Las miradas de muchos dirigentes larretistas se posarán en sus televisores el próximo jueves. Ese día, la plataforma Star+ pondrá en el aire Planners, una comedia dramática protagonizada por los actores Celeste Cid y Gonzalo Valenzuela, y que cuenta con la producción de Bárbara Diez, la exesposa del jefe de gobierno porteño y precandidato presidencial Horacio Rodríguez Larreta. Las suspicacias, a esta altura de la campaña electoral, están a la orden del día, y desde distintos espacios no disimulan su expectativa por el eventual impacto de la serie en la opinión pública, a menos de cuatro meses de las primarias.
La serie, según distintos medios que reprodujeron algunas imágenes del trailer, cuenta la historia de una mujer recientemente divorciada que deja su trabajo en la reconocida agencia de organización de eventos, cuyo dueño es su exmarido, para iniciar un proyecto autónomo, que en principio es boicoteado por su expareja. Si bien prefieren no hacer comentarios de tono personal, desde el edificio de la calle Uspallata perciben evidentes semejanzas entre la ficción y la vida real, que más allá del silencio del jefe de gobierno tuvo críticas abiertas de su exesposa, sobre todo cuando Rodríguez Larreta formalizó su vínculo con su actual pareja, Milagros Maylin.
Alerta en el quinto piso, nueva temporada
“Fui a las grabaciones, me involucré con los guiones. Y no solamente en entregar las historias o en contarlas, creé una relación bellísima con Celeste Cid, hemos pasado horas juntas, buscando el tono, la voz, la forma de decir. Leyendo textos. Y mirá que no es mi vida, no es mi biografía, es la vida de una organizadora de eventos con su oficina, una agencia de planners. El resto es todo ficción”, había aclarado Diez a LA NACION, en octubre pasado.
Un dato adicional, de todos modos, alimentó renovadas suspicacias. Según quienes conocen los entretelones de la serie, el arte del vestuario de la serie estuvo en manos de la diseñadora Cynthia Martos, responsable de decenas de looks de la primera dama Fabiola Yañez y de la vestimenta que lucieron la vicepresidenta Cristina Kirchner, la senadora Claudia Ledesma Abdala y la diputada Cecilia Moreau, en la apertura del año legislativo, todas pertenecientes al conglomerado frentetodista. ¿Casualidad?
Aplausos de Moyano para Britos, que negó el número de desaparecidos
Ocurrió en el Salón Azul, una suerte de patio delantero del coto de caza reservado en el que Cristina Kirchner ha convertido al Senado. Un exsenador, el puntano Oraldo Britos, no sólo se atrevió a negar de manera a pública la cifra oficial de 30.000 desaparecidos por la última dictadura militar, sino que se llevó el aplauso de Hugo Moyano y de la primera línea de dirigentes de los tres gremios con afiliados en el Poder Legislativo.
La ocasión fue el “Homenaje a la dirigencia sindical a 40 años del retorno a la democracia”, acto organizado por la senadora Clara Vega, la riojana que entró por las listas de Juntos por el Cambio y que desde hace dos años juega decididamente a favor del oficialismo. Fue la legisladora quien incluyó en la lista de agasajados a Britos, exdirigente sindical ferroviario además de exlegislador.
El puntano, cercano a los 90 años, hizo una encendida defensa del papel del gremialismo no sólo en la puja por salarios y condiciones de trabajo, sino también en la lucha contra el gobierno instaurado por el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
“El movimiento obrero ha estado siempre en defensa de los intereses de la patria y denunció el encarcelamiento, la desaparición, y ahora nos hablan de 30.000 desparecidos. De acuerdo a mí pequeña investigación, no soy ningún profesional, tengo registrado 8970 nombres. ¿Y el resto?”, desafió Britos a los presentes, en su mayoría empleados del Congreso. “Y fíjense que de esos desaparecidos el 70 por ciento eran trabajadores y la mayoría eran jóvenes delegados de los pequeños sindicatos”, completó.
En la primera fila del auditorio aplaudían los secretarios generales de la sección Congreso de UPCN, Martín Roig, y de ATE, Claudio Britos, quien además es sobrino de Oraldo Britos; y el líder de la Asociación del Personal Legislativo, Norberto Di Próspero. Para ellos también hubo un reconocimiento, pero no faltó el memorioso que, cuando le velada terminaba, se acordó que en ese mismo salón, hace no mucho tiempo, Cristina Kirchner agasajó a las Abuelas de Plaza de Mayo.
