El mapa político tras la elección de constituyentes de Chile: el control de la derecha y el jaque del gobierno de Boric

SANTIAGO, Chile.- Más de 12 millones de chilenos participaron ayer en una nueva jornada de votación, donde la ciudadanía eligió a los nombres que formarán parte del Consejo Constitucional del nuevo proceso constituyente; iniciado tras el fracaso de la ex Convención Constitucional.

La jornada estuvo marcada por un único y apabullante triunfo en la derecha de Republicanos, la tienda del ex candidato presidencial José Antonio Kast, que se impuso con un 35,42% de las preferencias (3.451.066 votos), en 15 de las 16 regiones (excepto Aysén), y consiguió 22 consejeros.

Y el gran derrotado fue el gobierno de Gabriel Boric, embarcado en la tramitación de las grandes reformas impulsadas en materia previsional y tributaria, a las que se suman cambios al sistema de salud y la agenda de seguridad, se mantienen en vilo

Distintos analistas políticos reflexionaron sobre los movimientos políticos y el nuevo escenario que abre la votación de este 7M, además de la configuración de fuerzas en el Consejo Constitucional y cómo se pone en una posición incómoda a Boric el triunfo de la oposición, tanto para el ambiente político en general como para los desafíos más urgentes en materia legislativa, incluyendo las reformas.

Triunfo y rol de Partido Republicano: ¿el líder de la derecha?

La decepción en el oficialismo no se escondió. Al menos no en el sector más malogrado en la votación, la ex Concertación reunida en la lista Todo Por Chile, quienes expresaron su “preocupación” ante el arrollador triunfo que tuvo el Partido Republicano esta jornada.

Desde una postura más reflexiva, pero haciendo un mea culpa importante, Boric envió un mensaje a la tienda y le hizo un encargo: “no cometer el mismo error que cometimos nosotros”, pidió el mandatario, apuntando al “fracaso” del proceso anterior, por no saber “escucharnos entre quienes pensábamos distinto”.

Hoy el pueblo de Chile expresó una vez más sus posiciones de manera democrática eligiendo consejeras y consejeros constituyentes, a quienes invito a actuar con sabiduría y templanza para redactar un texto que interprete a la gran mayoría del país. pic.twitter.com/O7RbIkyNKk

— Gabriel Boric Font (@GabrielBoric) May 8, 2023

Para Kenneth Bunker, director de TresQuintos, Republicanos dio una “paliza de proporciones históricas, y cambia la hegemonía en la derecha de la noche a la mañana. Esto deja a José Antonio Kast como el líder de la derecha y muy bien aspectado para lo que pueda pasar en el Consejo Constitucional”.

Por su parte, Octavio Avendaño, analista político de la Universidad de Chile, remarca que con esta consolidación de Republicanos, “se logra ver un avance significativo de su proyecto”, ese que comenzó a dibujarse poco antes de las parlamentarias y presidenciales de 2021, sin olvidar que ya desde 2017 José Antonio Kast buscaba alcanzar este liderazgo conservador. Ahora, este crecimiento, se trasladará hasta el Consejo Constitucional, “y tal como están las cosas, la derecha hoy se puede dar el lujo de escribir una nueva Constitución”.

“Una derrota más” que complica la agenda del gobierno

“Es una derrota más” y ”el gobierno de Boric terminó”, son algunas de las reflexiones que, para algunos, resumen lo que ocurrió la jornada de ayer. Y es que el escaso respaldo a Unidos por Chile debe ser leído en una clave que va mucho más allá de lo que se disputaba en las urnas. Es inevitable que el segundo lugar que obtuvieron –detrás de la “avalancha”de Republicanos– viene a complicar la agenda y la atmósfera interna del oficialismo.

Avendaño sostiene que “para el gobierno esta es una de las grandes derrotas, una más si tomamos en cuenta que la votación que consiguió el pacto Unidad para Chile (28,59%) creció muy poco. La izquierda ni siquiera es el tercio de la representación en nuestro país, es el cuarto”.

“Será muy difícil para el gobierno hacer avanzar la agenda comprometida; pero incluso ya la tenía difícil por no haber tenido una agenda clara previamente. Podríamos decir que el Gobierno de Boric terminó; si bien había terminado el 4 de septiembre de 2022, ahora es definitivo. No hay ninguna posibilidad de avance, y el devenir de la izquierda está bastante comprometido para los próximos años”, dijo Avendaño.

A juicio de Max Colodro, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), “para el gobierno es una noche muy dolorosa, se le escapó de las manos el proceso constituyente. Hoy día esa agenda está muerta y enterrada, el Gobierno no tiene ni siquiera la posibilidad de incidir en lo que será una nueva Constitución, y eso se expresará en la agenda del Gobierno”.

Bunker, en tanto, mencionó que el resultado de esta elección “es una derrota aplastante para el oficialismo por todos lados”.

José Francisco Lagos, director ejecutivo del Instituto Res Publica, sostuvo: “El resultado de esta elección afecta profundamente al gobierno, en el sentido de que toda elección de medio término es una evaluación al gobierno, independientemente de que no se trate de eso la votación, pero hay algo de eso en los votos que existen. Entonces, la fuerza con la que el gGobierno pueda proponer sus reformas se ve fuertemente disminuida”.

En un tono algo más optimista, el ex ministro José Antonio Viera Gallo comentó que “aquí se pone a prueba la capacidad política del presidente, que la ha tenido. Aquí él tiene que reflexionar con sus equipos cómo continuar gobernando el país. Quiero creer que la sociedad chilena no está tan radicalizada como aparece en los resultados electorales”.

