EL CALAFATE.- “Quedáte tranquilo, quedáte en paz, va estar todo bien”, le dijo ayer vía telefónica el papa Francisco al nuevo arzobispo de Buenos Aires, Jorge Ignacio García Cuerva. La llamada la recibió en Río Gallegos horas antes que se hiciera pública su designación. Así lo contó el sacerdote ante los fieles que asistieron esta noche a su primera misa como arzobispo que se transmitió por Facebook, modalidad que instauró aquí durante la pandemia.
“Siento que es una misión enorme. Evidentemente, el Papa me venía estudiando, yo estuve con él hace poco, pero no me dijo nada”, aseguró García Cuerva durante la misa. Horas antes, en la primera conferencia de prensa que dio ante periodistas locales transmitió cómo vive estas horas desde que hace una semana fue notificado de su designación. Reiteró una de sus frases de cabecera: “La inflación es el impuesto a los pobres” y lamentó no haber logrado abrir el diálogo entre los docentes y el gobierno de Alicia Kirchner pese a haberse ofrecido de mediador.
Quién es Jorge Ignacio García Cuerva, el cura villero y crítico de los “excesos del poder” que será arzobispo de Buenos Aires
Tanto en el Tedeum del 25 de Mayo, como en el diálogo con la prensa, la situación económica del país y la crisis docente sin resolver estuvieron presentes en sus palabras. “Lo que he dicho en estos tiempos es que la inflación es el impuesto a los pobres y creo que afecta enormemente a la población, quienes vivimos en el sur, sabemos que el costo de vida en nuestra provincia es muy alto y todo vale mucho más”, precisó el flamante arzobispo de Buenos Aires.
No solo lamentó la falta de acuerdos entre el gobierno y el gremio docente –que en la provincia desde que se inició el presente ciclo lectivo ya realizó 40 días de paro- sino que también tuvo unas palabras sobre las huelgas: “Desgraciadamente, todavía no hay solución y no hemos encontrado una manera más creativa de hacer protestas que la de dejar a los chicos sin clases”.
Durante el tedeum del 25 de Mayo en la Catedral local, la homilía de García Cuerva tuvo una clave más política. Recordó los cimientos de la Revolución de Mayo y aseguró, ante los feligreses, que “hoy nos toca a nosotros reforzar estos cimientos, porque una vez más estamos en tiempos difíciles y convulsionados”.
Mencionó el mensaje de los obispos argentinos y la convocatoria al diálogo social, “la gente común necesita recibir propuestas concretas y realistas más que soluciones tan seductoras como inconsistentes. También espera a que se sienten a escucharse y discutir con respeto hasta encontrar puntos en común”.
“El obispo del fin del mundo”
García Cuerva asumió como obispo de Río Gallegos en 2019 –desde aquí atiende también la provincia de Tierra del Fuego- razón por la cual asegura que en Roma el Papa Francisco lo suele presentar como el obispo del fin del mundo. Descartó que su designación tenga que ver con el año electoral que vive el país, y dijo que responde a los tiempos de la iglesia y a la natural renovación, dado que los obispos, por derecho canónico, renuncian a los 75 años.
Según detalló en la conferencia en los cuatro años que estuvo al frente de la diócesis uno de los momentos más difíciles fue firmar y pedir la expulsión de la vida clerical de tres sacerdotes de la diócesis en el marco de la consigna “tolerancia cero” a los abusos dentro de la Iglesia , promovida por Francisco. “Es algo muy triste y muy duro, pero lo volvería a hacer por el bien de la Iglesia. Nunca tenemos que renunciar a la verdad y a la justicia”, aseguró.
Durante la pandemia García Cuerva promovió las misas y diferentes actividades de la iglesia a través de las redes sociales y aseguró que eso permitió difundir la palabra de Jesús de un mejor modo, en tanto que recordó los años de la emergencia sanitaria como un tiempo muy difícil. “No hay cosa más dura para un cura que estar lejos de la gente y cuando yo iba a los comedores a veces me planteaba si iba a dar una mano o porque necesitaba sentirme útil y estar al servicio de los demás”.
Sobre el papa Francisco, reveló que la primera vez que conversó con él fue en 2014, cuando viajó a Roma, invitado a dar una conferencia sobre Inequidad Social en el Vaticano, en un encuentro organizado por el Foro Económico Mundial y por la Secretaría de Estado del Vaticano. A partir de allí profundizó el vínculo y llegaron los sucesivos nombramientos, primero como obispo auxiliar de Lomas de Zamora, luego obispo de Río Gallegos, y después su designación en el Dicasterio para los Obispos.
“Yo he estado con él hace dos meses, trabajando allá y ahora seguramente vuelvo a buscar el palio, que es el signo de los arzobispos y se entrega el 29 de junio, el día de San Pedro y San Pablo. Estaré viajando nuevamente en ocasión de esa ceremonia”, comentó. Tomará posesión de la arquidiócesis de Buenos Aires, el 15 de julio. Ya estuvo en contacto con el cardenal Mario Poli, quien fue su profesor y examinador de su tesis y a quien lo une una relación de mucho afecto.