Después de que el Gobierno anticipara la decisión de importar alimentos a través del Mercado Central para reducir el precio efectivo de venta al público de productos frescos, importadores indicaron que la medida apuntaría a frutas como la banana, que es la que más ingresa desde el exterior y el tomate, que en rigor se importan contraestación. Además, aseguraron que en el combo podrían entrar alimentos que no tienen injerencia en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y que son perfectamente “sustituibles”.
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Tras una reunión liderada por el ministro de Economía, Sergio Massa, en el Palacio de Hacienda, el domingo pasado se conoció la decisión del Gobierno de importar frutas, verduras, hortalizas, carnes y productos secos no perecederos, con arancel cero. Pero los importadores afirman que “no ven la medida muy factible” y que los productos que se necesitan son los mismos que se importan contraestación y sostienen que no hay estructura para hacerlo.
“Estamos en una época del año donde la producción de banana merma cada año. Los precios del Mercado Central, todos, salvo el del tomate es deflacionario. El cajón de naranja bajó, pasó de venderse a $8000, la de árbol a 5000 pesos las que salen de la cámara de frío. Ahora, la naranja que viene de Concordia, Entre Ríos, llega a $6000 pesos [el cajón]. Bajó el costo para el mayorista y, por ende, bajó el precio al público”, explicó el dueño de una de las importadoras frutihortícolas más importantes del país.
El producto estrella que la Argentina importa es la banana, mayoritariamente del Ecuador que llega a $5947,50 la caja de 19 kilos. En rigor, por año se consumen 30 millones de cajas de banana, y en el país se producen 5 millones, que se hacen en Salvita, en Salta. Por eso, afirman que “resulta irrelevante” la decisión respecto de la cantidad de alimentos que se exporta al mundo. En el caso de la banana nacional, según los precios que figuran en la página oficial del Mercado Central, está en torno a los $270 el kilo para el producto nacional y la banana del Ecuador a $320.
La decisión que tomó el Gobierno el pasado fin de semana responde al aumento en bienes estacionales, particularmente a las verduras, que subieron un 20,5% en el mes después de haber traccionado también los precios en marzo. Según el Indec, el tomate redondo tuvo un aumento del 63,4% en abril último; pasó de valer $426,62 a $697. En tanto, el kilo de naranjas tuvo un aumento del 19,8%. Su precio en marzo saltó de $503,01 a $602,48.
Conocidos esos datos, el importador explicó que “el tema del tomate se está dando ahora porque está en época de transición”, que va en torno a los 20 días, mientras se produce en otro cinturón del país. Explicó, además, que hay “productos contraestación que tienen sistemas cíclicos y son los que se necesitan”, pero que aun así “no se justifica” la decisión. Respecto de la banana, que es la fruta que mayormente se trae del exterior, contó que la producción que se da en Salta con tecnología de última generación es “muy grande”.
“Los productos que necesitamos importar, en realidad, son los que se importan todo el año: la banana y quizás pueda haber un faltante cíclico de anco o cabotea. En invierno normalmente se importa algo de uvas de Brasil y Chile. De uva podés importar cuatro camiones a la semana; del ananá otros dos camiones. El otro mayor volumen de fruta que entra en invierno es la palta, desde Chile, pero son productos contraestación, cuando se vende la producción nacional”, explicó.
En el caso del mango, si bien se exporta el producto argentino, que en rigor se produce en la provincia de Corrientes, dijo también que se trae de Brasil. La dinámica funciona de la misma manera que con el resto de las frutas que se envían contraestación, o algunas variedades sin semillas que se traen del exterior.
“La Argentina exporta muchos más alimentos de los que importa y lo que importa en grandes cantidades es la banana. Si acompañás con el precio esto funciona bien. Los países del Mercosur tienen el acuerdo de arancel cero, es decir, que no pagás los derechos de importación por la mercadería. Sinceramente, no entiendo de dónde o qué es lo que van a importar”, sostuvo. Además, dijo que si bien importan los productos al dólar oficial, no se trasladan al blue.
Otro importador de frutas exóticas, quien también pidió mantener la reserva de su nombre, mencionó que la medida “no la ven muy factible, ya que “operativamente se desconoce cómo la estructurarían”. En su caso traen volúmenes moderados de jengibre o papaya, por lo que indicó que estos “no mueven el índice de inflación”.
La alternativa que tendría en este caso el Gobierno sería el apoyo de multinacionales importadoras de gran estructura, “porque armar un trabajo de importación” desde ese centro de distribución y de cero “implica un trabajo arduo” no solo por los contactos, sino la logística que conllevaría.
David Miazzo, economista jefe de la Fundación para el Desarrollo Agropecuario (FADA) de Argentina, explicó que “todo el rubro alimentos tiene una incidencia cercana al 25% [en los precios]”.
“Esto significa que si los alimentos suben 10%, y todo el resto se queda quieto, el índice de precios sube 2,5%. Verduras, tiene una incidencia menor al 3%, esto significa que si todas las verduras en promedio suben el 10%, y todo el resto se queda quieto, el índice solo debería aumentar 0,3%”, explicó.
“Primero que no hay dólares, segundo, que la Argentina en general tiene precios bajos comparándolos internacionalmente, por lo que es difícil que sea conveniente, salvo casos excepcionales, pero no son de ahora, sino de siempre. La importación no es consecuencia de la inflación y los altos precios locales, sino una cuestión de clima y hábitos de consumo. No hay un problema de que las cosas estén caras, sino que son los pesos que pierden valor y todos los días valen menos: eso se refleja en la inflación y el dólar”, puntualizó.