ZAPORIYIA, Ucrania.- Kiev sigue preparando su tan anunciada contraofensiva, pero el primer obstáculo que deberán atravesar sus soldados no son las defensas rusas, sino las propias defensas ucranianas.
Al igual que Rusia, Ucrania plantó miles de minas terrestres a lo largo de la línea de frente, y para avanzar sobre el territorio ocupado, sus tropas ahora tienen que atravesar esos campos minados sin alertar a los rusos, que podrían notar el avance de equipamiento pesado o el estallido de algunas de esos explosivos terrestres. Eso implica que los zapadores -una rama de la división de ingeniería- tienen que rastrillar los campos para retirar sigilosamente las minas. Y lo hacen a mano, y en medio de la noche…
“Nos tiemblan las manos a todos”, dice un comandante de ingenieros de 42 años de la 1° Brigada de Tanques, que por razones de seguridad se identifica por su nombre de guerra, Klimat.
Klimat dice que este tipo de trabajo de remoción de minas empezó hace semanas, pero prefiere no revelar ni el lugar preciso ni los métodos usados para desactivarlas. Cuando han logrado despejar un sendero, envían señales -a veces lumínicas, apuntando desde las posiciones rusas hacia atrás-, para marcarles a sus tropas el camino a seguir.
Pero es tan solo el primer paso: después vendrá el combate con los rusos.
Imposible saber dónde va a empezar exactamente la contraofensiva, pero todas las especulaciones apuntan a la región de Zaporiyia, por donde pasa la estratégica línea de suministros para las fuerzas de ocupación. Si Ucrania avanza hacia el sur sobre esa región, tal vez logre cortar el “puente terrestre” que conecta la ocupada Crimea con Rusia continental.
Como el Kremlin está empeñado en conservar Zaporiyia, las fuerzas rusas han devastado la región, transformando enormes extensiones de campos de cultivo en una verdadera fortaleza, con redes de trincheras y otros obstáculos que llegan a verse desde el espacio.
Si quieren recuperar territorio y expulsar a los rusos, los ucranianos tendrán que atravesar estas fortificaciones, y para eso hace falta entrenamiento y equipo especial, así como un cuidadoso reconocimiento del terreno para encontrar los puntos débiles, tal vez una de las muchas razones que explican la demora de la anunciada contraofensiva.
Un plan peligroso
Serhii Matveichuk, coronel de la Dirección de Tropas de Ingenieros de Ucrania, dice que Rusia creó “un sistema masivo de barreras de ingeniería” que representan “un serio obstáculo para el desplazamiento de las tropas”.
El objetivo de ese enorme proyecto de fortificación de Rusia es frenar un potencial ataque y encerrar a las fuerzas ucranianas hacia un área estrecha, permitiendo así el reagrupamiento de las reservas de Rusia y dar tiempo a su artillería para que dispare sobre los atacantes, poniendo fin a la contraofensiva antes de que realmente empiece.
Si el plan ruso funciona, sería un baño de sangre. “Es muy parecido a lo que pasó en la Primera Guerra Mundial”, señala Mark Cancian, exmarine norteamericano y experto en defensa del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, comparando la situación con el cruento estancamiento de la guerra de trincheras en aquel conflicto de hace más de un siglo. “Si los rusos resisten con fuerza, va a costar mucho abrirse paso.”
Los funcionarios ucranianos se niegan a discutir los detalles de cualquier plan para atravesar las fortificaciones rusas: temen que la información operativa sea utilizada por el Kremlin.
Los ingenieros y zapadores ucranianos ya están trabajando, en algunos casos con nuevos equipos diseñados para perforar este tipo de defensas, incluidos vehículos especialmente modificados sobre los famosos tanques de batalla alemanes Leopard 2.
Pero algunos analistas dicen que los aliados occidentales de Kiev se han centrado en misiles, vehículos blindados y municiones, pero que no se han comprometido a enviar la ayuda adecuada para destruir las defensas de Rusia. Según Matveichuk, resulta “problemático” que el ejército ucraniano carezca de tanques de ingeniería y equipos similares.
Según los soldados ucranianos, Rusia coloca sus minas siguiendo un patrón: una línea de minas antitanque, una línea de minas antipersona y explosivos cazabobos, y luego otra línea de minas antitanque. Para detectar las minas antitanque se pueden utilizar drones, dicen los ucranianos, pero las minas antipersona son muchos más difíciles de encontrar.
Una vez que los ucranianos atraviesan sus propias defensas y están a la vista de las fuerzas rusas, atravesar esos campos minados requiere menos sigilo que velocidad.
