El optimismo empresario estuvo expresado ayer con claridad por el presidente de Supermercados La Anónima, Federico Braun, que afirmó: “No nos obsesionemos con los problemas. Yo no tengo la solución. Si la tuviera, estaría en otro lado. Pero en este contexto, también se puede ser exitoso. Por eso yo seguí emprendiendo”.
No fue lo único optimista que dejó plasmado ayer Braun, en un encuentro organizado por la Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA). En el lanzamiento de la campaña #MásEmpresas, que hizo justamente esta entidad en el Salón Dorado del Teatro Colón, opinó: “El empresario está mal visto en la Argentina, pero creo que eso está cambiando. Ya no estamos al final de la tabla, sino en un punto medio. Creo que algo está cambiando”.
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El empresario compartió el panel Conversaciones que inspiran. Protagonistas de la Argentina productiva, con Ana María Luengo, creadora del emprendimiento gastronómico Delicias Ocultas. “No hay ninguna diferencia entre un emprendedor y un empresario. Seguramente hay diferencia de tamaño, pero nada más. Mi mensaje es que debemos estar preparados para el cambio y no veamos todos los obstáculos”, comentó Braun.
En sintonía con lo que propugna ASEA en su campaña, Luengo echó mano a la figura de los encastres que se transforman en bloques firmes para hablar de la relación conjunta que deben tener empresarios y emprendedores. “Si nos encastramos los emprendedores con los empresarios, vamos a formar un bloque muy firme”, dijo la emprendedora.
Braun destacó que desde su empresa se busca esa interrelación y que una gran parte de eso lo hacen tratando siempre de ayudar a los emprendedores de los lugares donde tienen sus establecimientos. “En la Anónima, 15% del agua mineral que vendemos es de proveedores locales”, indicó.
Asimismo, comentó que hay muchas otras formas de generar oportunidades para los emprendimientos. “Fuimos pioneros hace 12 años en eliminar la bolsita plástica, con lo cual favorecimos al medio ambiente, ganamos más dinero, pero sobre todo, ayudamos a que surgieran otras empresas que fabrican bolsas reciclables, que son las que se usan ahora”, subrayó.
En una Argentina que repite crisis económicas constantemente, Braun dijo que hay muchas posibilidades de aprender de ellas y hacer realidad la teoría de que la crisis es oportunidad. “Desde mis comienzos en La Anónima, cuando ni me imaginaba que iba a ser empresario, debimos enfrentarnos a momentos duros, pero siempre logramos transformarlos en oportunidad”, destacó.
El empresario recordó que a finales de la década del 50, la empresa estaba al borde de la quiebra y a mediados de los 70 le propusieron a él que se involucrara en el negocio. “Yo jamás había sido empresario, pero tomé el desafío y fue la mejor decisión de mi vida. La cadena de supermercados tiene millones de clientes y miles de empleados, pero en esa época no teníamos ni una computadora. Reconvertimos la empresa y a partir de los 80 empezamos a crecer y así llegamos a donde estamos hoy”, subrayó.
Esta anécdota pintó el espíritu con el que Patricio Gigli, director ejecutivo de ASEA, abrió el encuentro y en el espacio titulado “Algo en qué creer”, Entonces afirmó: “Los emprendedores y las empresas son parte de la solución. La Argentina de hoy duele, pero también hay otro país que es el que tiene el potencial para salir adelante”.
Por su parte, Gonzalo Blousson, presidente de ASEA, concluyó que se debe empezar ahora a crear un millón de empresas, ya que hace 15 años que ese stock está igual. “Queremos una Argentina que no te mate con impuestos y burocracia. Hay que empezar ya a impulsar a esos emprendedores, que dentro de unos años van a ser nuevas empresas. Por eso vamos a llevar nuestras propuestas a los candidatos para las próximas elecciones”, dijo