POSADAS.– “Somos un espacio federalista, provincialista, propio, no validado por un 011, y decía José Gervasio de Artigas, ‘Buenos Aires, sólo da amarguras’, no me refiero a la gente sino el concepto de centralismo”, dijo anoche Hugo Passalacqua, el gobernador electo de Misiones. Esa frase, que refuerza el sentido de pertenencia con el partido doméstico, podría cobrar más relevancia si es que el oficialismo misionero resuelve competir con boleta corta en las elecciones nacionales de diputados y senadores, en octubre próximo. Es decir, no llevar a sus candidatos anexados con ningún postulante a la presidencia. La posibilidad está latente, y es por ahora debatida.
Passalacqua le sacó casi 40 puntos a Martín Arjol, el candidato de Juntos por el Cambio, para lograr el triunfo más contundente de la triple jornada electoral de ayer (con Jujuy y La Rioja). Con el 99,25% del escrutinio provisorio, los números indicaban 412.568 votos para el Frente Renovador de la Concordia (46,25%) contra los 170.413 de Juntos por el Cambio (26.54%). Tercero quedó el kirchnerismo, que en Misiones supo ser fuerte en alianza con la Renovación en la década pasada, pero que ayer sacó 30.246 votos o apenas el 4.71%, con el candidato Isaac Lenguaza, que en realidad es más referente del Partido Agrario y Social que del espacio más identificado con Cristina y Máximo Kirchner.
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“Esta construcción política defiende una idea lo más amplia posible de provincia, alejada de los odios, de la grieta que muchas veces, o todas las veces, vienen de otro lado, no las generamos nosotros”, dijo Carlos Rovira, a quien ayer se vio exultante. Con Passalacqua, es el quinto mandato consecutivo que Rovira ubica a un hombre propio al mando de la provincia. Todos le respondieron siempre de manera incondicional, y Passalacqua no sería la excepción. Los anteriores fueron Maurice Closs (2007-2015), Passalacqua (2015-019) y Oscar Herrera Ahuad. El paso de Rovira del primer plano como gobernador a mandamás en las sombras se produjo en 2007, después de haber perdido la elección constituyente un año antes contre el cura Joaquín Piña, una figura clave para impedir su segunda reelección. Desde entonces, el caudillo maneja la provincia como legislador provincial, pero con terminales en los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
Rovira logró refundar a su espacio al que ahora llama Renovación NEO, lo hizo sumando a muchos jóvenes y “outsiders” y jubilando a cuadros que ya no traccionan, a pesar de que anoche se cuidó de dejarlo en evidencia y afirmó que “esta Renovación NEO le abrió las puertas definitivamente a la juventud pero sin echar a los viejos”. La otra nota distintiva de la Renovación NEO es que apunta a resaltar como nunca antes su carácter provincialista y alejarse de los dos extremos de la grieta.
Ahora que tienen los números del triunfo contundente en la mano, en el oficialismo no paran de destacar cómo el desfile de figuras nacionales de Juntos por el Cambio no les sumó absolutamente nada en la cosecha de votos. En las últimas semanas pasaron por Misiones, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal, y los dirigentes misioneros se sacaron fotos pensando que con eso iban a traccionar.
Por todo esto, en las filas oficialistas piensan que casi con seguridad, Rovira volverá a elegir en octubre la estrategia de ir a la elección nacional con una boleta corta en la categoría de diputados y senadores.
Esa modalidad siempre conlleva el peligro de que el elector, poco habituado al corte de boleta, pase por alto al candidato renovador para meter en la urna a los candidatos a diputados y senadores que acompañen a su candidato elegido para la categoría Presidente.
“Eso lo va a definir el conductor (Rovira) en los próximos tiempos”, dijo a LA NACION, Sonia Rojas Decut, quien ya fue confirmada como una de las principales candidatas a Senadora Nacional.
En el oficialismo misionero se distanciaron como nunca antes del presidente Alberto Fernández, a quien no acompañaron cuando vino a pedir el apoyo al pedido de Juicio Político a la Corte Suprema.
Un desaire a un Presidente al que no estaban acostumbrados los gobernadores misioneros anteriores, que durante el kirchnerismo de Néstor y Cristina y también con Macri en la Casa Rosada, en general, siempre acompañaron en leyes e iniciativas a la Casa Rosada.
Pero Rovira reinventó su partido y en esa reconfiguración parece apreciar cada vez más el valor político de distanciarse de quien gobierna en Buenos Aires y reafirmarse como provincialista.
Incluso la fuerza que pretende representar a Javier Milei tuvo una jornada para el olvido en Misiones. Ninfa Alvarenga, quien iba a ser candidata a gobernadora por el Partido de Integración y Militancia, sacó apenas el 0,52 por ciento de los votos en una elección insólita.
Tras idas y vueltas con el tribunal electoral, Alvarenga y quienes la acompañaban en la lista decidieron bajarse de la elección y no participar. Pero el Tribunal Electoral de Misiones igual presentó en el cuarto oscuro sus boletas y sacaron 3.318 votos o el 0.52 %. Siendo una jornada para el olvido en el espacio que pretende representar al Libertario.
Pero más allá de la autonomía en los próximos comicios nacionales, sin dudas Rovira buscará negociar con quien sea gobierno en diciembre de 2023. Y sin dudas habrá acercamientos a referentes con posibilidades.
En Misiones muchos advierten una buena sintonía con Sergio Massa, quien el viernes de la semana pasada se reunió con Herrera Ahuad en Buenos Aires y le prometió que incluiría a las exportaciones de yerba mate en el “dólar agro”.
Herrera Ahuad regresó a Misiones y se animó a anunciarlo en el discurso de inauguración de sesiones legislativas el lunes 1° de mayo, sin dudas porque tenía la certeza de que no se trataba de una promesa en el aire. Al otro día la medida se publicó en el Boletín Oficial con la firma de Juan José Bahillo, el secretario de Agricultura subalterno de Sergio Massa.