Cuando faltan tres meses para las PASO del 13 de agosto, el primer test electoral nacional de cara a octubre, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta protagonizan la disputa opositora por la candidatura presidencial de Juntos por el Cambio. Después de la cumbre del lunes con Mauricio Macri y María Eugenia Vidal en Recoleta, Larreta y Bullrich acordaron las reglas de competencia antes de ingresar al tramo definitorio de la campaña. Con el expresidente y Vidal como garantes de la firma del armisticio, consensuaron una hoja de ruta para evitar una interna feroz que agudice el deterioro de la marca de JxC en los sondeos y ordenar el espacio en dos territorios cruciales para la batalla electoral: la provincia de Buenos Aires y la Capital.
Ante el temor de que Javier Milei capitalice en las urnas la crisis en JxC, Bullrich y Larreta salieron de las trincheras y aceptaron fijar condiciones para impedir que una nueva escalada del conflicto interno ponga en riesgo la unidad. Dispusieron que el Pro tendrá un candidato único en la Capital, la base electoral del partido fundado por Macri desde 2007, que se definirá por encuestas; que habrá una competencia en la provincia de Buenos Aires para definir quién será el representante de Juntos por el Cambio en la disputa por la sucesión de Axel Kicillof; y que ambos impulsarán una coordinación entre los equipos de campaña y fiscalización para aunar fuerzas después de las PASO y evitar una fragmentación que licue las chances de recuperar el poder nacional.
Fue el primer pacto que suscribieron Larreta y Bullrich con el objetivo de lograr una mayor articulación. La próxima discusión será por el diseño de las nóminas electorales. Resta saber qué actitud adoptarán los referentes de Pro frente al reclamo de un sector de la UCR y la CC para armar listas únicas a diputados y senadores nacionales.
Tras rubricar el acuerdo, el jefe porteño y la exministra, los dos opositores mejor posicionados para enfrentar al kirchnerismo en las elecciones generales de octubre, tienen desafíos cualitativos y cuantitativos. Por un lado, necesitan acumular capital, cerrar alianzas y fortalecer su despliegue territorial.
A su vez, requieren terminar de edificar sus liderazgos a la sombra de Macri, el factor de unidad de Pro hasta la derrota de 2019.
La puja por la UCR
Tanto Larreta como Bullrich miran los movimientos de la UCR, segundo accionista de JxC. Afectados por sus propias internas, los radicales se encaminan a definir en la Convención Nacional en Parque Norte, prevista para el 12 de junio, cuál será su estrategia electoral. ¿La UCR tendrá un candidato a presidente –Gerardo Morales y Facundo Manes siguen en carrera- o aceptará la idea de integrar fórmulas mixtas con el Pro? ¿Qué impacto tendrá esa definición en la oferta del radicalismo en Buenos Aires? ¿Cómo jugarán los intendentes bonaerenses de la UCR en la interna entre Diego Santilli y Néstor Grindetti si el partido no tiene candidato a gobernador?
Larreta y Bullrich aguardan con ansias que sus socios de la UCR despejen esos interrogantes para definir sus estrategias para ganar la interna. Mientras tanto, pujan por sumar adhesiones en el universo radical. El jefe porteño consolidó su alianza con Martín Lousteau al convocar a elecciones concurrentes en la Ciudad y cerró filas con Morales al sostener a Santilli como su candidato a gobernador.
Larreta apuesta a tener un radical como vice, pero espera una propuesta concreta del tándem Morales-Lousteau y, más que nada, garantías de que controlan a la mayoría del partido. Los arquitectos del proyecto presidencial de Larreta también esperan a que Carrió y Miguel Pichetto resuelvan si competirán o no en las PASO. Otra clave para el jefe porteño: cerrar el ingreso de José Luis Espert a JxC para competir como candidato a presidente. ¿Le terminó de torcer el brazo a Bullrich en esa pulseada? La exministra lo aceptaría porque confía en su performance, pese a que repudia las maniobras del alcalde para restarle votos a su boleta.
La ausencia de Cristina Kirchner en la boleta aumenta las chances de que Kicillof desdoble las elecciones
En el larretismo calculan que el oficialismo perdió 17 puntos respecto de 2019. JxC no creció, por lo que intuyen que muchos desencantados fueron a Milei. Con esa lógica, argumentan que JxC debe ampliarse y encontrar una herramienta para atraer a seguidores del libertario.
