“Ni Javier Milei ni yo rendimos examen”, sentencia Victoria Villarruel, la abogada que, desde anoche, es la flamante precandidata a vicepresidenta por La Libertad Avanza. La actual diputada nacional de 48 años, que recibió a LA NACION en su despacho del octavo piso del anexo de la Cámara baja, describe su relación con el economista como de “colaboración”. “Siempre dijimos que somos parte de lo mismo, pero abarcamos distintas cosas”, subraya.
“Con Javier vamos a hacer especial énfasis en que nos apoye la población. Si el pueblo argentino nos pone en este lugar, es el pueblo argentino también el que se va a tener que poner los pantalones”, enfatiza la fundadora del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), un organismo que reclama por los militares y civiles heridos y muertos en ataques de organizaciones guerrilleras.
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–¿Hace cuánto sabía que iba a ser la compañera de fórmula de Milei?
–Lo sabía hace tiempo. Yo acompaño a Javier en el lugar donde sea más útil, siempre con una actitud de aceptación. Lo veníamos hablando hace bastante, pero siempre expresé mi voluntad de colaborar en donde pudiera ser importante. Este es el momento de Javier Milei. Es un político fuera de serie, que realmente está llevando la vanguardia del discurso de las temáticas que se están tratando a nivel político en este país. No solo respecto a la oposición, sino también al oficialismo, donde todos están reactivos a lo que él dice. No hay otro político que haya encarnado este fenómeno de incorporación de la gente joven, que era patrimonio de la izquierda.
–¿A qué atribuiría eso?
–Es que la vanguardia del discurso hoy está de este lado. Hoy realmente sos rebelde y encarnás los valores de la juventud desde la derecha y el liberalismo. Y él logró explicarle eso a la sociedad con los tiempos de la televisión, con la imagen, que hoy impacta.
–Milei fue muy claro en la entrevista donde anunciaron la fórmula: dijo que él expresa lo económico y que usted se destaca por sus conocimientos en seguridad y defensa.
–Es una relación de colaboración. Ya partimos de ese punto desde la primera vez que nos sentamos en la banca del Congreso. Desde el momento en que juramos como diputados, hasta el día de hoy, siempre dijimos que somos parte de lo mismo, pero abarcamos distintas cosas. Y eso le da una globalidad a nuestro discurso que no la veo en otros espacios. De hecho, todavía no sabemos quiées van a ser los candidatos de las otras fuerzas. Nosotros tenemos un discurso mucho más claro para la sociedad, están bien definidas nuestras temáticas y nuestras ideas, mientras que el resto está discutiendo internamente el poder.
–Ayer dijo que Néstor Kirchner “construyó su poder” habiendo llegado con el 22% de los votos y remarcó que fue “sobre todos los prejuicios, las ruinas y los problemas del pueblo argentino”. ¿Considera a Milei como alguien que también viene reconstruir el “orden” sobre las “ruinas”?
–Nosotros salíamos del 2001 en una debilidad institucional como pocas veces se vio, y llegó este hombre a quien nadie conocía, que nadie sabía lo que había hecho en Santa Cruz, pero que venía perpetuándose en el Estado desde hacía décadas. Son situaciones que pueden parecer análogas, pero que en nuestro caso son distintas. Javier cuenta con un conocimiento de parte de la sociedad que claramente no tenía Néstor Kirchner hace 20 años. La sociedad está de acuerdo con un montón de problemáticas que Javier, desde lo económico, ha planteado, en cambio, nadie sabía lo que iba a hacer Kirchner, que contó incluso con la desconfianza del peronismo. Nosotros contamos con el favor de la sociedad, porque todavía no sabemos si nos van a votar o no. Porque tampoco estamos preocupados por el número.
–Kirchner hizo de los derechos humanos una bandera desde la que construir hegemonía. Considerando su condición de militante por la “memoria completa”, ¿está dispuesta a hacer lo mismo?
–Yo te soy super franca. Mi idea de país no se basa en continuar con una grieta que crearon una serie de oportunistas, que se han servido del Estado, del dolor de los argentinos y de la tragedia que ellos mismo produjeron. Porque acá, los mismos que se nutren de eso, son los que estuvieron también siendo responsables del baño de sangre en la década del 70. Yo tengo muy en claro que, en caso de que nos elijan los argentinos, nuestro rol es el de lograr la hermandad del pueblo argentino. No hay progreso si no hay hermandad. No está en mí la voluntad de acentuar las grietas. Ahora bien, lo que sí hay que acentuar es el respeto a la Constitución Nacional, la igualdad ante la ley y el Estado de Derecho.
–¿Cómo haría valer entonces su rol de fundadora del Celtyv?