En teoría, el fuego de artillería puede hacer explotar minas desde lejos, pero los proyectiles de artillería escasean y los soldados ucranianos dice que de esa manera es imposible asegurarse de que todas las minas de un área determinada hayan sido destruidas.
Las fuerzas militares modernas, en cambio, usan equipos diseñados especialmente para la tarea, como vehículos de desminado mecánico, tanques de ingeniería y las así llamados “cargas de línea”, o sea una cadena de explosivos que se usa para hacer estallar las minas en un área determinada.
Ucrania tiene sus propios vehículos de desminado, como el UR-77 Meteorit, un blindado de diseño soviético que utiliza el mismo chasis que el antiguo obús 2S1. Este vehículo fuertemente blindado tiene cargas de línea incorporadas, capaces de desminar el terreno hasta casi 100 metros delante de él, y también es utilizado por el ejército ruso.
Vehículos de desminado
Las naciones occidentales también enviaron algunos tanques de ingeniería modernos, como los vehículos de desminado Leopard 2R suministrados por Finlandia, que pueden atravesar campos minados. Estos vehículos desarrollados por Alemania usan el chasis del famoso tanque de batalla homónimo y mayales (semejantes a los utilizados en el trillado de cereales) que detonan las minas a su paso.
Matveichuk se niega a discutir qué tipo de equipos se usarán en la contraofensiva “para que el enemigo no pueda elaborar contramedidas”, aunque señala que los tanques de ingeniería pesados, como el Leopard 2R, eran sumamente útiles, ya que no solo hacen desminado, sino que permiten atravesar otros obstáculos, como vallas o terraplenes.
Pero Matveichuk dice que Ucrania no cuenta con la mejor opción para esa tarea: el M1150 Assault Breacher Vehicle, basado en el chasis del tanque de batalla M1 Abrams de fabricación estadounidense. Washington ha recibido insistentes pedidos para que envía esas unidades, pero se ha resistido.
“A pesar de la significativa cantidad de armas que recibimos para repeler el ataque del invasor, el punto problemático es el suministro de unidades de ingeniería, tanques de ingeniería, y otras tecnologías similares”, dice Matveichuk.
Los soldados ucranianos son muy conscientes de que la supuesta ofensiva este año no será tan facil como los exitosos contraataques contra las fuerzas rusas, hace ocho meses.
“El enemigo está aprendiendo de sus errores”, dice Yuri, nombre de guerra de un jefe de unidad de 29 años de la 1° Brigada de Tanques. “Están mejor preparados.”
Para Rusia, el trabajo sucio y pesado de fortificar sus posiciones en Zaporiyia se convirtió en una cuestión urgente cuando Ucrania expulsó a sus tropas del norte de Kharkiv y las obligó a replegarse hacia el este, del otro lado del río Dnieper, hasta el sur de Kherson.
Ahora hay trincheras, zanjas, campos minados y vallas por toda la Ucrania ocupada, pero en ningún lugar hay tantas fortificaciones rusas como en Zaporiyia.
Si las fuerzas ucranianas logran despejar un camino a través de los campos minados, a continuación tendrán que usar una estrategia de armas combinadas para avanzar a paso redoblado.
Las trincheras deben ser tomadas rápidamente por la infantería con el apoyo de la artillería, antes de que los soldados rusos escondidos puedan usar los refugios para disparar misiles antitanque. Los tanques ucranianos podrían avanzar junto con la maquinaria de ingeniería, incluidos los vehículos pontones que permiten que otros atraviesen zanjones y ríos de poca envergadura.
Esas unidades tendrán que moverse a toda velocidad. Los expertos dicen que los ucranianos deberían aprovechar sin dudarlo hasta la más pequeña brecha que logren abrir en las fortificaciones enemigas. Con las defensas rusas repartidas todo a lo largo del frente, un ataque rápido de los ucranianos podría sobrepasarlos.
Si finalmente logran atravesar, los ucranianos tendrá que volver a instalar defensas, y los zapadores volverán a su trabajo, esta vez, colocando nuevas minas. Ucrania viene utilizando antiguas minas desarrolladas por los soviéticos, entre ellas, la mina antitanque TM-62.
“Las queremos tanto que de noche las tapamos para que no tomen frío”, bromea Klimat, el comandante de ingenieros, mientras exhibe orgullosamente las TM-62 que tienen guardadas en un viejo vehículo minador GMZ-3.
Y agrega que cuando tengan que colocarlas, llevarán un registro exacto de cada lugar, en caso de que tengan que encontrar nuevamente un camino de regreso.
Adam Taylor, Anastacia Galouchka y Serhiy Morgunov
Traducción de Jaime Arrambide