Alberto Fernández dijo que no entiende la estrategia electoral de Cristina y discrepó con Massa

En la primera entrevista que dio después de la aparición mediática de Cristina Kirchner, el presidente Alberto Fernández la contradijo. Sostuvo, primero, que no entiende su estrategia electoral en cuanto a que habrá “tercios” del electorado en disputa y dejó en claro que la vicepresidenta no es ni representa lo mismo que Juan Domingo Perón.

Hasta se metió en el tema de la obra pública, sensible para el kirchnerismo, y pese a aseverar que la exmandataria “no es corrupta”, admitió que tal vez “alguna razón le quepa” a los que consideran que la actual vice cometió “imprudencias éticas” al firmar contratos con Lázaro Báez, a quien ya conocía desde antes de llegar a la Casa Rosada.

Firme en su idea de que hay que “democratizar” el Frente de Todos -una forma de decir que quiere PASO en el oficialismo y también contra los pedidos del ministro de Economía, Sergio Massa, que desalienta una interna-, Fernández mostró un planteo electoral disímil al de los otros dos socios mayoritarios.

“Es muy difícil predecir escenarios. Todos los encuestadores dan cuenta del rechazo de la gente a responder al encuestador, pero demos por cierto que tenemos un electorado dividido en tercios. No logro entender qué significa ‘garantizar el tercio’”, sostuvo el Presidente en El Diario AR y siguió: “Es obvio que hay que trabajar para fidelizar el voto propio, el secreto es ir más allá de los fieles para poder garantizar un éxito. ¿De qué me sirve garantizar mi piso, mi tercio, y entrar en la segunda vuelta, si en esa instancia no sumo votos?”.

En ese sentido, planteó que si el oficialismo da por cierto que un tercio de los votantes lo acompaña, se necesita “ir en busca de una mayor acumulación de adhesiones” y lo resumió, para sustentar su anclaje de que es necesaria una PASO: “El secreto es romper los tercios. En ese sentido, las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, en la medida que permitan una amplia participación, van a generar una gran movilización militante y van a promover una mayor adhesión. Sin esa movilización, a lo sumo cristalizaremos el tercio que tenemos según el análisis que se hace. Con eso, difícilmente se gane”.

A pesar de sus consideraciones, pidió confrontar contra los que representan “los intereses de los poderosos” y ahí habló de las otras dos fuerzas opositoras a las que se refería la vicepresidenta con los tercios. Fernández dijo que deben ir contra el presidenciable libertario Javier Milei, “que no es antisistema, sino la consolidación del sistema”; y contra Juntos por el Cambio, a cuyos referentes tildó de “socios de los poderosos”.

Este análisis llega después de que el jueves en C5N la vicepresidenta considerara que esta va a ser una elección de tercios, “atípica”, y que lo importante será que el Frente de Todos garantice el piso para entrar al ballotage. También luego de que Massa entendiera como un “gravísimo error” llevar varias candidaturas presidenciales.

“No creo que el peronismo pueda seguir siendo personalista, verticalista y todas las cosas que fue cuando Perón vivía. Habrá gente con más capacidad de liderazgo, habrá gente con mucho carisma, pero no son Perón”, sentenció también el Presidente cuando le preguntaron sobre la forma de conducción de su vice. En otro tramo del reportaje, a ella y a Néstor Kirchner los entendió como “dos figuras centrales” para el peronismo, aunque insistió: “Pero hubo un solo Perón en la historia, no nace uno por década”.

También aceptó que está separado de su vice. “Esperaba que eso no ocurriera”, sostuvo. Dijo asimismo que no quería “volver a tener problemas de distanciamiento con la familia Kirchner” porque le dolía por el recuerdo de Néstor, aunque acotó: “Pero bueno, el hombre propone y Dios dispone”. El “click” en el vínculo se produjo, según contó, cuando ella propuso imponer una serie de ideas con las que él no estuvo de acuerdo.

La obra pública durante el kirchnerismo y los “descuidos éticos graves”

En este momento de la relación, tirante, el Presidente se animó a verter consideraciones sobre la adjudicación de obra pública durante el kirchnerismo, un eje que la tiene a la vicepresidenta como condenada en primera instancia en una causa judicial, la de Vialidad.

“Cristina no es corrupta, yo la conozco. Eso lo puedo afirmar sin dudar. No lo es”, aclaró en primera instancia Fernández. Pero luego siguió: “Alguna gente puede decir que fue una imprudencia ética muy grave haber firmado acuerdos con alguien a quien conocían de antes, devenido en empresario vinculado a la obra pública [por Lázaro Báez]. Pero los descuidos éticos graves que algunos puedan señalar no siempre son delitos, por eso me parece que hay que hacer la diferencia. Finalmente, no hay una ética única. En los tiempos que vivimos, con el posmodernismo, toda la ética y los valores se han vuelto relativos, no hay un valor unívoco. No voy a juzgar la ética de nadie. Vos podés juzgar, desde tu mirada, que éticamente eso es cuestionable y tal vez alguna razón te quepa, pero de ahí a decir que eso es un delito, de ahí a decir que Cristina es corrupta, hay una distancia enorme. Ahí me salió el profesor de derecho penal, disculpas”.

Defensor también del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) denostado por el kirchnerismo, y hasta con elogios por hacer “un trabajo encomiable” al exministro de Economía Martín Guzmán -ultra criticado en la terminal K-, Fernández planteó que no se puede analizar su gobierno con el diario del lunes y descartó las versiones de aquellos que consideran que no actuó con demasiada firmeza sobre algunos actores como el poder económico concentrado y la Justicia. Dijo que para “confrontar más” hay que tener “fortaleza política” y más unidad en el espacio, y por eso pidió “dejar de discutir cuestiones ociosas”.

Contra la suma fija

En tanto, se mostró contra el otorgamiento de una suma fija para los trabajadores, algo que había pedido el hijo de la vicepresidenta y diputado nacional Máximo Kirchner, y al que se plegaron otros actores del Frente de Todos.

Dijo Fernández que la suma fija “no arregla nada” para los informales y tampoco la consideró un buen instrumento para los formales. “Hemos tenido experiencias recientes de este tipo con bonos que hemos instrumentado. La cantidad de gente que yo me encontré que me dice ‘a mí no me la pagaron’, en blanco y en negro, es impresionante. Las paritarias dan cierta garantía, porque si hay un aumento en un comercio para el trabajador en blanco, al que está en negro algo le van a tener que reconocer. Ahora, si les metés una suma fija para todos, es muy posible que no cumplan con nadie. Tenemos 102 paritarias abiertas en este momento y, hasta acá, están siguiendo a la inflación”, le respondió al líder camporista.

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