WASHINGTON.- A fines de enero, cuando sus tropas morían de a miles en los combates por la devastada ciudad de Bakhmut, el dueño del grupo de mercenarios Wagner, Yevgeny Prigozhin le hizo a Ucrania un ofrecimiento extraordinario.
Prigozhin dijo que si los comandantes ucranianos retiraban a sus soldados de los alrededores de Bakhmut, él estaba dispuesto a entregarle a Kiev la posición de las tropas rusas, que Ucrania podría usar para atacarlas. Algo que él ahora niega.
Pero, según documentos de inteligencia de Estados Unidos nunca antes revelados y que ahora se filtraron a través de la plataforma de chat grupal Discord, Prigozhin les hizo llegar su propuesta a sus contactos dentro del aparato de inteligencia militar de Ucrania, con el que ha mantenido intercambios secretos durante todo el curso de la guerra.
Prigozhin mantiene un furibundo enfrentamiento público con los comandantes militares rusos, a quienes acusa de no equipar ni reabastecer a su grupo de mercenarios, que han sido de vital ayuda para la aventura bélica de Moscú. Pero Prigozhin también es un aliado directo del presidente ruso, Vladimir Putin, quien bien podría considerar esa oferta de cambiar vidas de mercenarios por vidas de soldados rusos como una traición.
El documento filtrado no aclara qué posiciones de tropas rusas se ofreció a revelar.
Dos funcionarios ucranianos confirmaron que Prigozhin se comunicó veces con la dirección de inteligencia militar ucraniana, conocida como HUR. Un funcionario dijo que el líder mercenario hizo llegar la oferta por Bakhmut más de una vez, pero que Kiev la rechazó porque los funcionarios no confían en Prigozhin y evaluaron que sus propuestas podían ser falsas.
Un funcionario estadounidense también advirtió que en Washington existen dudas similares sobre las intenciones de Prigozhin. Los funcionarios ucranianos y estadounidenses aceptaron referirse al tema bajo condición de anonimato, porque se trata de información confidencial.
Este mes, en una entrevista con el diario The Washington Post, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky no confirmó los contactos con Prigozhin. “Es un asunto de inteligencia militar”, dijo Zelensky. El líder ucraniano también se opuso a la difusión pública de información clasificada y dijo que las filtraciones terminaban beneficiando a Rusia.
Lo que nadie discute es el resentimiento y la frustración de Prigozhin por los desgastantes combates por la ciudad de Bakhmut, en el este de Ucrania: se ha quejado a los cuatro vientos de que el Ministerio de Defensa ruso no abastece a sus mercenarios de las municiones y recursos que necesitan para imponerse. En Bakhmut se han desarrollado los combates más sangrientos de la guerra. En los últimos meses, en una batalla de avances y retrocesos que se miden metro por metro en las calles de la ciudad, tanto las fuerzas ucranianas como las rusas han sufrido innumerables bajas.
Prigozhin había prometido la toma y el control de la ciudad antes del 9 de mayo, a tiempo para las celebraciones del Día de la Victoria en Rusia, pero en las últimas semanas amenazó públicamente con retirar a sus fuerzas de la guerra.
Otros documentos filtrados revelan que funcionarios del Ministerio de Defensa de Rusia se preguntan en privado cómo responder a las críticas de Prigozhin sobre el desempeño militar y sus reclamos de más recursos, y que al parecer reconocieron que sus quejas eran legítimas. Los documentos también hablan de una lucha de poder entre Prigozhin y altos funcionarios del Kremlin, incluido el ministro de Defensa, Sergei Shoigu.
En ese contexto de tensión, Prigohzin se ocupó de preservar sus relaciones secretas con la inteligencia ucraniana, que no se limitaron a llamadas telefónicas, sino que incluyó reuniones cara a cara con oficiales de la HUR en un país no especificado de África, según uno de los documentos filtrados. No hay que olvidar que el Grupo Wagner tiene presencia en varios países africanos, donde los mercenarios brindan seguridad a varios gobiernos del continente.
Quejas
Los documentos filtrados revelan las quejas de Prigozhin por el alto costo que la guerra se ha cobrado entre sus propias tropas y su insistencia para que Ucrania ataque con más fuerzas las posiciones rusas.
Según un documento, Prigozhin le dijo a un oficial de inteligencia ucraniano que el ejército ruso tenía serios problemas con el suministro de municiones. También recomendó que las fuerzas ucranianas pegaran un salto hasta llegar a la frontera de Crimea, anexada ilegalmente por Rusia, aprovechando que la moral de las tropas rusas estaba por el piso. El documento también hace referencia a otro dato de inteligencia según el cual Prigozhin estaba al tanto de la baja moral de las fuerzas Wagner y que algunos de sus combatientes habían resistido la orden de desplegarse en el área de Bakhmut bajo el intenso fuego de la artillería ucraniana por temor a sufrir más bajas.
No es inusual que en tiempos de guerra las partes enfrentadas mantengan abiertos algunos canales de comunicación. Además, los documentos no permiten dilucidar cuál era la intención de Prigozhin al hablar con sus supuestos enemigos de Ucrania. Un funcionario ucraniano dijo que esos contactos responden a la lógica de “mantener a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca todavía”.
Los documentos también sugieren que Kiev sospecha, o incluso sabe, que el Kremlin está al tanto de las comunicaciones de Prigozhin con la inteligencia ucraniana. De hecho, el Kremlin hasta podría conocer sus negociaciones secretas por la ciudad de Bakhmut.
Un documento basado en comunicaciones interceptadas afirma que el jefe de la inteligencia militar de Ucrania, Kyrylo Budanov, “cree que los rusos podrían utilizar los detalles de las conversaciones secretas de Prigozhin con la HUR y sus reuniones con sus oficiales en África para hacerlo parecer un agente ucraniano”. El documento no especifica si Budanov sospecha que Moscú ya estaba al tanto de los intercambios de Prigozhin con oficiales de la HUR.
Cuando se enteró de la filtración de documentos de inteligencia norteamericana que revelaban sus contactos con la inteligencia ucraniana, el líder mercenario pareció restarle total importancia a la situación. “Sí, por supuesto que puedo confirmar esta información, no tenemos nada que ocultarles a los servicios especiales extranjeros. De hecho, Budanov y yo todavía estamos en África”, escribió Prigozhin el domingo a través de su cuenta en la plataforma Telegram.
Por Shane Harris y Isabelle Khurshudyan
Traducción de Jaime Arrambide