los aceleradores que realmente funcionan. En lugar de caer en la trampa de los atajos que pueden llevarnos a la ruina, debemos concentrarnos en el verdadero acelerador mencionado en esta columna: la magia del interés compuesto.
Por lo tanto, enfoquémonos en construir una base sólida, invertir de manera inteligente y aprovechar al máximo el interés compuesto.
Solo entonces estaremos en el verdadero camino hacia nuestra independencia financiera, donde el capital trabajará para nosotros y no al revés.