Los “riesgos” de la configuración del Consejo

El escenario para el oficialismo al interior del Consejo Constitucional es uno de los más incómodos, no sólo por la inferioridad numérica de 17 escaños –respecto a la oposición–, sino porque será una necesidad casi vital llegar a acuerdos y dialogar por las normas.

Para Máximo Quitral, analista político de la UTEM, será complejo que “se lleguen a acuerdos” al interior del Consejo, pero “si el tipo de texto que se redacta no está muy conectado con la realidad país, con temas muy concretos, mirando los votos nulos y blancos, que la nueva propuesta sea rechazada no es una idea que se pueda descartar”.

Colodro también pone énfasis en que “en el riesgo de no ser capaces de construir acuerdos con la izquierda, más allá de que el texto se apruebe dentro del Consejo, el tema es que hay riesgo de que texto no se apruebe con mayoría en el Plebiscito de salida. Es decir, si no hay ninguna posibilidad de construir acuerdos entre el Partido Republicano y el mundo de la izquierda, podemos llegar a un Rechazo”.

“Nos convertiríamos en el primer país del planeta que ha rechazado dos procesos constituyentes en las urnas y sería una muestra de la excepcionalidad chilena en el peor de los sentidos”, planteó.

Por su parte, Viera Gallo planteó que “Republicanos tiene los votos suficientes para impedir que se apruebe el Consejo de Expertos. Ahora, tenemos que esperar cuál va a ser su reacción (…) No sabemos, pero a primera vista hay una gran preocupación respecto de cómo se van a desarrollar los debates en el Consejo Constitucional”.

Participación y rol del voto nulo

La jornada de ayer se convirtió en la segunda con mayor participación de la historia, luego que 12.415.729 chilenos y chilenas concurrieran a participar del proceso que tuvo, nuevamente, voto obligatorio. Así, comparado con el Plebiscito del 2 de septiembre de 2022, un total de 613.010 personas menos concurrieron esta vez a las urnas.

No obstante, el proceso de hoy marcó un fuerte incremento en cuanto a los votos nulos y blancos. De hecho, 2.108.028 personas (16,98%) hicieron una marca en la papeleta que fue considerada inválida, muy superior a los 200.881 del Plebiscito. Y los que no marcaron nada llegaron a 565.497 (4,55%), contra los 77.340 del último proceso eleccionario.

Es cierto que ya habían varias proyecciones sobre el voto nulo y la suerte de “rol protagónico” que podría tener en medio de un proceso con bajo interés ciudadano, pero también donde se apuntó a la posible desinformación con la que la ciudadanía concurrió a votar.

A juicio de Avendaño, este escenario, sumado a la abstención registrada, da cuenta que “hay un problema bastante significativo porque ni la opción favorable a un cambio constitucional, ni la opción de mantener la actual Constitución están convocando. El tema constitucional no convoca a ese 16% del electorado, que no es que represente a alguna fuerza política en particular, sino que se trata de un sector transversal”.

En la misma línea, Juan Pablo Fuenzalida, académico de Derecho Constitucional de la Universidad de Chile, planteó que en esta votación se registraron tres tipo de votos nulos: “el de personas que son de extrema izquierda, que no les gustaba este proceso constitucional y que les gustaba la Constitución que se plebiscitó. El voto nulo de los que son de extrema derecha que pensaban que ni siquiera debió haber existido este proceso. Y otro voto nulo en el que, por ejemplo, las personas votaban por cinco candidatos. Entonces, ese no es un voto nulo por ideología, sino que ese es un voto nulo por desinformación”, remarcó.

La composición del Consejo “en manos de la derecha”

Con los 22 escaños del partido Republicanos, y los 11 conseguidos por el pacto “Chile Seguro” de Chile Vamos, es un hecho que la composición del Consejo Constitucional queda en manos de la derecha, al conseguir más de los “apetecidos” 3/5 necesarios que permite incorporar normas al textos, y que, finalmente, logra tener mayor incidencia en su redacción.

“En ese sentido, la derecha perfectamente puede lograr converger en una serie de puntos bastantes sustantivos respecto a temas constitucionales y, quizás, asegurar una nueva versión de la Constitución del ‘80. Por el contraste, Unidos por Chile, no va a tener mayor incidencia, y paradojalmente, pese a las críticas que se habían realizado, la mayoría de vetos emanarán desde la Comisión de Expertos y desde la Comisión de Armonización”, reflexionó Avendaño.

Por su parte, Gonzalo Valdés, subdirector IPP-UNAB también plantea que hay que poner atención en qué tan cohesionados estén los miembros internos de cada partido para ver cómo tomar posiciones de forma estratégica. “Por ejemplo, en el Partido Republicano, la gran mayoría de los consejeros no son conocidos en política nacional, entonces no sabemos si quizás en un par de semanas vamos a ver fisuras internas dentro del Partido Republicano, o si al revés, vamos a ver posturas más estratégicas bien definidas”, comentó.

“Hasta ahora, con la información que tenemos, el Partido Republicano puede llegar a tener poder de veto en el nuevo Consejo, la pregunta es si el partido va a ser suficientemente estratégico para que la Constitución que ellos lideren esté pensada para ser aprobada en el Plebiscito de salida, que es justamente lo que no hicieron los constituyentes de izquierda en el proceso anterior; en el que suponían que iban a ganar de todas maneras, y por eso mismo, perdieron”, cerró.

Por Daniela Toro, Ignacia Munita y M. Cristina Romero

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