Qué significa para la economía global la nueva ola de migraciones

LONDRES.– El año pasado, 1,2 millones de personas se mudaron a Gran Bretaña; casi con certeza, es la mayor cantidad de la historia. En Australia, la migración neta (es decir, el número de inmigrantes menos el de emigrantes) es actualmente el doble de la tasa que se había registrado antes de la llegada del Covid-19. Se espera que casi 1,4 millones de personas se muden a los Estados Unidos este año, un tercio más que antes de la pandemia. En 2022, la migración neta a Canadá fue más del doble en comparación con el récord anterior. En Alemania el índice fue incluso mayor que durante la “crisis migratoria” de 2015.

El mundo desarrollado, en su conjunto, se encuentra en medio de un auge migratorio que no registra precedentes. La población de los países nacida en el extranjero crece más rápido que en cualquier otro momento de la historia.

¿Qué significa esto para la economía mundial? No hace mucho parecía que varios países del mundo desarrollado habían comenzado a estar decididamente en contra de la migración masiva. En 2016, los británicos votaron a favor del Brexit y, luego, los estadounidenses eligieron a Donald Trump.

Ambos casos significaban proyectos políticos con un sesgo anti-inmigrantes. En la ola global de populismo que siguió, muchos políticos prometieron tomar medidas enérgicas contra la migración. La llegada del Covid hizo que se cerraran fronteras. La migración se paralizó, o incluso se revirtió, cuando la gente debió quedarse en casa. Entre 2019 y 2021, la población de Kuwait y Singapur, países que suelen recibir muchos inmigrantes, cayó un 4%. En 2021, la cantidad de emigrantes de Australia superó la cantidad de personas extranjeras que llegaron a ese país por primera vez desde la década de 1940.

En algunos lugares, el incremento de la migración ha traído de vuelta una sensación de normalidad. La mano de obra extranjera de Singapur volvió recientemente a su nivel previo a la pandemia. En otros lugares se siente un cambio drástico.

Terranova y Labrador, la segunda provincia más pequeña de Canadá por su cantidad de habitantes, tuvo una migración neta más de 20 veces mayor que la registrada antes de la pandemia. St John’s, la capital de la provincia, que solía ser una ciudad bastante homogénea, se siente en ala actualidad más como Toronto cada vez que se la visita. Heart’s Delight, un pequeño pueblo rural, ahora tiene una panadería ucraniana. Los recién llegados a Terranova son un microcosmos de los que se encuentran en otras también partes del mundo rico.

Muchos cientos de ucranianos y también indios y nigerianos parecen estar en movimiento en grandes cantidades. Muchos hablan inglés. Y muchos ya tienen familiares viviendo en países más ricos que los suyos, en particular, en Gran Bretaña y en Canadá.

Parte del aumento de la migración se debe a que la gente está recuperando el tiempo perdido. Muchos inmigrantes adquirieron visas en 2020 o 2021, pero solo hicieron el viaje una vez que se relajaron las restricciones con las que se intentó frenar la expansión del Covid. Sin embargo, la población de países desarrollados que nació en el extranjero tiene ahora una participación más elevada que antes, lo que sugiere que está sucediendo algo más que el efecto del tiempo posterior a la pandemia.

“Hay indicadores del mundo desarrollado que aportan gran parte de la explicación a la llegada de extranjeros; el desempleo, por ejemplo, está en el nivel más bajo de las últimas décadas”

Los indicadores que muestra la economía pos-Covid aportan una gran parte de la explicación al fenómeno. El desempleo en los países del mundo desarrollado, de 4,8%, está en el nivel más bajo de las últimas décadas. Hay empresas desesperadas por encontrar personal y la cantidad de vacantes está cerca de su máximo histórico. Los movimientos de divisas pueden ser otro factor influyente. Una libra esterlina compra más de 100 rupias indias, en comparación con 90 que adquiría en 2019. Desde principios de 2021, la moneda promedio de los mercados emergentes se ha depreciado alrededor de un 4% frente al dólar. Esto les permite a los inmigrantes enviar más dinero a casa que antes.

Muchos gobiernos también están tratando de atraer a más personas. Canadá tiene el objetivo explícito de dar la bienvenida a 1,5 millones de nuevos residentes entre el año actual y 2025. Alemania e India firmaron recientemente un acuerdo para permitir que más indios trabajen y estudien en Alemania. Australia está incrementando la cantidad de tiempo en que algunos estudiantes pueden trabajar después de graduarse; se decidió pasar, concretamente, de dos a cuatro años.

Gran Bretaña ha dado la bienvenida a los hongkoneses que buscan huir de la opresión china: han llegado más de 100.000. Muchos países han facilitado la entrada de los ucranianos. Incluso aquellos países hasta ahora hostiles a la migración. En su intento por contrarrestar el impacto del envejecimiento poblacional, países como Japón y Corea del Sur miran mejor que antes a quienes llegan de afuera.

Las economías que dan la bienvenida a muchos inmigrantes tienden a beneficiarse a largo plazo. Basta con mirar a América. Las personales extranjeras llegan con nuevas ideas. En Estados Unidos, los inmigrantes tienen un 80% más de probabilidades que los nativos de fundar una empresa, según un recientemente publicado artículo de Pierre Azoulay, del Instituto de Tecnología de Massachusetts, y sus colegas. La investigación sugiere que los migrantes ayudan a construir vínculos comerciales y de inversión entre su país de origen y el país receptor.

Efectos en el trabajo

Algunos economistas también esperan que la ola de migración tenga beneficios más inmediatos. “La alta inmigración es útil para la Reserva Federal en su intento de enfriar el mercado laboral y frenar la inflación”, dice Torsten Slok, analista de Apollo Global Management, una firma administradora de activos, al expresar una opinión bastante extendida. Los argumentos pueden ser demasiado optimistas. Tener más población incrementa la oferta de mano de obra y eso puede reducir el crecimiento de los salarios. Pero el efecto es bastante pequeño. Hay pocas señales de que los países que reciben más inmigrantes tengan los mercados laborales más flexibles. En Canadá, por ejemplo, el salario sigue aumentando aproximadamente a un ritmo de 5% anual.

Los inmigrantes también aumentan la demanda de bienes y servicios, lo que puede llevar a una mayor inflación. En Gran Bretaña, la llegada de extranjeros parece estar influyendo en un aumento de los precios de los alquileres de inmuebles en Londres, que ya tenía una oferta limitada de viviendas. Un efecto similar se nota en Australia. Las estimaciones publicadas por el banco Goldman Sachs implican que la tasa de migración neta anualizada actual de Australia, de 500.000 personas, está haciendo subir los alquileres en alrededor de un 5%. Las rentas más altas alimentan un índice general de precios al consumidor más alto.

La demanda de los inmigrantes también puede explicar por qué, a pesar de las tasas hipotecarias más elevadas, los precios de la vivienda en muchos países desarrollados no han caído mucho.

Durante el próximo año o en algo más de tiempo, el ritmo de las migraciones puede disminuir un poco. El efecto pospandemia de “ponerse al día” finalizará. Sin embargo, hay razones para creer que los niveles históricamente altos de recién llegados seguirán elevados durante algún tiempo. Una política gubernamental más acogedora es un factor. Más importante aún, las migraciones actuales engendran la migración de mañana, ya que los recién llegados traen hijos y parejas. En poco tiempo, el giro anti-inmigrante de los países desarrollados de fines de la década de 2010 parecerá una aberración. © The Economist

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