Un documento de la UE advierte que las declaraciones de Lula sobre la guerra pueden complicar el acuerdo con el Mercosur

BRASILIA.- Si bien el presidente, Luiz Inacio Lula da Silva, afirmó ayer que Brasil tiene interés en concluir el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) bajo un tratado “equilibrado”, puede que ahora esa histórica negociación no salga adelante por las polémicas declaraciones del mandatario brasileño sobre la guerra en Ucrania, que preocuparon a los funcionarios europeos.

Cuando asumió la presidencia de la mayor economía de América Latina, Lula prometió que devolvería a Brasil al escenario mundial al fortalecer sus relaciones con los países vecinos y al acercarse a Estados Unidos y las potencias europeas, tras cuatro años de tensas relaciones durante la gestión de Jair Bolsonaro.

Entonces, desde el mandatario francés, Emmanuel Macron, hasta el estadounidense, Joe Biden, celebraron el regreso del izquierdista a Brasil por ser una oportunidad para la “cooperación” y para “renovar el vínculo de amistad” entre los países.

Lula dijo en enero que sería una prioridad acelerar el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea -que se negocia desde 1999 entre la UE, Brasil y Argentina, Uruguay y Paraguay- tras una reunión con el canciller alemán, Olaf Scholz, en la que el premier europeo indicó que este tratado “es de interés para ambas partes y por eso necesitamos allanar el camino para fortalecer nuestras economías”.

Los funcionarios del bloque europeo confiaban en que este año se presentaría la oportunidad de sellar el pacto. Pero ahora, la UE “está preocupada por la posición de Brasil en la guerra de Rusia contra Ucrania y la falta de compromiso de Brasil en materia de clima [y] medio ambiente”, según detalla un informe confidencial preparado antes de una cumbre europea de ministros de Relaciones Exteriores al que tuvo acceso Politico.

El documento puntualiza que “avanzar en el acuerdo UE- Mercosur será de vital importancia”, en especial para que Europa fortalezca sus relaciones con los países de América Latina ante el acercamiento de Rusia y China.

“Pero la UE también tendrá que aumentar las inversiones en energía, digital y cadenas de valor sostenibles” frente a los planes del gigante asiático en la región latinoamericana, en especial con Brasil, su mayor socio comercial.

Durante su gira de tres días por Pekín y Abu Dabi, Lula afirmó que habló con los presidentes de Emiratos Árabes Unidos y China sobre la creación de un grupo de países, parecido al G20 de economías avanzadas, para mediar en el conflicto en Ucrania.

Lula hizo hincapié en que “la decisión de la guerra fue tomada por dos países”, indicando que Ucrania y Rusia tienen la misma responsabilidad por el conflicto, y acusó a Estados Unidos y Europa de prolongar el conflicto con sus envíos de armas.

Además, anunció que dejaría el dólar para comerciar en yuanes con China.

Los comentarios del izquierdista despertaron ira y preocupación tanto en Europa como en Estados Unidos. Incluso generó malestar en Ucrania, donde el vocero del ministerio de Asuntos Exteriores, Oleg Nikolenko, invitó a Lula a visitar personalmente el país.

“El enfoque que pone en la misma balanza a la víctima y al agresor y acusa de alentar la guerra a los países que ayudan a Ucrania a defenderse de una agresión mortal no se corresponde con el estado real de las cosas”, declaró Nikolenko.

Washington calificó como erradas las declaraciones del canciller Mauro Vieira al recibir a su homólogo ruso Sergei Lavrov en Brasilia durante su gira por países latinoamericanos que incluyó a Venezuela, Cuba y Nicaragua.

“Quedamos impresionados ante el tono de la conferencia de prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores, que no usó un tono de neutralidad y sugirió que EEUU y Europa no están interesados en la paz o que comparten la responsabilidad de la guerra, eso es completamente errado”, dijo la vocera de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.

Las declaraciones de Lula no fueron “una muestra de la fortaleza de Brasil como potencia regional, sino de su enorme dependencia económica de China hasta el punto de determinar su política exterior y, lo que es más grave, de la utilización de la moneda de reserva mundial para un país con una deuda externa tan elevada como Brasil”, argumentó García Herrero en un análisis para El País, citado por Politico.

A pesar de la tensión internacional, Lula reafirmó ayer sus intenciones de seguir adelante con el tratado.

En un momento en que el proteccionismo resurge y gana fuerza en el mundo, podemos promover alternativas que aseguren la prosperidad compartida”, indicó Lula durante un brindis con el presidente rumano, Klaus Werner Iohannis, que se encuentra en Brasil en visita oficial.

“Brasil tiene interés en la conclusión del acuerdo Mercosur-Unión Europea. Debe ser equilibrado, capaz de apoyar el proyecto de reindustrialización y desarrollo del país [Brasil]”, afirmó el presidente.

De acuerdo al medio O Globo, la razón por la que Lula moderó su tono en el evento de ayer recae en su intención de incorporar a Brasil en la carta del G7, de la que no forma parte, pero a la que fue invitado a participar en una reunión del grupo el mes que viene. El G7 advierte “costos severos para quienes ofrezcan ayuda a Rusia en la invasión de Ucrania”, detalló el medio.

“Todo lleva a creer que existe un fuerte vínculo entre la búsqueda de un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU y la insistencia de Brasil en ser uno de los articuladores de un posible grupo de paz junto a India”, consideró Roberto Goulart Menezes, profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Brasilia en conversación con O Globo.

Agencias Reuters y ANSA

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