El clima de confrontación interna que provoca en Juntos por el Cambio la tensa disputa entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich por la candidatura presidencial ya se siente en la vasta geografía de la provincia de Buenos Aires. Sin una estrategia unificada en el distrito más influyente del país, se desató una disputa territorial entre el jefe porteño y la exministra de Seguridad para garantizarse una estructura sólida y confiable en los municipios más poblados del conurbano y del interior. Esa lucha de poder y la falta de articulación mantiene en vilo a los intendentes de Pro y la UCR, que temen perder el control de sus distritos como consecuencia de los efectos colaterales de la compulsa nacional entre Larreta y Bullrich.
Ahora: Massa presidente, de hecho
Lanzada en la carrera presidencial, Bullrich refuerza su despliegue territorial en Buenos Aires, que concentra más del 40% del electorado. A sabiendas de que requiere fortalecer su esquema en el conurbano bonaerense, donde Larreta le saca ventaja en los sondeos, la exfuncionaria de Mauricio Macri puso en marcha un plan para posicionarse en los distritos más poblados. No solo sostiene a tres precandidatos a gobernador –Néstor Grindetti, Joaquín de la Torre y Javier Iguacel-, y mantiene los puentes con Cristian Ritondo, otro referente de Pro que aspira a competir por la sucesión de Axel Kicillof, sino que le encargó a Sebastián García de Luca, su estratega en Buenos Aires, que arme una estructura propia para pelear en los municipios gobernados por intendentes que ya manifestaron su preferencia por el proyecto presidencial de Larreta.
En una pulseada atravesada por recelos, la titular de Pro en uso de licencia no confía en que aquellos jefes municipales que se aliaron con el eje Larreta-Diego Santilli, el postulante a gobernador del alcalde, le cuidarán sus boletas el día de las PASO o empujarán su candidatura en esos distritos durante la campaña. Por lo tanto, De luca y los armadores de Bullrich en Buenos Aires tejen para garantizarle a la exministra tropa propia en territorios conducidos por larretistas.
En la mesa chica de Bullrich se resisten a aceptar el esquema de “V” por el que presionan la mayoría de los intendentes de Pro. Eso implica una competencia en el tramo presidencial y en la categoría de gobernador, pero con una candidatura unificada en el casillero de intendente. Macri los respalda, pero Bullrich repite que evaluará “caso por caso”. En otras palabras: avisa que los referentes territoriales que le juraron lealtad a Larreta deberán someterse a una contienda interna en las primarias.
Por eso, Bullrich acelera la construcción de escuderías propias en los distritos gobernados por Julio Garro (La Plata), Gustavo Posse (San Isidro), Héctor Gay (Bahía Blanca), Ezequiel Galli (Olavarría); Javier Martínez (Pergamino); y Pablo Petrecca (Junín), entre otros. En el comando de campaña de la exministra celebraron como un triunfo político que Larreta haya salido a pedir unidad en los municipios donde gestiona Juntos. Para el ala dura de Pro, el giro del alcalde, que se resistía hasta hace poco tiempo a aceptar que sus aliados bonaerenses también se cuelguen de la boleta de Bullrich, representa una señal de debilidad. Están convencidos de que Larreta revió su postura porque sintió la presión de los jefes municipales de los distritos donde Bullrich está más competitiva que él en las encuestas. El caso más emblemático que mencionan es el de Bahía Blanca. Allí, Gay, socio de Larreta, impulsa la candidatura de Nidia Moirano en la contienda por su sucesión, y Bullrich cerró un acuerdo con el diputado provincial Lorenzo Natali. En un sector de Pro consideran que hay chances de que Gay pierda en Bahía Blanca porque Bullrich lidera las encuestas en ese distrito. Por eso, especulan, fue relevante que Larreta pidiera unidad en ese terruño. “¿Horacio abrió la competencia en la Ciudad, donde gobierna JxC, y la quiere cerrar en la provincia?”, lanzan desde las filas de la exministra, quien ya le asestó un golpe a Larreta cuando incorporó a Manuel Passaglia (San Nicolás) a su esquema bonaerense.
