La inflación sembró dudas sobre el plan electoral de Massa

“Esto es una locura”. La frase pertenece a uno de los intendentes más fuertes y con más recorrido histórico del conurbano bonaerense, en el ocaso del viernes, apenas minutos después de conocido el 8,4% de inflación. Desde ese sector, uno de los más castigados por la crisis económica que el Gobierno no logra dominar, miraban con especial alarma el desagregado que marcó el 10% de aumento en alimentos. “No tengo la menor idea de cómo se va a poder instalar a Sergio (Massa) como candidato con estos números”, se sinceró preocupado un funcionario del gobierno en referencia a la posibilidad, en apariencia cada vez más fuerte, de que el titular de Hacienda se convierta en candidato en las próximas elecciones. Massa había fijado como expectativa para esta época que la inflación fuera del orden del 3,8, 3,9% menos de la mitad de la actual.

“Va a ser muy, pero muy difícil apalancarlo”, insistió el segundo de los consultados que manifestó su temor a lo que puede surgir del dato de mayo. Esa cifra, que algunos ya auguran, sin sutilezas, como “horrible” y que “puede rozar los dos dígitos” de acuerdo a previsiones de consultoras privadas, es esperado por otros como una señal de que las cosas pueden empezar a cambiar.

“Estábamos mejor con Martín (Guzmán)”, ironizan unos. “Si baja aunque sea algo, puede empezar a construirse otra historia”, se esperanzó un kirchnerista en medio de un escenario general que sí admitió como “empantanado”. La falta de una reunión entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner dilata los tiempos de definiciones y hace crecer las versiones de que estas recién llegarán sobre el cierre de listas, dentro de 41 días. Eso, creen algunos, puede jugar a favor del oficialismo dando una ventana de tiempo mayor para registrar algún número, señal o porcentaje que revierta la tendencia.

Con un escenario abierto, en el que todas las opciones parecen estar sobre la mesa, Massa apuntó esta semana contra las PASO. “Exponer las diferencias en una primaria es un gravísimo error”, dijo en el encuentro de AmCham. Dos días después completó asegurando que se necesita “orden político” porque ya “no nos entra un quilombo más”.

Mientras que algunos vieron allí su búsqueda de posicionamiento como candidato único, otros creyeron ver en sus palabras la necesidad de imponer un ordenamiento político que colabore en el convulsionado plano económico. “No creo que haya estado autoproclamándose, sino buscando imponer un ordenamiento interno. Más de cara al albertismo que otra cosa”, evaluó un hombre del kirchnerismo duro. “Creo que lo dijo más en función de la dispersión y por la autoproclama que hay de los muchos candidatos del albertismo, porque el kirchnerismo es ordenado en eso, pero del otro lado hay jetones. Son de los que se quieren comer la cena antes del desayuno”, apuntaban. “La realidad es que como venimos, con varios candidatos a la PASO, nos van a llenar la cara de dedos. Sergio asume la responsabilidad política en un escenario que está todo desordenado. Sin orden político no hay económico, está cuidando su rancho y el de todos”, lo defendieron.

Desde allí también disparan al sector de Fernández y apuntan a que hacen “zancadillas. Les raspan la gestión y a eso se refirió cuando dijo lo de los quilombos”, lo interpretó un kirchnerista.

Mientras este sábado Massa se mostraba reunido con su equipo de trabajo en post de medidas contra la inflación, Máximo Kirchner daba su discurso en el cierre del Congreso del PJ bonaerense en La Matanza. Sobre el final se refirió a las PASO y apuntó a la necesidad de: “un buen programa de gobierno que sea por PASO o por síntesis se cumpla a partir del 10 de diciembre de 2023. Es la mejor manera para nuestro espacio salde las discusiones”. En el oficialismo no fueron pocos los que leyeron que “no bancó el reclamo de Sergio” y que lo dejó en un lugar incómodo con el pedido de suma fija y doble aguinaldo.

Lejos de la interna oficialista, Massa sumó guiños a varios sectores esta semana. Sus declaraciones en AmCham y su silencio respecto del fallo de la Corte sobre San Juan y Tucumán no pasaron desapercibido en círculos económicos y judiciales. “Cualquier persona que quiere gobernar un país sabe que tiene que tener diálogo con la justicia. En especial respecto de la viabilidad de varias decisiones que se van a tener que tomar y sobre las que hay que ver si son factibles o te las frena una cautelar. No es algo espurio, es parte de cómo funciona un Estado”, completó una importante fuente del peronismo. Se trata de la contracara de lo que hizo hasta acá la administración de Fernández, que quemó todos los lazos con el máximo tribunal.

Las diferencias entre Fernández y Massa no terminan ahí. El mandatario salió el viernes por la mañana para defender las PASO, a las que Massa venía de criticar durante la semana y, como hizo hace pocas semanas, se volvió a subir a un acto encabezado por el tigrense. Fue por la última soldadura del gasoducto Néstor Kirchner. Uno se conectó al zoom desde la residencia de Olivos, el otro desde Hacienda. Viejos recelos y nuevas facturas se acumulan a uno y otro lado de la avenida Yrigoyen que separa Casa Rosada del Palacio de Hacienda.

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