Cada vez es más caro endeudarse en la Argentina. Desde marzo pasado, cuando la inflación dio los primeros signos de estar lejos de desacelerarse, el Banco Central (BCRA) se vio obligado a subir las tasas de interés. Una decisión que afecta de forma directa sobre el bolsillo de los argentinos: los créditos personales se encarecen y aumenta el costo de financiamiento de las tarjetas de crédito.
Esto provocó que en abril se registraran los primeros datos del impacto en el consumo. El mes pasado, las operaciones a través de tarjetas de crédito registraron un aumento del 6,7% nominal frente a marzo, cifra que se encontraría por debajo de la inflación. En total se registró un saldo de $2.606.987 millones, según un relevamiento de First Capital Group. En términos interanuales, creció un 85,7% nominal, muy por debajo del Índice de Precios al Consumidor.
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Para Guillermo Barbero, socio de First Capital Group, hay varios factores que continuarán limitando el crecimiento. Entre ellos se encuentran el alza del costo de financiamiento, la menor oferta de cuotas, las limitaciones en los presupuestos de las familias, la disminución del parque de tarjetahabientes y la prudencia ante el riesgo por parte de las entidades financieras. “Los límites de crédito comienzan a actualizarse paulatinamente con el correr del año, aunque no de manera masiva”, agregó.
En mayo, el efecto podría ser incluso mayor. Para frenar la corrida cambiaria, el Banco Central movió las tasas de interés a valores que no se veían desde hacía 20 años. El financiamiento de la tarjeta de crédito pasó a tener una tasa nominal anual (TNA) del 80% para montos menores a $200.000 o US$200, y de 107% en caso de superar esos montos. El costo financiero total (CFT), el valor que tienen que pagar realmente los consumidores, trepó a 153% y 242%, respectivamente.
Lo mismo sucedió con la línea de préstamos personales. En abril, registró un incremento nominal del 5,7% mensual, lo que sería un retroceso en términos reales. El saldo subió a $1.327.076 millones para el total acumulado, presentando un crecimiento interanual del 67,5%, contra los $792.079 millones al cierre del mismo mes del año anterior.
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“La suba de tasas activas que se viene manifestando en los últimos meses ha hecho subir los valores de los intereses incluidos en las cuotas, lo que ha disminuido el capital que se cancela con cada una de ellas”, agregó Barbero. En otras palabras, a cuotas iguales, si el interés es mayor, el capital prestado deberá ser inferior.
Según el relevamiento de First Capital Group, los préstamos personales son una herramienta muy utilizada para hacer frente a gastos imprevistos, pagar deudas o invertir en proyectos personales. Cuando la cantidad de créditos tiende a crecer, suele reflejar “que muchas personas tienen dificultades para llegar a fin de mes debido a la inflación”, inestabilidad laboral y bajos salarios.
“Este escenario de subas de tasas puede tener un impacto importante en los usuarios de préstamos personales, que pueden encontrarse con que el monto que han tomado prestado no es suficiente para cubrir sus necesidades o que el costo de las cuotas se ha vuelto demasiado alto en relación con su capacidad de pago. Por eso, es fundamental que los solicitantes de préstamos personales evalúen cuidadosamente su capacidad de pago y los costos de la línea de crédito antes de tomar una decisión”, advirtió.