Los domingos electorales se suceden con amargura para Javier Milei, a contramano del impacto que su figura causa en el tablero nacional de acuerdo con lo que indica el consenso de las encuestas de opinión. La expectativa de La Libertad Avanza de pelear por la presidencia con opciones de triunfo no se reflejó en ninguno de los comicios anticipados hasta el momento y esta última escala no fue la excepción.
La mayor frustración para Milei ha sido el resultado de Tucumán, una provincia a la que viajó en varias oportunidades para apoyar a Ricardo Bussi, hijo del exgeneral de la dictadura que gobernó la provincia en los años 90. Infinidad de fotos juntos, incluso el respaldo a la propuesta del candidato tucumano de liberar la tenencia de armas para defensa personal, habían generado una enorme expectativa. Finalmente el escrutinio terminó en un fiasco: poco más del 3% de los votos totales en la categoría de gobernador, en un lejanísimo tercer lugar.
Son números dramáticos para Bussi, que en 2019, cuando Milei todavía no se había probado el traje de político profesional, había obtenido el 13,8%, suficiente para darle el mayor bloque opositor en la Legislatura provincial.
Milei se involucró también en las elecciones de Mendoza, donde trabó acuerdos -menos estridentes que en el caso de Bussi- con Omar De Marchi, un referente del Pro cercano a Horacio Rodríguez Larreta que armó su propio frente después de pelearse con el líder radical Alfredo Cornejo.
De Marchi hizo una buena elección, con cerca del 20% de los votos. Superó al peronismo (la suma de sus 4 candidatos en las PASO rondaba el 16%), pero quedó muy lejos de los radicales, que lo duplicaron (con Cornejo afianzado para convertirse en gobernador en las elecciones generales de septiembre).
En San Luis los libertarios de Milei no tuvieron presencia, más allá de algún acercamiento con Claudio Poggi, de Juntos por el Cambio, que se afianzaba como ganador. En Corrientes tampoco figuraron en las elecciones legislativas en las que arrasaba el radical Gustavo Valdés.
Las anteriores
El anterior gran domingo electoral había tenido al economista concentrado en Tierra del Fuego. Su candidata fue Andrea Almirón, una pastora evangélica que solo obtuvo 7,5%. Quedó por detrás del voto en blanco. En La Pampa y Salta pasó de largo sin presentar candidatos.
Semanas antes tuvo otra frustración en La Rioja. La apuesta de Milei tenía el componente adicional del apellido histórico de su candidato: Martín Menem, sobrino del expresidente peronista Carlos Menem. Fue de los únicos candidatos al que le dio su apoyo en persona. El Menem de Milei arañó los 15 puntos, una cifra que casi cubrió la diferencia que el kirchnerista Ricardo Quintela (de origen ultramenemista) le sacó al candidato de Juntos por el Cambio, Felipe Álvarez (también exdirigente peronista).
El dato es elocuente: la división opositora le permitió seguir en el poder al gobernador, a pesar de la crisis económica y de la merma de popularidad nacional del Frente de Todos. El cuadro no estuvo muy lejos del que se vio en 2019, cuando Quintela ganó con 45% por encima de dos opositores: el radical Julio Martínez (31%) y el peronista disidente Luis Beder Herrera (23%). Menem sacó menos votos que el tercero en discordia de hace cuatro años.
Milei desistió de intervenir en las otras dos provincias en las que se votaron gobernadores aquel domingo. En Misiones se le fue de las manos la interna entre quienes querían representarlo. El Partido De Integración y Militancia, que se considera el brazo provincial de La Libertad Avanza, decidió días atrás desistir de su participación en las elecciones. Pero la justicia electoral le impidió dar de baja la lista. Así, la candidata Ninfa Alvarenga llamó a sus seguidores… ¡a no votarla! La explicación fue que “no estaban dadas las condiciones para participar”, a juicio de la conducción nacional. La boleta de Alvarenga -que llegó a hacer campaña exhibiendo fotos de ella con Milei- sumó 0,4% de los votos. Alvarenga había sacado 3,6% en las elecciones para diputados nacionales de 2021.
Otros dos candidatos se arrogaban ser parte de la cruzada de Milei, aunque no tenían ningún guiño del economista. El Partido Demócrata, con Jorge Pelinski como postulante, y el frente Por la Vida y los Valores, con Débora Mangone, pugnaban por alcanzar el 0,5%.
En Jujuy tuvo otro conflicto con la aparición de candidatos que se arrogaban ser representantes de Milei, sin el consentimiento de sus principales armadores nacionales. La hermana del economista, Karina Milei, llegó a sacar un comunicado en el que alertó: “Para evitar confusiones queremos aclarar que en los últimos días hemos recibido información de distintas agrupaciones, incluida una agrupación vinculada a la delincuente condenada de Milagro Sala, que estuvieron pidiendo dinero y votos utilizando el nombre de Javier Milei y La Libertad Avanza. Como hemos dicho en reiteradas ocasiones, las únicas elecciones provinciales adelantadas en las que estamos participando son aquellas que han sido comunicadas oficialmente desde nuestras cuentas”. Así, estuvo absolutamente ajeno al escrutinio que lideró el radical Carlos Sadir, heredero de Gerardo Morales.
Sin sostén desde Buenos Aires, la fórmula que se presentó como “libertaria” fue la de VÍA, integrada por Cecilia García Casasco – Débora Caro. Sacó 3,2 puntos (sexto puesto).
Dos cuartos puestos
En las primeras dos elecciones anticipadas de este año, Milei apoyó candidatos que terminaron en el cuarto lugar, lejos de las expectativas de dar una sorpresa.
En Neuquén, Milei llevó como su candidato a gobernador a Carlos Eguía, que se presentó por el partido Cumplir. Se trata de un periodista provocador que había jugado con la Coalición Cívica-ARI en las últimas elecciones y que con esa alianza había alcanzado el 12% por ciento de los votos, cuatro puntos más de los que cosechó esta vez. Su nombre había adquirido cierto impacto nacional cuando denunció, en enero, que le habían ofrecido dinero para apoyar a otro candidato nacional. Después se desdijo.
Milei no tuvo una participación muy activa en la campaña, más allá de fotografiarse con sus representantes. A finales de 2022, en una visita fugaz a Neuquén, Milei propuso privatizar YPF para lograr eficiencia en Vaca Muerta. “La mejor YPF es la que genera valor; el sector privado; cuando se equivoca, quiebra, pero cuando el sector público se equivoca, te pasa la cuenta”, dijo aquella vez, escoltado por Eguía.
En Río Negro, Milei impulsó a Ariel Rivero (Primero Río Negro), un exdirigente de Juntos por el Cambio que vio la oportunidad de quedar al frente de una propuesta con proyección nacional. Obtuvo 9,17% de los votos, y quedó detrás de Alberto Weretilneck (42,10%), Aníbal Tortoriello (23,89%) y Silvia Horne (10,61%).