Por Gustavo Ybarra
El presidente de Rumania, con problemas por su altura en la Rosada
La visita fue, tal vez y de modo involuntario, algo inoportuna. En una semana con el Gobierno en emergencia por la feroz escalada del dólar blue, el presidente Alberto Fernández recibió en la Casa Rosada a su par de Rumania, Klaus Iohannis, quien con su visita -parte de una gira que incluyó también Brasil y Chile- rompió con tres décadas sin presencia de presidentes rumanos en el país.
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Más allá del momento elegido, todo fue amabilidad y gestos de acercamiento entre Fernández y Iohannis, aunque la altura del presidente rumano, que supera el metro noventa de estatura, le jugó según testigos una mala pasada a la organización de su visita y traslados. Lo primero fue cambiar el auto oficial destinado por Presidencia, que quedó chico ante las dimensiones corporales del hombre que maneja Rumania desde hace casi una década.
Ya en Balcarce 50, la delegación que acompañaba al presidente rumano pidió especialmente tener cuidado con la altura del micrófono desde el cual se dirigiría a la prensa, luego del encuentro bilateral con Fernández. “Estuvieron muy puntillosos con eso”, reconocieron cerca del Presidente. De todos modos, una vez pasado el compromiso más demandante, Iohannis pudo disfrutar de una velada en el teatro Colón: asistió a una función del ballet El Lago de los Cisnes, acompañado por su comitiva y el director del teatro, Jorge Telerman.
Yanco y Ferraro, “intermediarios” para la paz entre Carrió y Bullrich
Transcurría la conmemoración, este miércoles, del 75° aniversario de la creación del Estado de Israel, y centenares de invitados -políticos, diplomáticos, empresarios, dirigentes comunitarios- colmaban uno de los amplios salones del hotel Intercontinental. De repente, quedaron frente a frente Guillermo Yanco, directivo del Museo del Holocausto y pareja de Patricia Bullrich, y Maximiliano Ferraro, diputado nacional y referente del partido CC-ARI, de Elisa Carrió. “Decime Maxi, ¿vos me querés a mí? Porque yo te quiero”, le dijo, enfático, Yanco a un Ferraro que recibió la declaración de cariño con una sonrisa.
“Claro, yo también te quiero”, le contestó, diplomático, el diputado nacional y titular del partido de Carrió, que sostiene con Bullrich una antigua lejanía, que data de aquella campaña compartida de 2007, cuando la exministra de Seguridad acompañó a Lilita en su segunda intentona -fallida- por llegar a la Casa Rosada. “Ya está, son amigos, ahora falta que se amiguen Lilita y Pato”, bromeó una testigo presencial de aquel cruce de dos viejos conocidos, con ganas de acercar a sus respectivos referentes.
China y Estados Unidos, sin grieta en la noche de las embajadas
Ocurrió la noche del viernes y pasó algo desapercibida en medio de la vorágine del dólar, las internas del oficialismo y el regreso a las primeras planas de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Enfrascados en una guerra comercial y política por el liderazgo mundial, Estados Unidos y China participaron, por separado, de la segunda edición de la Noche de las Embajadas organizada por la cancillería que encabeza Santiago Cafiero. Ambas embajadas abrieron esa tarde y noche las puertas de sus sedes al público, al igual que las de España, Emiratos Árabes, Bolivia, Uruguay y otras sedes diplomáticas, además del Palacio San Martín y la Casa Patria Grande Presidente Néstor Kirchner.
La jefa de gabinete de la Cancillería y organizadora del evento, Luciana Tito, compartió un rato en la sede de Icana con el embajador estadounidense, Marc Stanley, mientras el embajador de China, Zou Xiaoli, fue el anfitrión principal en la sede diplomática del gigante asiático y explicó detalles a curiosos y participantes del evento, que en sus distintas sedes ofreció exposiciones de arte, libros, bailes típicos a los que algunos se animaron, música y poesía.
“No hubo grieta, y todos unidos triunfaremos”, celebraron desde la Cancillería, con lógica peronista y aliviados por ese módico paréntesis en la disputa de ambas potencias por la supremacía en la región.