Crece la preocupación en el oficialismo por un resultado electoral que lo deje fuera del ballottage

Los dirigentes que tienen acceso a Cristina Kirchner intuyen que la vice no tiene una decisión ciento por ciento tomada sobre quién encabezará la fórmula presidencial. Es cierto que ella suele mantener sus resoluciones electorales bajo siete llaves, incluso con los propios. Pero el problema de fondo es que el panorama del oficialismo hoy es muy adverso porque hay encuestas que muestran el riesgo de que el Frente de Todos quede afuera del ballottage en octubre. En ese contexto, no hay margen para un error táctico en el diseño de la boleta.

Las encuestas que recibe el Gobierno –las propias y las que circulan silvestres en los WhatsApp de los funcionarios– muestran un escenario de tres tercios, aunque no son partes iguales. Los números varían de encuestador en encuestador y de semana a semana. Pero una lectura de trazo grueso le permite al oficialismo sacar una conclusión básica: que el Frente de Todos (FDT) no está primero y que pelea por el segundo lugar.

La disparidad en los números de los sondeos también deja entrever que no hay una preferencia clara o una alternativa electoral que se despegue del resto. Según pudo reconstruir la nacion, no obstante, hay encuestas con método IVR y online que muestran al FDT adelante de Javier Milei y otras –las presenciales– en las que el oficialismo queda rezagado a un tercer lugar.

Hasta que no estén todos los candidatos, creen en el Gobierno, no habrá un panorama fidedigno. Por eso los nombres son tan importantes.

“Plan Wado”

Ya no hay dudas de que el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, avalado por Cristina, está haciendo todos los esfuerzos por ganar volumen político, crecer en las encuestas para, así, ganarse la candidatura presidencial. La vice lo habilitó a jugar, pero por ahora el ministro acumula solo, porque ella aún no le levantó la mano.

Los encuestadores que asisten a las oficinas del Ministerio del Interior advierten que De Pedro por ahora sigue estando debajo de los 10 puntos de intención de voto, aunque podría dar un salto con el espaldarazo de la vicepresidenta. También le dicen que tiene capacidad de ganarle la interna a Daniel Scioli.

En el búnker del ministro, no obstante, saben que pueden quedar en el camino si el “plan Wado” no resulta funcional a la estrategia de la vice. Es que, por ahora, Sergio Massa tiene mejor desempeño en las encuestas. Parte de un piso de conocimiento mucho mayor y mide mejor. Además, en los focus group no le atribuyen al ministro de Economía la responsabilidad directa por la dramática coyuntura económica.

“Sigue habiendo en el kirchnerismo un dilema profundo entre ir a pelear con la propia o volver a jugar detrás de un moderado que garantice un piso mejor”, reconoció un colaborador que trabaja en la “pre-campaña” de De Pedro.

De las últimas declaraciones de Cristina se trasluce que, aunque aún no bajó el martillo, ella ya tiene en la cabeza a una estrategia. En C5N dijo que la elección será “de tres tercios” y, por lo tanto, que la clave pasa por garantizar “el piso” que meta al peronismo en una segunda vuelta en octubre.

Además, en sus discursos ya posicionó como adversario a Javier Milei, con ánimos de polarizar con el líder de La Libertad Avanza.

Un funcionario de la provincia que tiene llegada directa a los Kirchner lo tradujo así: “La estrategia tiene que ser en tres etapas. En las PASO hay que buscar todos los votos posibles y la boleta de Cristina tiene que ganar la interna del peronismo. En octubre, tenemos que polarizar a fondo con Milei y meternos en el ballotage. Y en la segunda vuelta tenemos que ganar con la defensa de lo público”. Y agregó: “Si salimos segundos en las generales es un éxito rotundo”.

Toda la hipótesis en el oficialismo presupone que Patricia Bullrich ganará su interna y que así el Frente de Todos podrá lograr el “piso” al acumular el voto moderado. Pero todos saben que la complejidad del camino es mucho más grande. “Si fuera así sería muy simple, pero los mercados van a operar en cada instancia y eso impactará en el Gobierno”, advierte un funcionario de la Casa Rosada que mira la foto grande.

Además, aún no se sabe cómo terminará la PASO de Juntos por el Cambio. Hay peronistas que preferirían ver a Horacio Rodríguez Larreta en la Casa Rosada antes que a Bullrich, porque creen que las negociaciones serán más fluidas y que pasarán una temporada más tranquila en el llano.

Optimistas y pesimistas

De lo que nadie duda es que Cristina Kirchner buscará jugar a fondo. “Todo puede salir mal, pero sigue habiendo una obsesión por representar. No dar la pelea no es una opción”, dijo un importante operador del kirchnerismo en el conurbano.

Reconoció, no obstante, que no toda la cúpula K maneja el mismo nivel de optimismo. “Axel (Kicillof) trata de convencerla a Cristina de que las elecciones nacionales están irremediablemente perdidas. Y Máximo no es el más optimista, pero a esta altura cree que tiene que jugar para presidente alguien que realmente quiera ocupar ese lugar”, agregó.

El fundador de La Cámpora era uno de los que más empujaba la opción de que Kicillof escalara de la provincia a la boleta nacional. Pero, en una interna profunda con el gobernador bonaerense, terminó por activar el operativo para apuntalar a De Pedro. Con eso en marcha, viajó con Massa a China para zurcir su alianza estratégica con el líder del Frente Renovador.

Hay jefes comunales que, alertados por el ancla que puede significar para sus reelecciones el paño nacional de la boleta, comenzaron a advertir que hay riesgo de perderlo todo. Un intendente del conurbano advirtió que en su distrito -uno de los más peronistas del Gran Buenos Aires- ordenó una encuesta presencial y observó los mismos números que en el año 2015: el FDT ganando, pero con 34 puntos. “Con estos números se pierde la provincia”, alertó.

Massa, en tanto, quedó solo clamando por una candidatura única, que a esta altura parece más improbable. El ministro sostiene que es imperioso ofrecer la boleta más competitiva posible, para evitar que los mercados anticipen su reacción incluso antes de las PASO.

En las próximas tres semanas Massa tiene que mostrar los resultados de su viaje a China, frenar el drenaje de reservas, evitar una mayor escalada del dólar y viajar a los Estados Unidos para seguir persuadiendo al FMI de que anticipe los desembolsos del año. En el medio encabezará el congreso de su partido, el Frente Renovador, para fijar postura de cara al cierre de alianzas.

Las decisiones políticas que Cristina y él tomen en los próximos veinte días repercutirán sin escalas en la gestión económica.

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