Javier Milei quedó envuelto en una disputa judicial que se resume en una pregunta: ¿Quién es el verdadero dueño de La Libertad Avanza? El candidato presidencial afirma que es él –vía La Rioja-, pero otras dos personas, en Buenos Aires y en Entre Ríos, le disputan el control, con consecuencias electorales y monetarias, según reconstruyó LA NACION.
La disputa comenzó hace un año, pero llegó a su clímax durante las últimas semanas, cuando Milei se presentó ante la jueza federal con competencia electoral, María Servini, para solicitar el reconocimiento de la alianza que lleva ese nombre para competir por la Casa Rosada. Lo hizo apoyado en el registro que obtuvo Martín Menem en su distrito, con alcance nacional.
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La movida de Milei, sin embargo, provocó la reacción inmediata de Juan Ricardo Mussa, quien también se presentó en los tribunales federales de Comodoro Py y le reclamó a Servini que rechace la petición. Argumentó que él es el verdadero dueño de La Libertad Avanza desde que así lo pidió el año pasado, en La Plata, donde funciona el Juzgado Federal con competencia electoral para toda la provincia de Buenos Aires.
El requerimiento de Mussa ante el Juzgado a cargo de Alejo Ramos Padilla, a su vez, todavía no fue aprobado, pero el varias veces autoproclamado candidato a varios cargos públicos –a presidente de la Nación incluido- planteó ante la jueza Servini que su solicitud de registración es anterior a la de Milei y que, por tanto, debe prevalecer.
El apoderado del partido de Milei, Santiago Viola, rechazó ese planteo ante la consulta de LA NACION y adujo que su verdadero objetivo sería otro. “Le pidieron una reunión a Kikuchi [Carlos, principal armador político del candidato presidencial] para ver si podían llegar a un acuerdo económico”, afirmó.
Mussa lo negó. “No hubo ningún intento de arreglar nada. Viola es un mentiroso, un delincuente”, dijo a LA NACION. “El único acuerdo posible con Milei es que vayamos a una interna, si se anima. Yo soy el presidente y apoderado de La Libertad Avanza. Si Milei no quiere saber nada con nosotros es porque no quiere ser presidente y lo que realmente quiere es quedarse con el dinero que entrega el Estado para la impresión de boletas, mientras les pide a sus candidatos que aporten a su campaña para solventar ese y otros gastos”.
La eventual dimensión monetaria de la discusión entre Mussa y Milei podría registrar, al menos. un antecedente. “Mussa nos intentó contactar para tratar de llegar a un arreglo económico, pero no le dimos bola”, contó el otrora jefe de campaña de Francisco de Narváez para las elecciones de 2009, Gustavo Ferrari, a LA NACION. “Mussa hizo una jugada judicial contra nosotros porque buscaba un benefició”, abundó.
Mussa también lo negó: “¿De qué están hablando? ¡Si a De Narváez yo lo impugné como candidato porque era colombiano, hijo de húngaro! ¿Acuerdo económico? Decir eso es una falta de respeto”.
Escala entrerriana
La disputa por el control del nombre, del partido y del sello La Libertad Avanza es, sin embargo, mucho más enrevesada y viene de antes. También incluye a Carina Ivascov, quien afirmó desde Entre Ríos a LA NACION que ella es la verdadera controlante de ese nombre, no Mussa, ni Milei. Desde lo electoral -en su provincia y pretende serlo a nivel nacional en breve-, como “marca” pública y comercial, y hasta para su uso en Internet, cuyo dominio registró.
La trama entre Milei, Mussa e Ivascov habría comenzado en 2021, cuando conformaron una alianza transitoria durante aquel ciclo electoral. Cada uno siguió luego su camino. O así debió ser, según Ivascov. “Quedé en un fuego cruzado entre Milei y Mussa, pero yo soy la verdadera dueña”, sostuvo.
De extracción peronista, Ivascov se acercó antes a Miguel Ángel Pichetto. También registró el nombre Peronismo Republicano como franquicia y terminó entre acusaciones y polémicas. Y poco después, según ella misma relató, Mussa la convocó a trabajar, aunque se distanciaron. Y a partir de mediados de 2022, procuró conseguir las adhesiones por su cuenta, registró La Libertad Avanza como dominio web y hasta marca comercial y comenzó a enviarle cartas documentos a quienes, según ella, vulneran sus derechos. Desde Javier y Karina Milei, a Kikuchi, Mussi, a José Bonacci en Santa Fe o Miriam Müller en Entre Ríos.
Ivascov también cargó contra Mussa. “Él está como apoderado en la provincia de Buenos Aires, sí, pero lo saqué de la junta promotora nacional porque no me gustó cómo se movía”, dijo, lo que desató otra tormenta. ¿Por qué? Porque Mussa replicó que continúa como apoderado a nivel nacional y radicó una denuncia penal contra Ivascov en Entre Ríos, acusándola de falsificar firmas. No sólo eso. “Voy a pedir el juicio político del juez federal que le otorgó el reconocimiento jurídico porque es un mamarracho”, aventuró.
El contrapunto fue en aumento. Incluso irrumpió el exsenador nacional Eduardo Menem en escena. Según Ivascov, le pidió “un gesto de buena voluntad” y que permitiera que su hijo, Martín, registrara su partido distrital en La Rioja, con ese nombre. Pero terminó mal, según ella. “Me dijeron que era el primer paso para ir todos juntos y después me traicionaron”, adujo. “Ese fue un error que cometí, lo admito, porque confié en ellos”.
Junto a Milei aducen que no es así y que, en cualquier caso, el logro riojano los habilita a correr tranquilos. “Para que quede claro, el único partido con el nombre La Libertad Avanza con reconocimiento judicial definitivo en la Argentina es el partido distrital de Martín Menem”, zanjó Viola, aunque también Mussa salió al ruedo por eso.
Se presentó en los tribunales y confía en que el tribunal de alzada, en Córdoba, revertirá esa decisión. “Para obtenerla, metieron firmas truchas, afiliados de otros partidos y otras barbaridades”, dijo.
Ivascov también promete ir a la pelea en los tribunales de Comodoro Py. “A nivel nacional, tanto el espacio de Milei como el nuestro están en formación”, dijo ella. Y anticipó que presentaría una medida de no innovar y un recurso de amparo ante la jueza Servini cuando resta poco más de un mes para el cierre de listas de precandidatos.
La pregunta, pues, es: ¿Quién controla La Libertad Avanza?