BARILOCHE.– María Eugenia Vidal llegó al mediodía a esta ciudad y almorzó en solitario con su exministro de Economía en la provincia de Buenos Aires, Hernán Lacunza, en el Winter Garden (el bar del jardín de invierno) del hotel Llao Llao, con vista al lago Moreno. En ese encuentro terminó de delinear el discurso que expuso al anochecer frente a los empresarios en el exclusivo foro.
“Hay un falso dilema entre diálogo y coraje. Solo se aprende cómo usar cada uno gobernando. Haber gobernado a más de 17 millones de argentinos [la provincia de Buenos Aires], siendo mujer, no peronista, en el lugar más difícil del país me dio ese aprendizaje”, dijo la exgobernadora bonaerense, de vestido azul oscuro y blusa blanca con mangas.
Vidal fue consultada por los empresarios por las internas dentro de Juntos por el Cambio y la diputada volvió a reiterar su propuesta de bajar todas las precandidaturas presidenciales para ponerse de acuerdo internamente, aunque fue rechazada por los otros referentes del espacio, como Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta.
Más tarde, en conferencia de prensa, cuando se le preguntó si ella estaba dispuesta a bajar su precandidatura presidencial para presentarse en la Ciudad de Buenos Aires, Vidal indicó: “Si voy a ser candidata a presidenta lo voy a decidir en las próximas semanas, no especulo con nada más”.
En el entorno de Bullrich, en los últimos días habían dicho que Vidal estaba preparando el terreno para “el acto de grandeza de bajarse”, como dijo ella misma en la entrevista radial del lunes.
Al respecto, la exgobernadora opinó: “Fue una propuesta como la que hice hace tres semanas de que definamos reglas de competencia. Mucho más importante que saber qué va a pasar con María Eugenia Vidal, o con Horacio, o con Patricia, o con Gerardo Morales, es saber qué va a pasar con la Argentina. Y el país necesita un equipo de gente más allá de quién le toque liderar. Propuse esto porque sentía que Juntos por el Cambio tenía que reencontrar un orden, un trabajo de equipo y que ese era un camino posible”.
“Siento que no podemos ser parte de la política que está lejos de la gente. Hace varias semanas dije que la política por momentos parece un circo sin público y los argentinos están afuera de la carpa. Los representantes estamos discutiendo candidaturas entre nosotros y no creo que esa sea la mejor forma de representación”, agregó.
Pese a estas diferencias, la exgobernadora evitó usar la palabra “crisis”, pero indicó: “Hubo desacuerdos, no ruptura. Lo que se construyó a lo largo de 20 años, y hablo en particular del PRO, no se va a romper por un desacuerdo ni por una elección. Tenemos claro que nuestra prioridad es la gente y sin duda no es que falte discusión interna. Yo creo que falta una instancia de diálogo común para este tema en particular, que no es menor”, indicó.
Vidal estuvo acompañada por Lacunza, su principal asesor económico y virtual ministro de Economía, y Darío Nieto, su armador político y exsecretario privado de Mauricio Macri.
Mensaje a los empresarios
“Gracias por haberme invitado, a pesar de que muchos de ustedes piensan que no puedo ganar esta elección presidencial. Ya me paso antes”, arrancó.
“En abril de 2015, tenía 5% de intención de voto y el 30% de los bonaerenses me conocían. El presidente [que se pensaba] en abril nunca fue el de octubre. La pelea es mucho más que contra el kirchnerismo o cualquier espacio político, es contra un sistema”, siguió.
“Los 40 años de democracia nos devolvieron bienestar institucional, pero no progreso. No podemos pedirle un esfuerzo más a los argentinos si los sindicalistas y políticos tienen reelección indefinida o una parte de los empresarios le siguen pidiendo prebendas al Estado”, dijo.
“La política sola no va a liderar el cambio, los necesita a ustedes, no alcanza con pagar impuestos, dar trabajo, ni incluso alcanza con apoyar una fuerza política”, concluyó.
Tras su exposición, la diputada regresó a Buenos Aires, donde mañana tiene sesión en el Congreso, mientras que Lacunza se quedó para la exposición de Larreta en la cena de cierre del día.