En un clima de ebullición interna en Juntos por el Cambio, cuando faltan doce días para la presentación de los candidatos que competirán en las próximas elecciones, el radicalismo celebrará este lunes su Convención Nacional, su máximo órgano partidario.
Más de 300 convencionales de todo el país se darán cita en Parque Norte para ratificar su pertenencia a Juntos por el Cambio y, en un documento, exaltarán la necesidad de preservar la unidad opositora y de ampliar las fronteras de la coalición hacia sectores afines, dos puntos que si bien son réplicas de las últimas convenciones radicales, resultan gravitantes tras una semana en la que Juntos por el Cambio vio peligrada su estabilidad con la propuesta de Gerardo Morales, jefe del partido, de incorporar al gobernador Juan Schiaretti, del PJ cordobés, a la coalición.
Tras la crisis por el operativo fallido para sumar a Schiaretti, Juntos por el Cambio se quedó sin conexión entre los dos bandos
Como en Pro, los radicales dividen sus simpatías en función de los dos precandidatos presidenciales de esa fuerza, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta. Esa postal se reflejará en la Convención, aunque no se espera que allí se defina la estrategia electoral que llevará adelante el partido, como tampoco las candidaturas. Si bien se escucharán discursos encendidos –sobre todo de los convencionales cordobeses, indignados con Morales y su propuesta de incluir a Schiaretti–, los dos sectores en pugna dentro del partido buscarán que la reunión partidaria se desarrolle sin demasiados sobresaltos.
De todas maneras, las diferencias internas son profundas y giran en torno de los siguientes puntos:
¿Bullrich o Rodríguez Larreta?
Las posiciones en la UCR están divididas: Morales se muestra en sintonía con Larreta, mientras que Alfredo Cornejo, candidato a gobernador de Mendoza y referente del “Grupo Malbec” junto a Ernesto Sanz, se inclina por Bullrich.
Ninguno de los sectores formalizó hasta ahora su preferencia a la espera de que Bullrich y Larreta definan qué dirigentes radicales los acompañarán como sus respectivos compañeros de fórmula. Será entonces cuando quedará explícita la división interna en el radicalismo, ya que habrá candidatos del partido repartidos en las listas con las que Bullrich y Larreta competirán en las categorías de legisladores nacionales, provinciales, intendentes y concejales.
Morales tiene como aliados principales a Martín Lousteau, candidato a jefe de gobierno porteño –quien pelea la sucesión de Rodríguez Larreta con Jorge Macri, el preferido de Bullrich– y al intendente de San Isidro, Gustavo Posse, precandidato a gobernador bonaerense. El rival de Posse en el territorio, Maximiliano Abad, procura mostrarse equidistante de Bullrich y de Larreta e insiste en que haya un candidato único a gobernador de Juntos por el Cambio en la provincia para competir con mayores chances con el kirchnerismo. Si bien tiene una excelente sintonía con Diego Santilli, el candidato a gobernador bonaerense de Larreta, en el entorno de Abad admiten que Bullrich tracciona mejor la boleta a nivel nacional.
Quien también busca mostrarse equidistante de ambos candidatos es el gobernador correntino Gustavo Valdés: recibió con sonrisas a Larreta y Bullrich en las vísperas de las elecciones legislativas en su provincia y mantiene con ellos buen diálogo. “Gustavo, que no tiene que pelear este año por la gobernación, prefiere mantener una pata en un lado y en otro”, dicen en su entorno, aunque cerca de Morales desconfían y lo ven más cercano al llamado “Grupo Malbec”.
Candidato presidencial propio o fórmula cruzada con Pro
En la dirigencia radical admiten que, por no contar con un candidato competitivo para enfrentar a Pro, su papel será el de acompañar en las fórmulas presidenciales a Rodríguez Larreta y a Bullrich con sendos candidatos a vicepresidente.
Si bien Morales lanzó su precandidatura en marzo pasado, son cada vez más insistentes las versiones de que acompañará a Larreta como vice en la fórmula presidencial. En su entorno aclaran que aún no recibió una oferta formal.