En simultáneo, el senador provincial Juan Pablo Allan redobla los esfuerzos para consolidar un esquema propio e instalarse en La Plata, un distrito estratégico en el mapa electoral de Buenos Aires. Con el respaldo de Bullrich, Allan ya sumó al exfiscal Marcelo Romero y aspira a dar el batacazo. Garro es uno de los impulsores del reclamo del sistema de “V”, con candidatos únicos en los municipios gobernados por Juntos. De hecho, intenta hacer equilibrio en la interna nacional más allá de su sintonía con Larreta, a quien apoya como postulante a presidente. Por caso, días atrás, recibió a Ritondo, rival de Santilli, para una recorrida.
En San Isidro, fortaleza electoral de la UCR y territorio dominado por Posse, aliado de Larreta, Bullrich empuja la postulación de Ramón Lanús, uno de sus leales. Y en Tigre sostiene la ambición de Nicolás Massot, competidor de Segundo Cernadas, uno de los territoriales que cerró con Larreta y Santilli, de pelear por la sucesión de Julio Zamora. En las próximas semanas podrían acelerar la construcción en Tres de Febrero, baluarte de Diego Valenzuela, otro de los socios del larretismo en Buenos Aires. En los lugares donde los intendentes de JxC se comprometan a mantener la neutralidad, solo apostarán a una buena fiscalización.
La interna con Larreta también se trasladó a otros bastiones de JxC en el interior bonaerense, como Junín, donde la exministra apalanca a Luis Chami y Ricardo de la Fuente; o Pergamino, donde Bullrich sumó a Eugenia Villata, Jorge Josifovich, Mariana García, Pablo Biglieri y Marcelo Pacifico, entre otros. En Tandil, en tanto, ya reclutó al radical Marcos Nicolini.
En los casos de Vicente López o 9 de Julio, terruños controlados por Jorge Macri, aguardarán a que el ministro de Gobierno desvele sus cartas en Buenos Aires. En la ciudad el primo del expresidente ya tiene el aval de Bullrich como postulante a jefe de gobierno.
Con el objetivo de desbancar al kirchnerismo del gobierno de Buenos Aires, Santilli intenta consolidarse como el postulante más competitivo de Juntos. Si bien se mantiene al frente de los sondeos, los efectos de una interna descarnada entre Larreta y Bullrich y el crecimiento de Javier Milei ponen en riesgo sus chances de ganar en Buenos Aires. Por eso, insiste en que Juntos debe unificar la candidatura a gobernador y evitar una interna descarnada entre Bullrich y Larreta. Advierte a los altos mandos de JxC que el control de la provincia será clave para darle gobernabilidad al sucesor de Fernández. En la UCR coinciden en ese diagnóstico. Los detractores de Santilli, en cambio, asocian su reclamo al temor de que lo arrastre una eventual caída de Larreta y una consolidación del proyecto de Bullrich.
En sintonía con la apuesta de Larreta de salir de la pelea endogámica de Pro, una maniobra destinada a atraer a radicales y progresistas, Santilli preserva el vínculo con sus socios en Buenos Aires. El sábado pasado asistió junto a Maximiliano Abad al congreso provincial de la CC, que encabezó Maricel Etchecoin. Allí, llamarán a cuidar la cohesión interna para enfrentar al kirchnerismo.
En ese contexto, Santilli apuesta a “cuidar” los distritos gobernados por Pro o la UCR y apuntalar las candidaturas de los “territoriales” en municipios clave de la primera y tercera sección electoral, como Quilmes, Ituzaingó, Mercedes, Luján, San Martín o Hurlingham. En los lugares donde conducen socios de Bullrich, como Lanús (Grindetti y Diego Kravetz) o San Nicolás (Passaglia) trabajarán para reforzar la fiscalización. En el larretismo deslizan que Bullrich arma en los distritos de JxC para garantizarle espacio en las listas de diputados y senadores provinciales a sus leales.
Después de que el jefe porteño haya dicho que trabajará para preservar la unidad en los lugares donde gestiona la oposición al kirchnerismo, una postura que venía sosteniendo Macri, los larretistas consideran que la presión para ordenar la oferta de Pro en Buenos Aires se trasladó a Bullrich.