Luego del cimbronazo del viernes, cuando el presidente Alberto Fernández comunicó su decisión de no ir por su reelección, el Frente de Todos vive un proceso de agitado reacomodamiento. Todas las fichas están puestas en el 16 de mayo, cuando el Congreso del PJ defina la forma en la que el conglomerado oficialista se presentará a las PASO de agosto.
Este domingo, y al igual que los oradores del sábado en el acto de Ensenada, desde el albertismo insistieron en que la “mejor vía” para asegurar la competitividad del espacio es presentando más de un candidato en esas internas, con Agustín Rossi y Daniel Scioli como postulantes cercanos. Incluso desafiando al cristinismo a ir con listas separadas para enfrentar a los leales a Cristina Kirchner.
El último intento para evitar el “desastre total”
Mientras cerca del ministro de Economía, Sergio Massa, prefieren el silencio, desde el cristinismo puro, en la voz de Máximo Kirchner, dejaron en claro que la idea del “candidato de consenso” (sea Cristina Kirchner si rectifica su propia decisión, Eduardo de Pedro o el propio Massa), es el objetivo a cumplir antes del cierre de listas, el 24 de junio. Un consenso que, para ellos, destierre la “lapicera” del Presidente en la selección de un candidato con chances de una buena performance electoral.
La portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, respaldó este domingo en diálogo con Futuröck la “herramienta” de las PASO para que los dirigentes que quieran “se puedan presentar en las diferentes instancias” para hacer “una revitalización del espacio”. También aclaró que la vicepresidenta Cristina Kirchner es una “líder perseguida”, aunque recordó que la exmandataria dijo que “no se iba a presentar”.
En el mismo sentido, el secretario de Relaciones con la Sociedad Civil y Desarrollo Comunitario, Fernando “Chino” Navarro, asoció la candidatura de un único postulante con “una derrota segura” en los comicios. “El candidato único es la preocupación de algunos dirigentes para hacer un trámite rápido, resolver el problema de diez o doce e ir a una derrota segura”. En tren de defender la idea de unas primarias disputadas, Navarro agregó: “Hay que estar en el lugar de Cristina, le tengo un profundo respeto. Me gustaría que ella, Massa o Rossi sean candidatos. Lo que no me gustan son los candidatos únicos, por la crisis que vive Argentina”. También dijo tener “muy buena relación” con Scioli y que, llegado el caso, “lo apoyaría, pero no sé quiénes serán los candidatos del Frente de Todos y tampoco las propuestas”.
Desde el sindicalismo, la moción del Presidente recibió el respaldo de Gerardo Martínez, el líder de la Uocra, quien luego de “aplaudir” la decisión presidencial de no presentarse afirmó que “el peronismo tiene que ir a unas PASO” el 13 de agosto. “No se vislumbra un liderazgo que tenga capacidad para solucionar todo. Por eso vemos las PASO como la mejor herramienta”, aseguró el sindicalista, y agregó que “se tiene que terminar con la dedocracia”, en diálogo con AM 750.
De todos modos, Martínez también elogió a Massa, quien durante el domingo se dedicó al “acuerdo con el FMI y la CAF”, vitales para traer señales a un mercado (y un Gobierno) con los nervios crispados ante el aumento del dólar y la inflación. De paso, Massa declinó algunos pedidos de la tropa del Frente Renovador para analizar, cuando menos por Zoom, los pasos a seguir. “Sergio es un hombre de consenso. Pero aquí no hay posturas ideológicas opuestas, sino decidir quién o quiénes nos dan garantías de triunfo”, expresó un leal al tigrense.
Mientras mira de reojo los movimientos de Massa, y desde su destino diplomático en Brasilia, Scioli tampoco se queda quieto. Distintos dirigentes del kirchnerismo recibieron invitaciones para reunirse con operadores del sciolismo este lunes y desde su entorno confirmaron a LA NACION que el aún embajador en Brasil recibirá este martes en San Pablo al gobernador (y aspirante a su reelección) Axel Kicillof, en otro de los acercamientos al cristinismo.
El anterior gesto, su foto en Quilmes con la intendenta camporista Mayra Mendoza, encendió las alarmas en el massismo y fue motivo de incomodidad también cerca del Presidente, que sostiene su guerra sin cuartel contra la vicepresidenta y su hijo, Máximo, quien el sábado, en el plenario del kirchnerismo porteño en Ferro, fue tajante. “La birome siempre la tuvo la militancia, el problema es que el nombre que se quiere escribir para esta elección lo saca el Poder Judicial”, dijo el diputado, en clara referencia crítica a uno de los argumentos que el Presidente dio al bajarse de la carrera presidencial.
“Dije que volvíamos para ser mejores, para ser mejores debemos democratizar nuestro espacio. Debemos democratizar nuestro espacio, démosle la lapicera a cada militante”, había aseverado Fernández en el video de siete minutos en el que anunció que no buscará otros cuatro años en el sillón de Rivadavia.
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Algo alejado de Scioli, a quien percibe en tratativas con el cristinismo, Fernández impulsa a Rossi, quien el sábado participó del acto en Ensenada, en el que la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, que amenaza con darle batalla a Kicillof en la provincia, afirmó: “Como dijo Juan Domingo Perón, cada militante tiene el bastón de mariscal en su mochila, y hoy el bastón se convierte en lapicera, levantemos la lapicera”.