Por el aceleramiento de la inflación, los gremios mayoritarios de la CGT modificaron el calendario de las paritarias y pasaron de revisar salarios de manera anual a semestral y luego a negociaciones por trimestre. Hubo incluso un sector, como el bancario, que forzó tratativas de ajuste cada 45 días. Esta dinámica incontrolable, más el mazazo que significó el 8,4% de inflación de abril, avivó el debate interno entre los sindicatos sobre la posibilidad de unificar un reclamo en conjunto por una suma fija, como impulsan los sectores más alineados con el kirchnerismo.
Hasta antes de la última corrida cambiaria y su impacto en los precios, los referentes de la CGT rechazaban cualquier posibilidad de una suma fija con el argumento de que el refuerzo salarial alteraría el normal curso de las paritarias sectoriales. Sobre este punto chocan posturas: el moyanismo y los gremios más identificados con el kirchnerismo presionan desde hace meses por una suma fija, mientras que el sector más dialoguista apuesta por el marco paritario y un plus adicional a fin de año.
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Pero el fin de semana hubo un giro en esa postura. Andrés Rodríguez, jefe de los estatales de UPCN y número tres de la central obrera, abrió por primera vez la posibilidad de reclamar todos juntos por una suma fija. “Tenemos que generar un nuevo aumento para, al menos, empatarle a la inflación. La suma fija ahora sí puede ser una herramienta importante para algunos sectores con salarios bajos. Estamos teniendo dificultades, los plazos paritarios que antes eran de un año ahora se revisan cada tres meses”, dijo Rodríguez el sábado pasado en AM 750.
Rodríguez era uno de los dirigentes que junto con “los Gordos” (grandes gremios de servicios) se oponían a un refuerzo que modifique el esquema paritario. En el sector estatal, UPCN y ATE acordaron con la administración pública nacional una paritaria en 2022 que alcanzó un incremento de 107,83%. Negocian ahora una suba trimestral o semestral.
En la cúpula de la CGT reconocieron hoy a LA NACION que no se debatió internamente adoptar una postura común ante el reclamo de la suma fija. El camionero Pablo Moyano, integrante del triunvirato de mando, hizo de esta demanda una de sus principales banderas para diferenciarse de los sectores mayoritarios, que no comulgan con el kirchnerismo.
El sábado pasado, durante el congreso del PJ bonaerense, Máximo Kirchner buscó sacudir a la CGT para que reclama por un plus salarial. Resulta más que obvio que hay compañeros que tienen un salario en blanco y que están por debajo de la línea de pobreza. El peronismo no puede mirar para otro lado cuando eso sucede. Entiendo cuando algunos dirigentes sindicales dicen que es mejor la paritaria que la suma fija, pero el problema es que nuestra gente tiene urgencias, necesita una mano ahora, ya“, dijo el hijo de la vicepresidenta desde La Matanza. Durante el mensaje, lo rodearon tres sindicalistas: Abel Furlán (UOM), Omar Plaini (Canillitas) y Walter Correa (Curtidores), que además es ministro de Trabajo de Axel Kicillof.
El reclamo de Máximo Kirchner, que evitó las críticas a la gestión en Economía de Sergio Massa, busca de alguna manera que el sector privado compense la pérdida del poder adquisitivo del salario más allá de lo que se negocie en la paritaria ante la falta de control oficial de la inflación.