La inflación de abril: acertijo para atolondrados

Le propongo hacer un ejercicio en “aritmética pura”. Lea, por favor, las siguientes secuencias: 3,8/4,8/3,2; 1,8/3,6/1,4; 3,6/5,2/4,1; 4,6/6,7/6,2; 6,7/7,8/?

Pregunta: ¿qué número esperaría que apareciera, en el tercer lugar de la última fila? Observando que en cada una de las cuatro filas iniciales el segundo dato fue superior, tanto al primero como al tercero, cabría esperar que el tercer dato fuera inferior al segundo.

Se paralizó el dólar soja y el Banco Central tuvo que vender casi US$200 millones

Pasemos de la aritmética pura a la realidad. Las secuencias anteriores corresponden a la tasa mensual de inflación, en porcentaje, estimada por el Instituto Nacional de Estadística y Cencos (Indec) para Gran Buenos Aires (Ciudad Autónoma de Buenos Aires + suburbios), en cada febrero, marzo y abril, desde 2019 a 2023.

¿Cuál es el punto? La aparición del 7,8% de marzo generó por parte del oficialismo explicaciones estúpidas, y por parte del periodismo y algunos analistas no oficialistas, la evidencia de que estamos delante de una aceleración de la tasa de inflación.

Capaz que estos últimos tienen razón, pero no se puede ignorar el componente estacional que tiene la tasa de inflación en marzo. Lo que se sabe de las estimaciones privadas, referidas a lo que va de abril, no sugieren la referida aceleración.

Tampoco nos vayamos al otro extremo. Quiero decir, si dentro de algunas semanas el Indec informara que a nivel precios al consumidor la tasa de inflación de abril fue, digamos, de 6%, tampoco empecemos a hablar de “tendencia declinante”.

La historia argentina sugiere que los programas antiinflacionarios exitosos surgieron de gobiernos políticamente creíbles, y equipos económicos idóneos; y hoy, nuestro país, carece de ambas cosas. Por lo cual, en materia inflacionaria, durante el resto del año en curso no hay que hacerse ilusiones. Pero interpretar profesionalmente los datos, sigue siendo fundamental para contar con buenos diagnósticos, sin los cuales la toma de decisiones se complica.

Dada la actual debilidad política, me preocupa menos que Massa y Rubinstein ensayen el “vamos viendo”, con muy pocas herramientas disponibles, a que anuncien un plan de estabilización. ¿Llegarán así hasta las PASO y hasta el 10 de diciembre próximo? Ni ellos lo saben; pero hay que adoptar todas las decisiones sobre la base de que, aunque “con muletas”, van a llegar.

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