Revelan una fuerte disparidad entre la suba de los precios al consumidor y lo que cobra el campo

En abril pasado, la inflación alcanzó el 8,4% y acumuló un aumento del 108,8% en los últimos 12 meses. Esto ha llevado a los consumidores a enfrentar constantes cambios en los valores de los alimentos. No obstante, este incremento en los precios de algunos productos en las góndolas es significativamente mayor en comparación con lo que percibe el productor. Incluso aquellos productos que están incluidos en los fideicomisos creados para subsidiar las ventas internas de aceite y harina en las panaderías.

Así lo refleja un informe realizado por el Grupo Lonja donde, por ejemplo, destacaron el aceite de girasol. Mientras el precio al productor aumentó un 11% entre abril de 2022 y abril de 2023, en las góndolas el incremento del producto final se ubicó en el 159%. Esta diferencia resalta la disparidad entre lo que los productores reciben por sus productos y los precios finales que los consumidores deben pagar.

El informe remarcó que se evidencia que “la inflación se manifiesta de manera contundente desde el momento en que el producto sale del campo hasta que llega al consumidor final”.

Durante el mismo período también se observaron incrementos significativos en otros productos de consumo. Así, mientras el precio del trigo aumentó un 56%, la harina experimentó un avance del 115% y el pan 94%.

Además, se registraron alzas del 106% en la leche al productor, del 131% en la leche entera en sachet al público y del 114% en el queso pategrás.

En cuanto a otros productos, en cerdo durante el mismo período el precio del capón aumentó un 95%, mientras que el jamón cocido experimentó una suba del 118%. El pechito de cerdo registró un 82%.

Por otra parte, los precios de la hacienda en pie aumentaron un 57%. En paralelo, las hamburguesas congeladas se encarecieron el 141%. En cuanto a otros productos, el cuadril trepó un 82%, la carne picada 79% y el asado 74%.

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En relación con el sector de la yerba mate, el precio al productor subió un 50% entre abril de 2022 y abril de 2023. Esto cuando el valor al consumidor se expandió un 73%.

Según Lonja, “todos los productos, salvo el huevo, fueron superados ampliamente en la góndola que en la tranquera”. Al respecto, el huevo al productor aumentó 288% y al consumidor un 182%.

Impuestos

Vale recordar, en este contexto, que hoy un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) señaló que en torno de un cuarto de lo que se paga por el pan, la carne y la leche son impuestos.

Según el trabajo, en la carne vacuna el 27% del precio final se va en impuestos de la cadena. En tanto, cuando se observa cómo se componen los conceptos del valor que paga el consumidor, además de los tributos allí se observa que la cría representa el 20%, el feedlot 32%, el frigorífico 8% y la carnicería el 13%.

En el caso de la leche entera en sachet, según FADA los impuestos se llevan el 25% del valor. Por su parte, el tambo significa el 31%, la industria el 28% y el comercio 16%.

En cuanto al pan francés, los impuestos se llevan el 23% del valor. Luego, el trigo representa el 13%, el molino el 4% y la panadería el 60%. Como en los otros productos, la organización hizo un análisis más detallado sobre los tributos. El 63% son costos, el 23% impuestos y el 14% ganancias.

Desde FADA señalaron que los granos tienen una baja incidencia en el valor final de los productos. Natalia Ariño, economista de la institución, lo explicó así: “Es falso decir que el maíz hace subir la leche o la carne, cuando el grano es solamente el 5% del precio final del sachet de leche y el 11% de la carne vacuna que compramos. En el caso de la carne de cerdo es el 15% y 18% en la aviar. Si vamos al trigo, es el 13% del precio del pan”.

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