Las variedades de soja con tecnología Enlist están siendo adoptadas por muchos agricultores por su alto potencial y por el muy buen control de malezas que permiten. Sintéticamente, varios semilleros han desarrollado cultivares resistentes a glifosato, 2,4 D y glufosinato de amonio, que posibilitan combatir con éxito muchas malezas difíciles. En 2022 se sembró un millón de hectáreas con esta tecnología y se prevé que la campaña 2023/24 se triplicará esa cifra, con 62 cultivares disponibles en el mercado.
Algunos semilleros que ofrecen variedades con tecnología Enlist son ACA, Basf, Pioneer, Stine, Don Mario, Ilinois, Brevant, NK, Bioceres, LG, Nidera, Neogen y Macro Seed. La semilla fiscalizada se distribuye a través de más de 600 comercios.
Un freno a nuevas imposiciones al comercio de productos del campo
Corresponde aclarar que el sistema de venta de los cultivares con esta tecnología difiere del histórico de regalías utilizado con variedades anteriores. La industria desplegó un nuevo modelo de comercialización de su producción que incluye varias etapas, como la firma de una Licencia de Uso, la compra de semilla fiscalizada, la determinación de Hectáreas Tecnológicas y la adhesión voluntaria al programa de Precertificación de Hectáreas. El sistema lleva como nombre Sembrá Evolución. Los productores que utilicen variedades con esta tecnología deberán ingresar obligatoriamente al modelo de comercialización para sembrarlas.
Pasos
“En la práctica, el productor que tenga intención de utilizar por primera vez una variedad con tecnología Enlist deberá firmar una Licencia de Uso con el semillero, que establece las condiciones para sembrarla. Luego deberá comprar semilla fiscalizada en los comercios autorizados, una operación que da lugar a Hectáreas Tecnológicas, a razón de 1 hectárea tecnológica cada 1,5 bolsas compradas”, explica Victoria Serigos, líder de Licencias de soja Enlist en Corteva Agriscience. Es decir, cada productor elige la densidad de siembra para su planteo, pero si siembra 150 bolsas de semilla fiscalizada Enlist va a obtener 100 Hectáreas Tecnológicas de soja.
El paso siguiente es la adhesión (voluntaria) al programa de Precertificación de Hectáreas. Se declaran las Hectáreas Tecnológicas por implantar y ese paso permite la entrega de grano durante la cosecha sin límite de toneladas; es decir, el semillero no cobra nada en los acopios. “La Precertificación da como beneficio no quedar atados a un pago por una determinada productividad por hectárea de la soja; tampoco obliga a segregar la mercadería con tecnología Enlist de otra que no la contenga”, destaca Serigos.
Si el agricultor no ingresara al programa de Precertificación y se detecta la tecnología al momento de la entrega de grano en los silos, deberá pagar regalías por la producción excedente de tres toneladas por hectárea. El control es realizado por Bolsatech con tiras reactivas en los acopios y en la exportación.
Uso propio
Por otro lado, el agricultor que compró semilla fiscalizada de variedades con tecnología Enlist puede cosechar la soja y guardar semilla para la campaña siguiente. Para hacer ese uso propio deberá comprar Hectáreas Tecnológicas al semillero para la superficie que piense implantar. Así, en su cuenta corriente tendrá Hectáreas Tecnológicas para la siembra de semilla fiscalizada y para la que se guarde como Uso Propio.
“En el terreno práctico, 1,5 bolsas de semilla fiscalizada (60 kilos) generan una Hectárea Tecnológica para el uso en la primera vez. Además, dan lugar a tres toneladas por hectárea de crédito para entrega del grano si no se hace la precertificación”, describe Victoria.
En síntesis: los productores deben saber que surge un nuevo sistema para proteger la propiedad intelectual de los semilleros que desarrollaron variedades con tecnología Enlist. Incluye la firma de una Licencia de Uso y la compra de semilla fiscalizada para la siembra de determinada cantidad de hectáreas. Además, permite el uso propio mediante la compra de Hectáreas Tecnológicas. Así, una Hectárea Tecnológica se constituye, según indican los autores del modelo comercial, “en la unidad de medida universal para adquirir genética y biotecnología de punta”.