Gestiones urgentes para forzar una reunión entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner para ordenar el Congreso Nacional del PJ

Aún cuando falte la convocatoria formal, Gildo Insfrán ya prepara para el 16 del mes en curso el llamado al microestadio de Ferro a los 949 dirigentes peronistas que integran el Congreso Nacional del Partido Justicialista (PJ), que el gobernador de Formosa preside desde 2021. La cita formal, anunciada por el presidente Alberto Fernández luego de la breve reunión del Consejo partidario y horas después de desistir de su reelección, actúa como espada de Damocles para los distintos sectores del Frente de Todos, que esperan por igual una reunión cumbre entre Cristina Kirchner y el propio Fernández que sirva para ordenar “si hay PASO o no”, y poder aprobar entonces sin problemas la inscripción de la coalición en las elecciones y el sistema de reparto de bancas en caso de haber internas entre distintas listas.

“No hay nada definido, hay muchos cables cruzados. Si ese Congreso es un quilombo, vamos a tener que hacer otro y el tiempo corre”, definió uno de los dirigentes peronistas que participarán de la convocatoria. El vicejefe de gabinete, Juan Manuel Olmos, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, el jefe de gabinete Agustín Rossi y el canciller Santiago Cafiero no son ajenos a la búsqueda silenciosa de esa reunión “cumbre” entre el Presidente y su vice para encaminar el congreso del PJ, integrado por los gobernadores peronistas, un porcentaje mayoritario de bonaerenses, y dirigentes con peso propio en la estructura nacional del peronismo. “Tenemos que ir rápido a una foto conjunta y dejarnos de joder”, agregó un dirigente que supo de los contactos para lograr una reconciliación, al menos formal, entre Alberto y Cristina.

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Ni Sergio Massa, líder del Frente Renovador, ni Cristina Kirchner, ni Daniel Scioli forman parte del Congreso, que preside Insfrán y cuya vice es Marisa Fassi, intendenta de Cañuelas. Pero sus nombres sobrevolarán lo que se converse allí. De no haber un acuerdo previo, estiman desde las distintas tribus kirchneristas, habrá durísimos debates sobre la conveniencia de llegar a la elección con distintas listas, como pretenden el Presidente y candidatos como Scioli, y quienes sostienen que debe ser Cristina -o un consenso que cuente con su aval- quien defina un candidato único que evite el choque en tiempos de caos financiero, inflación en alza, falta de reservas y dólar imparable.

Desde el cristinismo, que estará representado en Ferro por De Pedro y Axel Kicillof, entre otros, la opción del candidato único no es discutible. Siguiendo a su jefa, la mayoría de los leales a la vicepresidenta ve hoy a Massa como el candidato mejor posicionado, aunque no descartan a De Pedro o incluso a Kicillof, que resiste su eventual “pase” a la escena nacional.

En el entorno del Presidente, que deja jugar a Agustín Rossi, las opiniones están divididas entre Scioli y Massa, al que algunos albertistas históricos ya han comenzado a acercarse. “Estamos esperando esa reunión”, contestaron, lacónicos, desde una gobernación peronista, sabedores de las dificultades que hoy encuentra la concreción de ese encuentro. Rossi, Cafiero, Julio Vitobello y Olmos, apoderado partidario, son congresales, al igual que Fernando “Chino” Navarro y otros funcionarios cercanos al Presidente.

“Si la cosa no está arreglada desde antes, no va a pasar nada. Va a ser un fracaso”, afirmaron asistentes a los congresos del PJ. En el último, el 18 de diciembre de 2018 y vía zoom, participó el Presidente y solo se acordó la intervención al distrito Corrientes, con Juan Zabaleta como nuevo interventor. Algunos recuerdan en esa reunión una larga perorata crítica del gobernador puntano, Alberto Rodríguez Saá, sin consecuencias ni derivaciones de peso. “Más que reuniones, nos faltan ideas”, se resignó otro de los congresales.

En el PJ recuerdan de modo positivo y con algo de nostalgia el congreso de 2003, que fijo reglas de juego y permitió la habilitación de tres fórmulas peronistas, encabezadas entonces por Carlos Menem, Adolfo Rodríguez Saá y Néstor Kirchner. Más lejos en el tiempo, y sin debate de ningún tipo, el congreso nacional de agosto de 1973 aprobó por aclamación la fórmula Juan PerónMaría Estela Martínez como fórmula presidencial. Cinco décadas después, nadie cree que de ese congreso pueda surgir la fórmula para las PASO del 13 de agosto y las presidenciales de octubre. Todos apuestan a un pacto de convivencia entre los protagonistas centrales que por ahora no se ve en el horizonte.

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