“Ya la voy a llamar”. Alberto Fernández no quiere que lo apuren. Los dirigentes que hablan con él, por teléfono o personalmente, continuamente le reclaman que retome el contacto con Cristina Kirchner para ordenar la cuestión electoral. A él le provoca cero entusiasmo volver a hablar con ella -observan sus interlocutores- pero da a entender que en algún momento lo hará.
El Gobierno entra en tiempo de descuento para definir su oferta electoral, aún no tiene estrategia y tampoco resolvió si irá a una PASO o jugará con un candidato de unidad. Esta fue la semana en la que Sergio Massa dejó el corsé de ministro de Economía y se zambulló en el barro electoral al pedir, una y otra vez, que el oficialismo vaya con un solo postulante. Hubiera querido ser ungido como el candidato único del FDT -así se perfilaba en diciembre- pero la economía de 2023 no ayudó a que su nombre decante por peso propio. Por eso aceleró sus movimientos para demostrar que, pese a la profunda crisis económica, él sigue siendo el garante de la estabilidad y que lo mejor es evitar las disputas internas para retener la base de 30 puntos del peronismo, que hoy está en duda.
Fernández, por el contrario, quiere una PASO con todos los que quieran anotarse. Su jefe de Gabinete, Agustín Rossi, podría lanzarse la semana próxima y sumarse al menú de aspirantes. Quedó así planteado un escenario de confrontación entre la Casa Rosada y el Palacio de Hacienda. En Balcarce 50 quisieron disimular las diferencias, pero el propio jefe de Estado las dejó traslucir en la entrevista que dio el viernes.
Cerca del Presidente no sólo cuestionan a Massa por pedir una candidatura única: también lo apuntan fuerte por la inflación. “El problema del Gobierno no son las PASO, es la economía. Hay que ocuparse de gestionar”, lanzó esta semana un ministro del riñón presidencial.
Escenario abierto
Aunque el poder del Presidente quedó muy encogido, hoy son varios los actores del oficialismo que coinciden en que Massa no sintetiza al conjunto. Llamativamente, en el kirchnerismo también hay figuras que creen que lo mejor es ir a una interna. Eduardo “Wado” de Pedro dijo que hay que ir a una PASO públicamente -lo que puede ser leído como una estrategia de presión- pero también lo manifestó en reuniones políticas puertas adentro, según pudo reconstruir LA NACION. El ministro del Interior es uno de los que hace de enlace con otras facciones del F. Tiene reuniones y conversaciones muy asiduas con el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos. Una contienda abierta le garantizaría a De Pedro mantener en pie la candidatura por la que viene trabajando hace tiempo.
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Frente a ese escenario abierto, todos los ojos apuntan a Cristina Kirchner, que es la que puede bajar el martillo y ordenar el tablero. La vice sigue ganando tiempo con el silencio. Un dirigente de peso del Frente Renovador con muy buena interlocución con el kirchnerismo consideró, no obstante, que Cristina “es la más preocupada por llegar sin mayores complicaciones a las elecciones”. “Ella sabe que si el Gobierno no llega en condiciones de tranquilidad, es un problema”, dijo, al considerar -como muchos creen en el oficialismo-, que Cristina se inclina por la estrategia de Massa de evitar las internas.
Sin embargo, por algún motivo, la vice dio la instrucción, el pasado fin de semana, de desinstalar que ella es reacia a las PASO, como venía trascendiendo en la prensa. Probablemente lo hizo para no mostrarse con la responsabilidad de digitar todo. Cristina, al igual que Máximo Kirchner, insiste con que antes que los nombres, está “el programa”. “La posta de lo que quiere Cristina no la tiene nadie, esa es la única realidad”, dijo a este medio un colaborador estrecho de la exmandataria.
Un ministro que participa de las mesas políticas opinó: “A ella le sirve dejar jugar a todos, ya sea para despistar, para sostener la centralidad o para efectivamente tener todas las alternativas sobre la mesa”. Y agregó: “Las posibilidades de Sergio dependen únicamente de que se pueda apalancar con un par de goles que compensen el desastre de la inflación, sobre todo la renegociación con el Fondo”.
El resto de los candidatos no aflojan su campaña, por el contrario. Esta semana no pasó desapercibida la foto de Daniel Scioli junto al intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, un kirchnerista de pura cepa y hombre del Instituto Patria. Hace pocos días, Ferraresi había renunciado al cargo de interventor de Edesur, bajo la tutela de Massa.
Congreso y acto K
El sendero de las definiciones tiene varios hitos en el horizonte. El martes, la dirigencia del peronismo se verá las caras en el Congreso del PJ que tendrá lugar en el microestadio de Ferro y a donde están convocados unos 900 congresales, encabezados por el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán. Nadie espera que ese encuentro multitudinario revuelva si se irá a un formato de PASO o de candidatura única. “Va a ser la sentencia de que, pese a todo, no va a haber ruptura”, dijo uno de los organizadores del congreso.
Una feroz disputa de poder en medio del tembladeral
Lo que figura en la orden del día es la autorización para suscribir las alianzas con los otros partidos del frente oficialista (entre ellos el Frente Renovador, de Massa), de modo de confirmar al Frente de Todos -con ese u otro nombre- como alianza electoral para estos comicios. “Va a ser todo muy instrumental”, consideró un funcionario relevante al tanto de la reunión. Quienes están en el detalle del encuentro advierten que el único dato significativo es que se designarán a los apoderados del PJ cuyos nombres tendrán literalmente la lapicera, porque son los que operativizan la confección de las listas.
Mientras tanto, el ultracristinismo de la “mesa de Ensenada” está organizando para el 25 de mayo una movilización a la 9 de Julio, cuando se cumplen 20 años de la asunción de Néstor Kirchner. Será el cierre de la “gira clamor” para pedirle a Cristina que sea candidata a presidenta.
Los organizadores del acto buscan que la vice suba al escenario, para darle sentido al evento y garantizar una participación de militantes nutrida. Por ahora son expresiones de deseo: la exmandataria todavía no confirmó. Es posible que en los próximos días la mesa de Ensenada haga circular una carta en donde le pida a la vice que sea candidata presidencial, pese a que ella dijo que no lo va a hacer. “Cristina sos la esperanza”, es el concepto que están barajando.
En las últimas semanas hubo muchas dudas entre la dirigencia K sobre si llamar o no a un acto en el Obelisco, que pone la vara muy alta en términos de convocatoria. Un referente lo sintetizó así: “Convocar para llenar media cuadra no sirve”. Sin embargo, la decisión de la Corte de suspender las elecciones en San Juan y Tucumán insufló motivación para movilizar, porque encaja con el relato kirchnerista de la “proscripción”. El próximo miércoles habrá una reunión “ampliada” en la sede de Smata para avanzar con la organización del evento.