Por su parte, Bullrich teje para fortificar sus lazos con el “Grupo Vendimia” -Alfredo Cornejo, Gustavo Valdés, Carolina Losada y Luis Naidenoff- y Ernesto Sanz, quien sigue activo tras bambalinas. En el comando de campaña de la exministra admiten que hay tres nombres que le interesan como eventuales compañeros de fórmula: Sanz, Naidenoff y Rodolfo Suárez. En el macrismo también se ilusionan con la posibilidad de que Valdés sea el escolta de Bullrich. En la pulseada con Larreta por los radicales, Bullrich considera que tiene una ventaja: sospecha que los intendentes del interior de la provincia, que responden a Maximiliano Abad, presionarán para aliarse con ella, ya que el jefe porteño corre desde atrás en los sondeos en esas comunas.
La pelea bonaerense
Larreta logró sostener su estrategia en Buenos Aires. Resistió la presión de Macri para que comparta con Bullrich la boleta de Santilli, que corre con ventaja en las encuestas, y unifiquen la candidatura a la gobernación, un reclamo que impulsaron los intendentes de Pro. El expresidente evalúo la idea que evitar la interna bonaerense desde que Kicillof amagó con desdoblar la elección general. Entiende que ese escenario obliga a JxC a tener un candidato competitivo. Larreta, en cambio, cree que la provincia es el escenario de la batalla determinante con Bullrich, por lo que pretende competir en todas las instancias.
Con la mira en el conurbano, está convencido de que Santilli le otorga un plus: “Son un binomio virtuoso y nos permite tener una oferta compacta para mantener los acuerdos con los intendentes y el grupo de los Sin Tierra”, afirman cerca del alcalde. Larreta, que tiene atados a Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Ezequiel Galli (Olavarría) en el grupo de jefes municipales de Pro, sufrió sangrías en su armado. Julio Garro (La Plata) se pasó al campo neutral para evitar que Bullrich ponga en riesgo el control de su municipio. Héctor Gay (Bahía Blanca) se pasó de manera formal a las filas de la exministra.
Cerca de Larreta relativizan esos saltos. Apuestan a fortalecer a Santilli -será una de las prioridades de la estrategia de campaña- e apalancar los armados de Martiniano Molina (Quilmes), Gastón Castelnuovo (Ituzaingó) o Lucas Delfino (Hurlingham) en el conurbano. En la mesa chica del alcalde están convencidos de que aventajan a Bullrich en la primera y tercera sección electoral, las zonas más influyentes de la provincia. En cambio, admiten que corren desde atrás en Córdoba, Santa Fe y Mendoza. Por eso, el alcalde viajará dos veces por mes a cada uno de esos distritos.
Auge, consolidación y declive de un populismo que se quedó sin plata
En la tropa de Bullrich consideran que la exministra emparejó la disputa con Larreta en Buenos Aires. Según sus sondeos, la titular de Pro en uso de licencia se fortaleció con el renunciamiento de Macri, sobre todo, en el interior del país. Desde ese momento, ella redobla esfuerzos para darle mayor musculatura a su estructura en la provincia. Ya incorporó a Manuel Passaglia (San Nicolás) y Gay, y aspira a tener el apoyo de Pablo Petrecca (Junín). El desafío de Bullrich es lograr que Grindetti aumente su nivel de conocimiento. En su búnker admiten que es una desventaja de cara a las PASO y, sobre todo, ante el eventual desdoblamiento. Después de optar por Grindetti, logró retener a Joaquín de la Torre y Javier Iguacel. Ahora debe contener a Cristian Ritondo, quien amenaza con negociar con el larretismo.
La definición porteña
En el cónclave del lunes, Larreta y Bullrich dispusieron que el Pro tendrá un candidato único en la Capital, la base electoral del partido fundado por Macri desde 2007, que se definirá por encuestas. Jorge Macri es el amplio favorito para ser ungido la próxima semana, pese a que un sector del larretismo y Carrió intentan robustecer las chances de Fernán Quirós. Quienes frecuentan a Larreta aventuran en reserva que el elegido será el intendente de Vicente López en uso de licencia, más allá del formalismo del análisis de las tres encuestas. Por más que Larreta lo unja al primo del expresidente como jefe del distrito, Bullrich y Macri consideran que doblegaron el intento del alcalde de imponer a un candidato propio, como Quirós o, incluso, Vidal. Larreta logró neutralizar el acercamiento de la exgobernadora al eje Macri-Bullrich.