Los exportadores de granos advirtieron que rechazarán cualquier entrega de trigo que no sea libre de transgénicos. La medida, comunicada a diferentes actores de la cadena comercial vía una carta, remite al caso del cereal tolerante a sequía desarrollado por Bioceres, que ya cuenta con la aprobación de numerosos países.
“Deseo reiterar y recordar que no existen cambios en las condiciones de comercialización de trigo argentino, las cuales se mantienen libres de presencia de variedades que contengan eventos genéticamente modificados”, señala una carta redactada por Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC).
“Si bien existen avances en procesos de desregulación en distintos países del mundo de eventos biotecnológicos, ningún comprador de trigo argentino ha modificado la condición de libre de OGM (Organismo Genéticamente Modificado)”, agrega.
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En otro tramo Idígoras deja una advertencia: “Razón por la cual, se reitera que toda mercadería que no cumpla esta condición será motivo de rechazo, así como de reparación económica por posible daños comerciales o logísticos”.
Tras conocerse la carta, fuentes de la agroexportación dijeron que se trata de la misma comunicación que hacen todos los años para la cadena agroindustrial. “Si detectamos cualquier OGM, no solo HB4″, dijeron sobre el cereal de Bioceres.
El trigo transgénico tiene su génesis en un desarrollo de Bioceres a partir de un gen de tolerancia que Raquel Chan, experta del Conicet y de la Universidad Nacional del Litoral, encontró en el cultivo de girasol.
Primero se investigó para la soja y luego para el trigo. La soja logró aprobaciones en la Argentina y otros mercados, entre ellos China, el mayor comprador de la oleaginosa en todo el mundo. También tiene el visto bueno de Brasil y Estados Unidos, países que integran el podio de productores con la Argentina.
En el caso del trigo transgénico, la empresa ya tiene avales de, además la Argentina, de Brasil, Indonesia, Sudáfrica, Nigeria, Estados Unidos, Nueva Zelanda, Australia, Colombia. Entre Brasil e Idonesia la Argentina ha tenido en los últimos años los compradores más importantes para la producción del cereal.
Bioceres ha adoptado para el trigo transgénico HB4 una estrategia de producción cerrada con productores y molinos vinculados. Producen para la firma. Recientemente, en un evento donde se dio a conocer los resultados de la tecnología en el marco de la sequía, el representante de un molino dijo que ya estaba usando el cereal transgénico para sus clientes.
“No hemos tenido quejas de ningún tipo. Algunos de nuestros clientes se enteraron, pero les mostramos los datos y no tuvimos problemas. Lo que a ellos les interesa es que no cambie la calidad y poder seguir trabajando de la misma manera. Nosotros lo procesamos, lo mezclamos con cualquier harina o trigo”, explicó Agustín Forzani, de Molino Esmeralda.
En esa oportunidad se informó que la tecnología del cereal tolerante a sequía en ambientes de 2000 a 4000 kilos tuvo un rinde un 27% mayor. En los que suelen rendir más de 4000 kg fue un 23% adicional en los últimos tres años y 2% extra en la campaña 22/23. El promedio total de diferencias de rendimiento en la suma de todos los ambientes fue de 22% a favor de la tecnología.
En este contexto, Bioceres sigue avanzando también con el cereal en Brasil. Allí no solo consiguió el aval incluso para la siembra, sino que logró que la industria molinera, que se oponía al producto transgénico, cambie su postura. En tanto, está trabajando con el ente oficial Embrapa y la firma Or Sementes por la genética. La firma optó por no responder a la carta de los exportadores.