Un estudio elaborado por el Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET), dependiente de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y del Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), informó hoy que la inflación para los trabajadores registrados alcanzó el 8% en abril, acelerándose en 0,5 puntos porcentuales respecto de los registros del mes previo. Se trata del número más alto desde abril de 2002, cuando superó el 10% tras el salto inflacionario derivado de la salida de la Convertibilidad.
El documento advirtió que la inflación trepó 30,2% en el primer cuatrimestre del año, mientras que la medición interanual alcanzó al 107,9%, mostrando la quinceava aceleración consecutiva.
“La suba de abril estuvo motorizada por Vivienda (12,3%), impulsada por el 23% de aumento en electricidad. En segundo lugar, estuvieron Comunicaciones y Alimentos y bebidas, con 8,7%”, aseguraron en el CCD, actualmente dirigido por el exministro de Educación Nicolás Trotta. Cabe destacar que este último sector, el de mayor relevancia en la canasta, estuvo particularmente liderado por las alzas en bebidas alcohólicas, frutas, carnes y panificados.
El top tep de los aumentos se completa con los siguientes rubros: Equipamiento del hogar y Educación (ambos 8,2%), Salud (7,2%), Recreación y cultura (6,6%), Otros e Indumentaria y calzado (ambos 5,1%) y Transporte (4,2%).
Los analistas señalaron que, en el caso del rubro Equipamiento y mantenimiento del hogar, hay que tener en cuenta que “este sector es particularmente sensible a la cotización del dólar (también del paralelo) y, por lo tanto, sujeto a remarcaciones en momentos de tensión cambiaria, como la ocurrida en la última parte de abril”.
“Esto se debe a la incertidumbre a la cual se producen los costos de reposición. A pesar de este salto en la inflación de este capítulo, parte del aumento se verá reflejado en el índice de mayo, habida cuenta de que las tensiones cambiarias se produjeron en los últimos días de abril”, explicaron los expertos del IET.
Según el coordinador del instituto, Fabián Amico, el resultado del relevamiento de abril sigue los mismos patrones de agravamiento advertido en las mediciones anteriores. “Por un lado, una aceleración del ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial, estimulada por la sequía y los magros resultados del dólar soja III, en un contexto de disminución dramática de reservas. Por el otro, la reducción de subsidios comprometida en el programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que conduce a aumentos del 23% en la electricidad y, por ende, impacta en el rubro Viviendas”, explicó el especialista.
Y añadió: “El acortamiento del lapso de ajuste de todos los contratos estimula una mayor aceleración inflacionaria y deja a la economía virtualmente sin anclas nominales”.
Por su parte, al analizar los resultados de la medición y sus causas, Trotta destacó que “la situación requiere con urgencia ensanchar las bases de consenso para reclamar al FMI que flexibilice las metas del programa acordado con la Argentina y, además, realice un préstamo de emergencia que tiene previsto en sus estatutos para casos como la emergencia climática que tuvimos. Eso permitiría tender un puente hacia una salida de la crisis”.
El empleo, ¿vaso medio lleno?
La segunda parte del informe analiza la dinámica del empleo, tanto desde la cantidad de puestos de trabajo creados como de los ingresos y la pobreza. “El vaso medio lleno es el crecimiento del empleo: por primera vez, se superaron los 6,3 millones de asalariados privados registrados y hay varios sectores que están en récord absoluto de empleo, como petróleo y minería, comercio, software y hoteles y restaurantes”, señalaron.
Cabe destacar que, si bien el crecimiento del empleo también está ratificado por las estadísticas oficiales, para el análisis general del mercado laboral debe considerarse que la cifra de trabajadores no registrados –es decir, aquellos que tienen un empleador, pero que no cumple con las cargas sociales asociadas al trabajo– alcanza al 35,5% de los asalariados.
No obstante, la tendencia al crecimiento del segmento registrado se mantiene. “Según la última información disponible, en febrero se siguieron creando empleos asalariados registrados en el sector privado (más de 13.000). De este modo, se alcanzaron 31 meses consecutivos de creación de empleo formal, y el estancamiento reciente de la economía todavía no ha impactado en el empleo registrado”, aseguraron en el informe.
Aun así, los especialistas advierten que “estos datos deben matizarse si se tiene en cuenta el crecimiento poblacional”. En efecto, “si miramos el empleo asalariado registrado privado per cápita, la Argentina está en niveles de mediados de 2019″, concluyeron.
Por último, el informe muestra la evolución de la pobreza en la población ocupada de la Argentina. “Según la última información disponible –a fines de 2022–, el 30% de los trabajadores fueron pobres, una cifra que es 13 puntos porcentuales más alta que a fines de 2017, previo al inicio de la crisis cambiaria que desencadenaría una marcada pérdida de poder adquisitivo”.
Sin embargo, los analistas del IET también insisten en que, “al interior de la población hay grandes heterogeneidades: la mayor pobreza se da en los desocupados, con un 67%, cifra 22 puntos mayor a la de hace cinco años atrás. En tanto, es en los asalariados registrados en donde los niveles de pobreza son menores: 17%. Esta cifra, sin embargo, se duplicó desde fines de 2017, cuando era del 8%”.