Bullrich ya anticipó que su candidato a vice será un dirigente radical del interior. En el espinel figuran el actual gobernador de Mendoza, Rodolfo Suarez, y el senador formoseño Luis Naidenoff, ambos integrantes del llamado “Grupo Malbec”, crítico de Morales y Larreta y cercano a la presidenta de Pro en uso de licencia. Dicho grupo está apadrinado por los mendocinos Cornejo y Sanz.
Quien aún mantiene en alto su precandidatura presidencial es el diputado Facundo Manes. El neurólogo se mostró la semana pasada con integrantes de sus equipos técnicos, entre los que se destacan los economistas Marina Dal Poggetto y Martin Rapetti. Manes insiste en que la UCR, por su trayectoria política, debe contar con un candidato presidencial propio y desoyó, hasta ahora, las ofertas de Larreta y de Bullrich para integrarlo a sus filas. Larreta ansía que Manes deponga su candidatura, ya que teme que en las primarias le arrebate apoyos de su mismo caudal de votantes.
El “factor Milei”
Más allá de sus diferencias internas, los radicales afines a Larreta y los que apañan a Bullrich coinciden en rechazar la figura de Javier Milei, candidato presidencial de La Libertad Avanza. El libertario desprecia al radicalismo, a la Coalición Cívica y al sector de Pro que lidera Larreta, y aseveró que nunca integraría Juntos por el Cambio mientras estos tres espacios integren la coalición. “Nada que contenga al radicalismo, a la Coalición Cívica y a las palomitas de Pro puede ir por buen camino. No voy a perder mi tiempo en algo que será un fracaso”, asestó el libertario.
Morales tildó a Milei de “mesiánico”. “Cuidado con los cantos de sirena de la derecha, especialmente con estos locos como Milei, que son unos desquiciados y unos fascistas”, devolvió el jefe de la UCR.
Cornejo, candidato a gobernador en su provincia y principal referente del llamado “Grupo Malbec”, se cuidó de cuestionar a Milei en términos tan duros. En su entorno explican que, según los sondeos, el mendocino comparte muchos de sus votantes con el libertario. Milei, sin embargo, no tuvo esa misma consideración con el mendocino, pese a que ambos son cercanos a Bullrich. “Cornejo es un dictador”, acusó en un video en la previa de las elecciones mendocinas.
Entre los radicales del “Grupo Malbec” hay preocupación por las simpatías mutuas entre Milei y Bullrich y que entre ellos se geste una alianza poselectoral en el Congreso si la candidata de Pro llega a la presidencia, como pregona Macri. En el bullrichismo le bajan el tono a esta inquietud aunque enfatizan que los radicales que integren sus listas al Congreso deberán estar dispuestos a aprobar “reformas de fondo”.
El “factor Schiaretti”
En tándem con Larreta, Morales propuso incorporar al gobernador Schiaretti, del PJ cordobés, a Juntos por el Cambio. Argumentó que, para asegurar el triunfo en las primarias y en octubre próximo, es necesario ampliar la base electoral de la coalición opositora con sectores del peronismo. Antes de lanzar la propuesta, el jujeño se reunió con Larreta y Schiaretti e hizo una ronda de consultas entre los principales dirigentes de su partido.
La propuesta de Morales desató la furia del radicalismo cordobés, que busca destronar al schiarettismo en las elecciones del 25 de este mes. También Bullrich rechazó de plano el planteo; intuyó que se trataba de una jugada pergeñada para favorecer a Larreta en Córdoba, donde corre por detrás suyo en las encuestas.
Los radicales del “Grupo Malbec” se llamaron a silencio para dejar en evidencia la maniobra fallida de Morales. “Era una jugada condenada al fracaso”, se regocijaban en el entorno de Sanz y Cornejo. En ese sector no descartan sumar a Schiaretti a la coalición opositora después de las primarias si Bullrich se impone sobre Larreta. “Vamos a necesitar los votos cordobeses como en 2015″, admiten.
La presión de Massa, el preferido de Cristina y el quiebre de Juntos por el Cambio
Morales tenía previsto insistir con su planteo en la convención partidaria de este lunes, incluso forzar una votación, pero cuando supo que Larreta no acompañaría esa jugada en el seno de Pro, finalmente desistió.