Un llamado “urgente” a la unidad, ante el peligro de la fragmentación, y a revalorizar “el sistema republicano y democrático elegido por los fundadores de la patria, formuló el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, ante el presidente Alberto Fernández, en la Catedral metropolitana.
Acompañado por sus obispos auxiliares y dignatarios de otras confesiones religiosas, Poli marcó la deuda del combate a la pobreza y tradujo en números el afligente cuadro social con que conviven los argentinos. “Seis de cada diez niños y adolescentes son pobres y este porcentaje se visualiza más crudamente si consideramos que alcanzan a 8.200.000 personas menores de edad, de los cuales hay más de 4.200.000 con carencias alimenticias”, describió el cardenal.
Entre la Casa Rosada y la cárcel
La celebración significó el último Tedeum de la presidencia de Alberto Fernández, que terminará su mandato en diciembre. Será seguramente también el último para el cardenal Poli, ya que se considera inminente la designación de su sucesor.
En los minutos finales, se le acercó el micrófono al Presidente, quien coincidió con el diagnóstico del cardenal primado. Ratificó su “compromiso con los que menos tienen” y reveló que en su gestión recurrió “varias veces al papa Francisco y nunca dejó de ayudar cuando la Argentina lo necesitó”.
El Presidente concurrió con su gabinete y cerca de él se destacaba presencia del ministro de Economía, Sergio Massa. El titular de Defensa, Jorge Taiana, lo acompañó a rendir homenaje ante el mausoleo de San Martín, junto a los jefes de las Fuerzas Armadas, y también concurrieron a la Catedral el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y su ministro de Gobierno, Jorge Macri, anotado en la carrera para sucederlo.
El peligro de la fragmentación
En su homilía de 12 minutos, Poli convocó de entrada a transitar caminos de unidad. “Cuando priman intereses particulares sobre el bien común o cuando el afán se impone por encima del diálogo y la justicia, se menoscaba la dignidad de las personas e indefectiblemente crece la pobreza en todas sus manifestaciones”, dijo.
Y ratificó el compromiso con los principios de la Constitución. “Aun con todos los límites de un sistema en manos humanas, nuestro régimen democrático ha probado ser el más óptimo ordenador de nuestra vida civil, garantizando libertades, favoreciendo procesos de inclusión y promoviendo derechos sociales”, explicó.
Al rezar por la patria, Poli pidió que “la prudencia de sus autoridades y la honestidad de sus ciudadanos robustezcan la concordia y la justicia y podamos vivir en paz y prosperidad”. Y, más tarde, añadió que “la Justicia es la única garantía de una paz sólida y duradera”.
A 213 años de la fecha patria de 1810, el cardenal transmitió el agradecimiento la generación de los hombres que forjaron la Revolución de Mayo y llamó a continuar su legado. “Si no recordamos agradecidos de dónde venimos, difícilmente podamos avaanzar hacia donde que remos ir como nación”.
Al analizar las debilidades que interpelan hoy al país, marcó las deficiencias del sistema educativo, en un contexto social desfavorable para las poblaciones más vulnerables, e insistió en la necesidad de “procurar consensos a través del dialogo”.