“Se murió otra vaca sagrada”, celebraron en el Ministerio de Economía. Necesitados de dólares, con el temor al impacto que pueda generar una dolarización compulsiva de carteras durante las elecciones y en medio de una fuerte sequía, cerca de Sergio Massa afirmaron que ya cuentan con el aval para intervenir –no está definido el monto– con parte de los desembolsos que el Fondo Monetario Internacional (FMI) realizará en la Argentina. La intención oficial es evitar una nueva corrida cambiaria que reste posibilidades al oficialismo en los comicios y que se siga disparando la inflación.
Por otra parte, en el quinto piso del Palacio de Hacienda están seguros de que el lunes 12 de junio -cerca del cierre de listas- sellarán el acuerdo con el organismo que conduce Kristalina Georgieva. Se arribaría así a lo que se conoce en la jerga como el staff level agreement. Se trata del acuerdo con el equipo técnico que sigue el caso argentino.
Si ese fuera el caso, será necesario luego que la quinta revisión del Programa de Facilidades Extendidas (EEF, por las siglas en inglés) llegue –tras varios pasos de revisión internos más– al board (directorio) del organismo para su aprobación definitiva, lo que llevaría dos o tres semanas más. Sólo entonces se harán los desembolsos y se conocerán los detalles del acuerdo que está siendo completamente retocado luego del incumplimiento de las metas fiscales, monetarias y de acumulación de reservas como consecuencia, según Economía, de la sequía.
LA NACION consultó al Fondo por la información que surge desde Economía, pero sus voceros no quisieron –como es habitual en el organismo –dar más detalles sobre negociaciones que están en curso.
La semana pasada, este medio adelantó que las autoridades argentinas y del Fondo Monetario ya no estaban negociando los montos del desembolso, sino el porcentaje de uso en intervención. En las últimas horas, Economía ratificó que, efectivamente, “está confirmada la capacidad de intervención”.
El salto del dólar
Tal confirmación se da luego de que el jueves pasado, Massa decidió dejar correr los dólares financieros casi $30 para desbaratar, según indicaron en Economia, “rulos financieros” que eran hijos, a su vez, de la intervención oficial en esas cotizaciones decidida para calmar la última corrida cambiaria. En el Ministerio de Economía negaron que el salto del tipo de cambio, que terminó de alinear algunos valores de los “dólares libres”, hubiera sido un pedido explícito del FMI para destrabar los desembolsos y la autorización de intervención. Las pérdidas por estas operaciones ya superaban los US$700 millones, según estimaciones privadas.
La posibilidad de intervenir en el mercado cambiario es un problema para el Fondo, ya que no sólo quiere cobrar su deuda, sino que además su estatuto prohíbe financiar una salida de capitales sostenida con el dinero prestado. En las últimas semanas, las versiones indicaban que el FMI reclamaban una devaluación del 30% para habilitar el adelantamiento de la deuda. Massa, como Cristina Kirchner, se oponen a una devaluación brusca en medio de un contexto de aceleración de la inflación, que podría terminar el año con un avance de 130% o 140%. Esas negociaciones son las que venían dilatando los tiempos de la negociación entre Massa y el Fondo, pese a que Economía descarta atrasos.
Sobre los futuros desembolsos del organismo, las fuentes oficiales ya habían adelantado a este medio que el Fondo ofrecía un monto que en Economía consideraban bajo con el argumento de que el actual es un año electoral. Massa reclamaba la posibilidad del uso del 60% del desembolso. El organismo multilateral estaría ofreciendo el 20%.
Massa viajará a China a fin de mes (primero irá a Shangai y después a Beijing) con funcionarios que no están implicados en el cierre de la negociación con el FMI. El ministro confía además en que llegue un apoyo explícito del grupo de países que conforman los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) al país y específicamente del banco central chino. El tigrense buscará en ese país una renovación y un aumento del swap de monedas (los tramos de libre disponibilidad), contaron.
El 20 y 21 de junio, la Argentina tiene vencimientos de capital con el Fondo por cerca de US$3000 millones. Si, como creen en Economía, ya existe un acuerdo a nivel del staff cerrado, el país (como ya sucedió) podría llegar a atrasarse sin problemas hasta que llegue la aprobación del board. El FMI podría descontar luego el pago del desembolso que debe realizar por 3000 millones de DEG (la moneda del Fondo), algo más de US$4000 millones.