–A mí se me pone en un corralito como si fuera que solo puedo hablar del tema de los 70, o como si solamente fuera esa la temática que me interesa. Eso no es verdad. Yo he hablado de los derechos humanos con una amplitud que no he visto a otros exponentes ni del liberalismo ni de la derecha. A mí me interesan determinadas causas, pero tengo muy claro que mi rol hoy es el de diputada de la Nación, ahora precandidata a vicepresidente y tengo que hablar de un montón de problemáticas que tampoco tienen voz. Porque hace muchas décadas que no se está respetando el Estado de Derecho, no solo en relación con las víctimas del terrorismo, sino también con un montón de sectores de la sociedad que vienen surfeando en la mayor indiferencia de la clase política. Yo vengo a darle lugar a eso y a tratar los temas incómodos.
–¿Es decir que las cuestiones de derechos humanos serían un tema más en una virtual gestión de La Libertad Avanza?
–Sí. Vos sabés que se presentó en el Congreso un proyecto de ley, que nunca tratamos en el recinto, para instituir el día nacional de las víctimas del terrorismo. Pero yo no lo presenté. El que lo hizo fue el diputado Pablo Torello, de Pro, y yo lo firmé. ¿Esto significa que no estoy de acuerdo? No, significa que tengo muy en claro que mi rol es el de representar, con federalismo, a todos los ciudadanos.
–Durante el cierre de campaña de Milei de 2021usted dijo una frase que me llamó la atención: “Si esto es una democracia, yo quiero los mismo derechos que los zurdos”. ¿A qué se refería particularmente?
–No hay derechos por igual hoy en la Argentina. Si vos pensás de determinada manera, estás bien parado en la sociedad, y si pensás de otra, estás discriminado, ignorado. El Estado no te brinda ningún tipo de reconocimiento. Pero tampoco estoy de acuerdo con la política de considerar que solo tenemos derechos. Como ciudadanos, también tenemos responsabilidades. Javier Milei y yo venimos para recuperar el orden, que hoy es mala palabra. Venimos a lograr que el famoso contrato social que encarna nuestra Carta Magna se respete. Pero que se respete por todos, no solo por los que pagan impuesto o por los ciudadanos respetuosos, sino por todos. Sin estar flagelándonos, hay que decir que lo que viene por delante va a ser duro, pero el pueblo argentino tiene que apoyar a todos los ciudadanos que estamos implicándonos en política, representándolos a ellos y que no pertenecemos a este sistema.
–¿Cree que el consenso democrático de 1983 se rompió o es algo que ya estaba mal planteado desde las bases?
–En los últimos gobiernos se socavó el sistema democrático. Es como si viviéramos en una cáscara de lo que es la democracia. Si vos pertenecés a una parte de la sociedad estás en un Estado democrático, y si pertenecés a la otra, tal vez no tenés para comer, no tenés donde atenderte, no conseguís un trabajo. Lo único que ves como gran inversión es comprarte un par de zapatillas. No tenés la comida garantizada en un país con este nivel de riqueza. Entonces, definitivamente este es un país que, así como está armado, está solo para la casta política. Todos los demás estamos de más.
–¿Cómo se ve presidiendo el Senado y teniendo que negociar con los representantes de las provincias?
–La política es consenso. Y en eso yo soy sumamente respetuosa, más allá de las diferencias que puedo tener desde lo ideológico con todo el mundo. De mi parte, el mayor de los esfuerzos para hablar, pero yo no tengo nada que negociar. Acá esto es en bien del país. Y el que no quiera hacer algo que es en bien del país, quedará expuesto ante la sociedad.
–¿Entonces cómo haría Milei para lograr esos consensos que menciona si no es mediante la negociación?
–Nosotros vamos a encontrar el Estado detonado. Cuando el 10 de diciembre de este año la Argentina tenga nuevas autoridades, va a ser como si hubiera salido de una guerra. Una guerra en la que nos parasitaron sin parar y nos chuparon la sangre literalmente. Nos vamos a encontrar con ciertos sectores de la política que nos tratarán de locos, de totalitarios, diciendo que se nos va a incendiar todo. Con Javier vamos a pedir la colaboración de los políticos que no sean kirchneristas, pero principalmente vamos a hacer especial énfasis en que nos apoye la población. Si el pueblo argentino nos pone en este lugar, es el pueblo argentino también el que se va a tener que poner los pantalones.
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–A Mauricio Macri se lo critica por supuestamente no haber ido a fondo con “lo que había que hacer”.
–Durante el macrismo no hubo una explicación concreta de lo que fue la dilapidación de todo tipo de recursos por parte del kirchnerismo. Es como si hubiera habido una complicidad en alivianar el tsunami con el que ellos fueron recibidos en 2015. Bueno, nosotros no tenemos ese compromiso. Ni Javier Milei ni Victoria Villarruel rinden examen. No venimos con ese pasado reprochable en nuestras espaldas. Los demás sí, porque los demás han ocupado cargos públicos en continuidad en las últimas décadas. Eso nos da una frescura como políticos y una tranquilidad que no tiene ninguno de los que nos va a enfrentar.